Los vehículos diésel serán los más penalizados en el Plan Nacional de Mejora de la Calidad del Aire
Este Plan contempla la elaboración de un sistema de etiquetaje de los vehículos a través de un código de colores (Rojo, Naranja, Amarillo, Verde y Verde+), en el que se identificarán los que tengan unas mayores emisiones contaminantes y sobre los que se adoptarán diferentes medidas.
Así, los vehículos con la etiqueta roja, es decir los más penalizados, serán los que tengan motores diésel con la normativa Euro 0 a la Euro 2, así como los de gasolina Euro 0 y todos los modelos anteriores a 1992. Este tipo de automóviles podría ver restringido su acceso a las Zonas Urbanas de Atmósfera Protegida (ZUAP) en una primera fase (a partir de 2013), mientras que esta limitación se aplicaría a las etiquetas naranjas o amarillas en fases sucesivas (2014, 2016, etc).
Los coches con distintivo naranja serán los diésel que cumplan con la normativa sobre emisiones Euro 2 con filtro de partículas y Euro 3, mientras que los coches que tendrán la pegatina amarilla serán los diésel con la Euro 3 con filtro de partículas, así como los Euro 4 y Euro 5 y todos los vehículos de gasolina Euro 1 con convertidor catalítico.
Los vehículos que contarán con la etiqueta verde serán los coches diésel que cumplan con la normativa Euro 6, así como los de gasolina con un mínimo de Euro 2. La pegatina verde + se incorporará en los vehículos híbridos, híbridos enchufables, de gas y eléctricos.
De esta forma, el Plan contempla el incentivo de la renovación del parque automovilístico español por coches menos contaminantes, especialmente eléctricos e híbridos, así como la discriminación positiva de los coches con etiqueta verde y verde + en los accesos a los aparcamientos, a la carga y descarga y a los peajes.
Así, se incluye la opción de construcción de aparcamientos disuasorios gratuitos periféricos asociados al transporte público interurbano, como obligatorios en todas las estaciones de ferrocarril de cercanías de municipios de las áreas metropolitanas.
Adicionalmente, esta iniciativa baraja la posibilidad de establecer un sistema de etiquetaje también para los vehículos de dos ruedas, puesto que en ciudades como en Barcelona, las motos generan el 10,3% de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx).
Limitación de la velocidad
Otra de las medidas que incluye este Plan es la limitación de la velocidad máxima de circulación en la periferia de las ciudades, a través de un sistema de velocidad variable por el que durante las horas de máximo tráfico ésta se reduciría.
Asimismo, en las horas con menor volumen de tráfico, como por ejemplo en mediodía o por la noche, la velocidad máxima permitida se incrementa, con el fin de favorecer la reducción de las emisiones contaminantes de los motores por el menor consumo de combustible, al tiempo que se reduce la congestión de tráfico.
Por otro lado, este programa recoge la modificación del procedimiento de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para corregir defectos y reducir las emisiones contaminantes, ya que en la actualidad el control rutinario de las emisiones en las ITV «es prácticamente inabordable».
Así se busca promover la adquisición en las ITV de sistemas electrónicos de lectura de códigos de error y preparación de operaciones especialistas en este ámbito, con el fin de eliminar la actual posibilidad de que los sistemas de comprobación de las averías sean una actuación optativa en caso de que el coche disponga del mismo.
El sector cree que las etiquetas de los coches «criminalizan» aún más al automóvil
Por su parte, las asociaciones del sector de la automoción en España consideraron que el nuevo sistema de etiquetado de los coches en función de sus emisiones contaminantes supone «criminalizar aún más» al automóvil y abogaron por un plan de renovación del parque para reducir la contaminación.
El presidente de la Asociación de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), Juan Antonio Sánchez Torres, aseguró que la restricción del uso del vehículo en el centro de las ciudades «no es lo adecuado» en el actual momento de crisis por el que atraviesa el sector del automóvil y la economía española.
Sánchez Torres aseguró que estas medidas suponen una «demonización» del coche frente a otros sectores y aseguró que está enfocando la atención sobre las emisiones contaminantes de los vehículos.
Así, resaltó que una medida eficaz para rebajar el nivel de emisiones contaminantes de los vehículos es la puesta en marcha de un plan que fomente la renovación del parque por nuevos modelos, que tienen menores emisiones y son más seguros.
Por ello, el presidente de Ganvam aseguró que se deben llevar a cabo iniciativas para fomentar la compra de coches nuevos, pero no centrarlas en los coches eléctricos, puesto que es un nicho de mercado que en la actualidad no tiene demanda, ya que hasta septiembre se vendieron sólo 200 coches eléctricos en España.
Finalmente, Sánchez Torres afirmó que el establecimiento de límites de velocidad para los coches en las ciudades en unas franjas horarias determinadas supone de nuevo «restringir» el uso del vehículo, al tiempo que subrayó que todavía está por demostrar la relación entre bajada de la velocidad y de las emisiones.
Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), Antonio Romero-Haupold, aseguró que la patronal de los concesionarios no fue consultada en el desarrollo del Plan de Mejora de la Calidad del Aire.
Romero-Haupold, señaló que si hubiera sido consultado habría propuesto la implantación de un programa de renovación del parque de automóviles en España, como la manera para disminuir el impacto sobre el medio ambiente de los coches, ya que en nuestro país es uno de los países con una media de antigüedad del parque más elevada, lo que deriva en unas emisiones superiores.



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