Los Países Exportadores de Gas quieren que siga su «edad de oro»

Aunque la Organización Internacional de la Energía (OIE) apuntó a la «edad de oro» del gas en su informe sobre las perspectivas de este mercado hasta 2018, los productores tradicionales no quieren quedarse dormidos en los laureles ante la entrada a escena de nuevos jugadores, como es el caso de Estados Unidos.

La propia OIE reconoció que el incremento en EEUU de la producción no convencional de gas (de esquistos) convertirá muy pronto a ese país en un importante exportador de gas natural licuado, algo que puede dar un giro copernicano al tradicional reparto del pastel en el mercado energético.

La Unión Europea, que busca diversificar sus importaciones a través de gasoductos, procedentes principalmente de Rusia, podría entonces acudir al otro lado del Atlántico para quitarse el yugo gasístico de Moscú, que aprovecha su posición monopolística para poner precios a placer y ejercer incluso cierto control político.

Mientras, los países del FPEG (Argelia, Bolivia, Venezuela, Egipto, Rusia, Irán, Iraq, Qatar, Libia, Nigeria, Omán, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial y Emiratos Árabes Unidos) no quieren perder la ventaja de aglutinar casi la mitad de todas las exportaciones mundiales del gas convencional y el 65% de sus reservas demostradas.

Los asistentes a la cumbre del FPEG debatirán «las perspectivas del desarrollo del mercado global del gas, los estímulos para el consumo de este combustible y los posibles pasos coordinados encaminados a la defensa de los intereses de los países productores», dijo Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso, Vladímir Putin.

«De las acciones consensuadas de los países miembros del Foro depende en gran medida el equilibrio entre la oferta y la demanda, y en general, la estabilidad y seguridad energéticas«, subrayó Ushakov al definir la tradicional estrategia de Rusia, interesada en contratos de suministro a largo plazo con precios vinculados al petróleo.

El secretario general del FPEG, Leonid Bojanovski, aseguró que esa política comercial también la defienden el resto de los países exportadores de gas. «Hay varios ejes en torno a los cuales giran los intereses de los productores de gas. El primero, la vinculación de los precios del gas a la cesta del petróleo. El segundo elemento que estabiliza el mercado y rebaja su volatilidad son los contratos a largo plazo«, apuntó Bojanovski.

Por otra parte, la cumbre de Moscú será la primera oportunidad para el nuevo líder venezolano de tomar el pulso a las privilegiadas relaciones de su país con Rusia, un socio estratégico para Caracas desde la presidencia del recientemente fallecido Hugo Chávez (1999- 2013).

Maduro será recibido por Putin en el Kremlin en lo que será el primer encuentro entre los dos líderes, que aprovecharán la ocasión para «hablar sobre el conjunto de las relaciones bilaterales, y las perspectivas de su futuro desarrollo» en todos los ámbitos, recalcó Ushakov.

«Venezuela es un socio muy importante para nosotros», explicó el portavoz del Kremlin antes de recordar que es el segundo socio comercial de Rusia en Latinoamérica después de Brasil.

El intercambio comercial entre ambos países ha alcanzado casi 2.000 millones de dólares en 2012, mientras que en los cuatro primeros meses de este 2013 el incremento en este apartado ha sido del 300 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado, a cuenta sobre todo de los suministros militares de Moscú a Caracas.

Putin también se reunirá con el líder boliviano, Evo Morales, y el presidente saliente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, con el que tratará el conflicto internacional en torno a la política nuclear de Teherán.

Putin pide la defensa solidaria de los intereses de los exportadores de gas

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, pidió una postura solidaria en la defensa de los intereses de los países exportadores de gas y para hacer frente a presiones injustificadas en los mercados exteriores.

«Es más eficaz contrarrestar las presiones injustificadas y defender los intereses de los productores y suministradores de gas a los mercados exteriores, si lo hacemos juntos», dijo Putin, citado por las agencia rusas, en la cumbre Foro de los Países Exportadores de Gas (FPEG).

El jefe del Kremlin subrayó que «la solidaridad de los países exportadores de gas adquiere una importancia crucial».

«Queremos que nuestros intereses se tomen en cuenta de una manera justa», añadió que señaló a los participantes del Foro que la entrada en vigor del Tercer Paquete Energético de la Unión Europea «limita la actividad de suministradores tradicionales» que durante decenios invirtieron en el desarrollo del sector gasístico europeo.

El nuevo marco legal europeo fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización de energía, situación que Rusia, contraria a diversificar el negocio de su gigante de gas natural Gazprom, considera lesiva para sus intereses.

Putin defendió los contratos a largo plazo y el principio de «tomas o pagas», que obliga abonar el pago de volúmenes determinados de gas independientemente de si se consuman o no, como dos pilares de la seguridad energética.

Admitió que las nuevas tecnologías de extracción y transporte de los hidrocarburos aumentan la «elasticidad de la oferta en el mercado del gas» y hacen surgir nuevas referencias de precios, incluidos los de los mercados al contado, pero recalcó que ello no es motivo para renunciar a instrumentos ya probados.

El presidente ruso indicó que el deseo de modificar los principios de suministro de gas sobre la base de contratos a largo plazo y de desvincular los precios de los contratos del precio del del petróleo y sus derivados es un «desafío» a todos los países exportadores de gas.

Los Países Exportadores de Gas quieren que siga su «edad de oro»

Aunque la Organización Internacional de la Energía (OIE) apuntó a la «edad de oro» del gas en su informe sobre las perspectivas de este mercado hasta 2018, los productores tradicionales no quieren quedarse dormidos en los laureles ante la entrada a escena de nuevos jugadores, como es el caso de Estados Unidos.

La propia OIE reconoció que el incremento en EEUU de la producción no convencional de gas (de esquistos) convertirá muy pronto a ese país en un importante exportador de gas natural licuado, algo que puede dar un giro copernicano al tradicional reparto del pastel en el mercado energético.

La Unión Europea, que busca diversificar sus importaciones a través de gasoductos, procedentes principalmente de Rusia, podría entonces acudir al otro lado del Atlántico para quitarse el yugo gasístico de Moscú, que aprovecha su posición monopolística para poner precios a placer y ejercer incluso cierto control político.

Mientras, los países del FPEG (Argelia, Bolivia, Venezuela, Egipto, Rusia, Irán, Iraq, Qatar, Libia, Nigeria, Omán, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial y Emiratos Árabes Unidos) no quieren perder la ventaja de aglutinar casi la mitad de todas las exportaciones mundiales del gas convencional y el 65% de sus reservas demostradas.

Los asistentes a la cumbre del FPEG debatirán «las perspectivas del desarrollo del mercado global del gas, los estímulos para el consumo de este combustible y los posibles pasos coordinados encaminados a la defensa de los intereses de los países productores», dijo Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso, Vladímir Putin.

«De las acciones consensuadas de los países miembros del Foro depende en gran medida el equilibrio entre la oferta y la demanda, y en general, la estabilidad y seguridad energéticas«, subrayó Ushakov al definir la tradicional estrategia de Rusia, interesada en contratos de suministro a largo plazo con precios vinculados al petróleo.

El secretario general del FPEG, Leonid Bojanovski, aseguró que esa política comercial también la defienden el resto de los países exportadores de gas. «Hay varios ejes en torno a los cuales giran los intereses de los productores de gas. El primero, la vinculación de los precios del gas a la cesta del petróleo. El segundo elemento que estabiliza el mercado y rebaja su volatilidad son los contratos a largo plazo«, apuntó Bojanovski.

Por otra parte, la cumbre de Moscú será la primera oportunidad para el nuevo líder venezolano de tomar el pulso a las privilegiadas relaciones de su país con Rusia, un socio estratégico para Caracas desde la presidencia del recientemente fallecido Hugo Chávez (1999- 2013).

Maduro será recibido por Putin en el Kremlin en lo que será el primer encuentro entre los dos líderes, que aprovecharán la ocasión para «hablar sobre el conjunto de las relaciones bilaterales, y las perspectivas de su futuro desarrollo» en todos los ámbitos, recalcó Ushakov.

«Venezuela es un socio muy importante para nosotros», explicó el portavoz del Kremlin antes de recordar que es el segundo socio comercial de Rusia en Latinoamérica después de Brasil.

El intercambio comercial entre ambos países ha alcanzado casi 2.000 millones de dólares en 2012, mientras que en los cuatro primeros meses de este 2013 el incremento en este apartado ha sido del 300 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado, a cuenta sobre todo de los suministros militares de Moscú a Caracas.

Putin también se reunirá con el líder boliviano, Evo Morales, y el presidente saliente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, con el que tratará el conflicto internacional en torno a la política nuclear de Teherán.

Putin pide la defensa solidaria de los intereses de los exportadores de gas

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, pidió una postura solidaria en la defensa de los intereses de los países exportadores de gas y para hacer frente a presiones injustificadas en los mercados exteriores.

«Es más eficaz contrarrestar las presiones injustificadas y defender los intereses de los productores y suministradores de gas a los mercados exteriores, si lo hacemos juntos», dijo Putin, citado por las agencia rusas, en la cumbre Foro de los Países Exportadores de Gas (FPEG).

El jefe del Kremlin subrayó que «la solidaridad de los países exportadores de gas adquiere una importancia crucial».

«Queremos que nuestros intereses se tomen en cuenta de una manera justa», añadió que señaló a los participantes del Foro que la entrada en vigor del Tercer Paquete Energético de la Unión Europea «limita la actividad de suministradores tradicionales» que durante decenios invirtieron en el desarrollo del sector gasístico europeo.

El nuevo marco legal europeo fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización de energía, situación que Rusia, contraria a diversificar el negocio de su gigante de gas natural Gazprom, considera lesiva para sus intereses.

Putin defendió los contratos a largo plazo y el principio de «tomas o pagas», que obliga abonar el pago de volúmenes determinados de gas independientemente de si se consuman o no, como dos pilares de la seguridad energética.

Admitió que las nuevas tecnologías de extracción y transporte de los hidrocarburos aumentan la «elasticidad de la oferta en el mercado del gas» y hacen surgir nuevas referencias de precios, incluidos los de los mercados al contado, pero recalcó que ello no es motivo para renunciar a instrumentos ya probados.

El presidente ruso indicó que el deseo de modificar los principios de suministro de gas sobre la base de contratos a largo plazo y de desvincular los precios de los contratos del precio del del petróleo y sus derivados es un «desafío» a todos los países exportadores de gas.

Los Países Exportadores de Gas quieren que siga su «edad de oro»

Aunque la Organización Internacional de la Energía (OIE) apuntó a la «edad de oro» del gas en su informe sobre las perspectivas de este mercado hasta 2018, los productores tradicionales no quieren quedarse dormidos en los laureles ante la entrada a escena de nuevos jugadores, como es el caso de Estados Unidos.

La propia OIE reconoció que el incremento en EEUU de la producción no convencional de gas (de esquistos) convertirá muy pronto a ese país en un importante exportador de gas natural licuado, algo que puede dar un giro copernicano al tradicional reparto del pastel en el mercado energético.

La Unión Europea, que busca diversificar sus importaciones a través de gasoductos, procedentes principalmente de Rusia, podría entonces acudir al otro lado del Atlántico para quitarse el yugo gasístico de Moscú, que aprovecha su posición monopolística para poner precios a placer y ejercer incluso cierto control político.

Mientras, los países del FPEG (Argelia, Bolivia, Venezuela, Egipto, Rusia, Irán, Iraq, Qatar, Libia, Nigeria, Omán, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial y Emiratos Árabes Unidos) no quieren perder la ventaja de aglutinar casi la mitad de todas las exportaciones mundiales del gas convencional y el 65% de sus reservas demostradas.

Los asistentes a la cumbre del FPEG debatirán «las perspectivas del desarrollo del mercado global del gas, los estímulos para el consumo de este combustible y los posibles pasos coordinados encaminados a la defensa de los intereses de los países productores», dijo Yuri Ushakov, asesor del presidente ruso, Vladímir Putin.

«De las acciones consensuadas de los países miembros del Foro depende en gran medida el equilibrio entre la oferta y la demanda, y en general, la estabilidad y seguridad energéticas«, subrayó Ushakov al definir la tradicional estrategia de Rusia, interesada en contratos de suministro a largo plazo con precios vinculados al petróleo.

El secretario general del FPEG, Leonid Bojanovski, aseguró que esa política comercial también la defienden el resto de los países exportadores de gas. «Hay varios ejes en torno a los cuales giran los intereses de los productores de gas. El primero, la vinculación de los precios del gas a la cesta del petróleo. El segundo elemento que estabiliza el mercado y rebaja su volatilidad son los contratos a largo plazo«, apuntó Bojanovski.

Por otra parte, la cumbre de Moscú será la primera oportunidad para el nuevo líder venezolano de tomar el pulso a las privilegiadas relaciones de su país con Rusia, un socio estratégico para Caracas desde la presidencia del recientemente fallecido Hugo Chávez (1999- 2013).

Maduro será recibido por Putin en el Kremlin en lo que será el primer encuentro entre los dos líderes, que aprovecharán la ocasión para «hablar sobre el conjunto de las relaciones bilaterales, y las perspectivas de su futuro desarrollo» en todos los ámbitos, recalcó Ushakov.

«Venezuela es un socio muy importante para nosotros», explicó el portavoz del Kremlin antes de recordar que es el segundo socio comercial de Rusia en Latinoamérica después de Brasil.

El intercambio comercial entre ambos países ha alcanzado casi 2.000 millones de dólares en 2012, mientras que en los cuatro primeros meses de este 2013 el incremento en este apartado ha sido del 300 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado, a cuenta sobre todo de los suministros militares de Moscú a Caracas.

Putin también se reunirá con el líder boliviano, Evo Morales, y el presidente saliente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, con el que tratará el conflicto internacional en torno a la política nuclear de Teherán.

Putin pide la defensa solidaria de los intereses de los exportadores de gas

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, pidió una postura solidaria en la defensa de los intereses de los países exportadores de gas y para hacer frente a presiones injustificadas en los mercados exteriores.

«Es más eficaz contrarrestar las presiones injustificadas y defender los intereses de los productores y suministradores de gas a los mercados exteriores, si lo hacemos juntos», dijo Putin, citado por las agencia rusas, en la cumbre Foro de los Países Exportadores de Gas (FPEG).

El jefe del Kremlin subrayó que «la solidaridad de los países exportadores de gas adquiere una importancia crucial».

«Queremos que nuestros intereses se tomen en cuenta de una manera justa», añadió que señaló a los participantes del Foro que la entrada en vigor del Tercer Paquete Energético de la Unión Europea «limita la actividad de suministradores tradicionales» que durante decenios invirtieron en el desarrollo del sector gasístico europeo.

El nuevo marco legal europeo fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización de energía, situación que Rusia, contraria a diversificar el negocio de su gigante de gas natural Gazprom, considera lesiva para sus intereses.

Putin defendió los contratos a largo plazo y el principio de «tomas o pagas», que obliga abonar el pago de volúmenes determinados de gas independientemente de si se consuman o no, como dos pilares de la seguridad energética.

Admitió que las nuevas tecnologías de extracción y transporte de los hidrocarburos aumentan la «elasticidad de la oferta en el mercado del gas» y hacen surgir nuevas referencias de precios, incluidos los de los mercados al contado, pero recalcó que ello no es motivo para renunciar a instrumentos ya probados.

El presidente ruso indicó que el deseo de modificar los principios de suministro de gas sobre la base de contratos a largo plazo y de desvincular los precios de los contratos del precio del del petróleo y sus derivados es un «desafío» a todos los países exportadores de gas.

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