Luis Albentosa afirma que “demasiada gente vive de la tarifa”, y defiende que se eliminen los costes que no le corresponden
El consejero de la Comisión Nacional de Energía Luis Albentosa se refirió en la tarde de ayer, durante las Jornadas que la Universidad Rey Juan Carlos dedicó a los problemas actuales del derecho de la competencia en el sector eléctrico, a la adjudicación -o, mejor dicho, no adjudicación, dado el resultado final- de la subasta del déficit reconocido ex ante.
En su opinión, dicha subasta fue un “fracaso estrepitoso”. Los precios tan altos ofrecidos y la tan escasa oferta de financiación (sólo se presentaron dos oferentes), lanza al aire la pregunta de por qué una diferencia de precios tan alta entre los intereses que solicitaban las entidades bancarias y los de otros títulos con funcionamiento similar. Según la interpretación de Luis Albentosa, esas ofertas tan escasas y caras constituyen una prueba de la falta de confianza que existe en el Ministerio de industria. De hecho, expuso que “la dificultad para financiar el déficit tarifario pone de manifiesto la debilidad política de Industria”.
Pero el grueso de la intervención del consejero de la CNE tuvo como protagonistas a la tarifa eléctrica y al déficit tarifario que ésta provoca.
Y, precisamente a colación de la competencia, Albentosa señaló que la tarifa eléctrica, por ser artificialmente baja, hace daño al comercializador. El consejero de la CNE repitió en esta ocasión, tal como hiciera hace aproximadamente un mes en el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, la importancia del comercializador, como un gran dinamizador de la competencia real, al ofrecer al usuario un mayor rango de opciones de precio con quien poder contratar la electricidad. Así, recordó que el sector de la comercialización, aparte de todos los demás factores con los que tiene que competir, se ve enfrentado a una tarifa que juega con ventaja.
Alfredo Huertas, director de Regulación de Centrica Energía, sentado a su lado, le escuchaba atentamente.
“Estamos en un momento involucionista”, prosiguió Luis Albentosa. “Aun a riesgo de ser excesivamente alarmista, no perderé la oportunidad de denunciar los ataques que está recibiendo este modelo regulatorio (en referencia a la introducción de los comercializadores)”.
Pero el punto de vista del comercializador no fue el único que Albentosa esgrimió para atacar una tarifa que en su opinión no está suficientemente justificada. Por ejemplo, denunció que la tarifa esté compuesta por una serie de elementos que la hacen excesivamente compleja e incomprensible.
Albentosa aludió al margen de error en el que han venido incurriendo los sucesivos gobiernos a la hora de fijar la tarifa, y consideró comprensible que eso ocurriera durante los primeros años. “Los déficit que se registraron inicialmente sí pudieron corresponder a errores de precisión”, apuntó. Pero la situación actual es otra. Así lo expresó claramente al señalar que “el Gobierno no sólo se equivoca en la fijación de la tarifa, sino que finge equivocarse”.
Sin embargo, no se olvidó del partido en la oposición. “Echo en falta que la oposición diga algo en contra de mantener una tarifa irreal, pero tampoco aceptan el encarecimiento de la electricidad; y eso que su precio, en España, es más bajo que en otros países del entorno”. Finalmente, recordó que en 2009 se espera que desaparezcan las tarifas, lo que implica que será necesario abastecerse mediante el suministro liberalizado. Sobre las tarifas de último recurso, que se pondrán entonces en marcha para los consumidores con menos recursos, apuntó que, al igual que el resto, deberán de ser aditivas -es decir, que recojan todos los costes que supone el suministro eléctrico”. Y también al contrario, Albentosa afirmó que es necesario que Industria se siente a la mesa con Economía y “se le quite a la tarifa todos los costes que no le corresponden”. Es decir, hacer una limpieza de la tarifa para que ésta no sea un cajón de sastre de otros gastos que nada tienen que ver con el sistema eléctrico. En la actualidad, señaló el consejero, “Hay mucho parásito de la tarifa eléctrica. De ella vive mucha gente, más de la necesaria”.
En opinión del consejero de la Comisión Nacional de Energía, la existencia de la tarifa eléctrica tiene cuatro efectos fundamentales. Por un lado, estimula el consumo eléctrico, porque transmite al consumidor una señal de precios errónea. Por otro lado, el consumo eléctrico de hoy se ve subsidiado por los consumidores del futuro. También se daña a las comercializadoras, por lo expuesto anteriormente; y, por último, la tarifa incurre en una serie de desajustes regulatorios.
Albentosa señaló que, en política tarifaria, se abusa del decreto ley, y ejemplificó esta afirmación con el RDL 3/2006, que, según explicó, “atenta a los principios básicos del actual marco regulatorio”.
Por último, Albentosa se pronunció sobre las políticas de la gestión de la demanda -el complemento por interrumpibilidad y por garantía de potencia, que se paga a determinadas instalaciones a cambio de que estén dispuestas a ceder, en puntas de demanda, la electricidad que consumen, en el primer caso, y a cambio de que estén siempre disponibles, en el segundo caso-. En este sentido, explicó que “hay muchos subsidios cruzados que se camuflan en supuestas políticas de gestión de la demanda”, que hacen que algunos grandes consumidores obtengan un precio promedio de 26 euros por MW frente a los 114 euros por MW para los consumidores domésticos. Para Albentosa, eso es sinónimo de que el consumidor doméstico le paga la electricidad al gran consumidor. El consejero de la CNE no se mostró en contra de estos complementos por interrumpibilidad y por garantía de potencia, pero sí a favor de que la retribución que se ofrece a las compañías sea cuidadosamente estudiada. De lo contrario, se incurrirá en subsidios cruzados.


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