Los fabricantes cerámicos piden que no les sean aplicados los impuestos de la reforma energética

Según indicaron fuentes de la patronal, sus propuestas se recogen en tres enmiendas concretas, todas referidas a la no aplicación de impuestos para la industria mineralógica, en la que está incluida la fabricación de ladrillos y tejas, con el objetivo de mantener su competitividad.

En primer lugar, Hispalyt pretende que no se aplique el impuesto para la generación eléctrica ni el «céntimo verde» al gas natural para el sector, algo que estaría permitido por la directiva europea que regula la fiscalidad de los combustibles fósiles.

En segundo, pidieron que no se aplique el «céntimo verde» a la cogeneración en el sector mineralógico y, en tercero, que tampoco se grave con impuestos adicionales esta tecnología.

El proyecto de ley de medidas fiscales para la sostenibilidad del sistema energético está en trámite parlamentario y, en su redacción actual, prevé varios impuestos a la generación eléctrica, entre ellos uno del 6 % para todas las tecnologías y otro para el uso del gas natural, incluida la cogeneración.

La pasada semana, varias organizaciones industriales, entre ellas Hispalyt, firmaron una carta abierta al Gobierno en la que señalaban que estas tasas incrementarán los costes energéticos del sector en 1.500 millones de euros al año, lo que podría provocar un proceso de desinversión y deslocalización sin precedentes.

Según Hispalyt, el sobrecoste de la modificación del tipo impositivo del gas natural supondrá, solo para el sector de producción de ladrillos y tejas, 12 millones de euros adicionales.

A esto hay que añadir el impacto de 7,5 millones de euros del coste de la energía eléctrica adquirida, como consecuencia del impuesto del 6 % para todas las tecnologías y el incremento impositivo para el consumo de gas.

Esto se debe a que el sector de ladrillos y tejas es «intensivo en el consumo de energía», que puede suponer hasta el 50% de los costes de producción.

Además, las quejas de la patronal se centraron especialmente en los tributos que afectan a la cogeneración, una tecnología en la que el sector ha invertido porque permite «obtener un ahorro de energía primaria», el consiguiente ahorro en emisiones y una menor necesidad de infraestructuras eléctricas.

Así, consideraron que estas medidas fiscales afectarán a la industria española porque «los países del norte de África, que tienen un combustible mucho más barato, competirán en nuestro país en mejores condiciones».

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