Los impuestos verdes que se aplican en los países de la Unión Europea están «infrautilizados», según dice la Agencia Europea del Medio Ambiente

Así, según el estudio «Eficiencia de recursos en la economía verde y las políticas de la Unión Europea» la EEA destacó que Europa puede crear empleo y favorecer la innovación mediante la utilización de los recursos de una forma mucho más eficiente.

El trabajo, que describe un rango de políticas con probados beneficios ambientales y económicos, consideró que las economías europeas pueden conducir un uso de los recursos materiales más eficiente, como parte de la transición hacia una economía verde, según la Unión Europea.

El trabajo apuntó que aunque varias tendencias ambientales de la Unión Europea están mejorando gradualmente, los Veintiocho necesitan una reorientación sistémica más profunda de su economía y fijarse algunos objetivos medioambientales a largo plazo. De este modo, puso de ejemplo el objetivo propuesto por la Unión Europea para reducir los gases de efecto invernadero entre el 80% y el 95% respecto a los niveles de 1990 para el año 2050, algo que según este trabajo, no será posible únicamente con el aumento de la eficiencia energética.

En este contexto, el director ejecutivo de la EEA, Hans Bruyninckx subrayó que «la innovación podría ser el conductor más importante para cambiar la forma ineficiente en que se suelen utilizar los recursos» y que la innovación medioambiental es clave para afrontar los retos del siglo XXI.

«Si queremos vivir bien sin llegar a los límites del planeta, como recoge el VII Programa de Acción Ambiental de la Unión Europea, entonces necesitaremos apoyarnos fuertemente en la creatividad de Europa. Esto no trata sólo de nuevos inventos, sino de impulsar el desarrollo y la difusión de las nuevas tecnologías verdes, que podrían llegar a ser incluso más importantes», manifestó.

De acuerdo con el documento, otro aspecto para mejorar la eficiencia de los recursos podría ser la reducción de los impuestos del trabajo, como las tasas al salario y, en su lugar, gravar el uso ineficiente de los recursos y la contaminación ambiental. Además, añadió que los países que quieren introducir sus productos a la Unión Europea también adoptarían gradualmente las normas tales como los estándares de emisiones de los vehículos o los controles químicos.

Por otro lado, apuntó que la Unión Europea quiere incrementar el porcentaje de fabricación hasta el 20% del PIB en 2020 desde el 15,1% de 2013. En este ámbito, el documento apuntó que esta podría ser otra oportunidad para estimular los beneficios ambientales de la innovación en áreas como las energías renovables.

Sin embargo, los autores del estudio advirtieron de que tal crecimiento debe ser consecuente con las prioridades ambientales de la Unión Europea, porque de otra manera podría tener consecuencias negativas incluido el aumento de las emisiones de efecto invernadero y el desperdicio de recursos valiosos.

Finalmente, la EEA señaló que la crisis económica parece haber surtido efecto en algunos asuntos ambientales de la Unión Europea, incluida una parcial reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de otros contaminantes del aire. No obstante, en la mayor parte de áreas de Europa donde parecen tener una trayectoria similar a la de 2008, lo que perpetuaría la tendencia a largo plazo, aunque en algunos casos, la crisis parece haber ralentizado este progreso.

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