Los expertos pronostican un fuerte impacto económico por la captura de CO2

La posibilidad de que en un futuro no muy lejano Europa sea atravesada por conductos subterráneos para el transporte de CO2 desde los centros de captura hasta los de almacenaje denominados «Ceoductos» ha sido valorada por expertos que debatieron en Gijón las perspectivas del sector energético.

Las empresas que se pongan a la vanguardia en el desarrollo de esta tecnología obtendrán «importantes beneficios» y las regiones donde se instalen centros de almacenamiento serán un foco de atracción de inversiones, según ha afirmado el ex miembro de la Comisión Europea Vicente Luque.

Los países que produzcan residuos de gases de efecto invernadero se enfrentarán al «dilema» de pagar por esas emisiones un precio superior al coste de su captura y eso favorecerá el desarrollo de la tecnología y las infraestructuras necesarias, según han coincidido varios expertos en un debate organizado por la Fundación Asturias Compromiso XXI.

«Lógicamente, las empresas que generen CO2 como residuo de su producción comprenderán que les resulta mas rentable trasladarse a zonas próximas a los centros de almacenaje y esas deslocalizaciones provocarán un trasvase de inversiones», ha afirmado Luque.

El ex miembro de la Comisión Europea ha dicho que la política comunitaria global para los próximos años estará condicionada por el cambio climático y en ese marco quien tenga la tecnología necesaria para afrontar los cambios obtendrá ventajas significativas.

Ivan Martín, ingeniero de la multinacional Shell, ha pronosticado el aumento del coste de la extracción de petróleo y gas y la recuperación del carbón como combustible para generación de energía eléctrica aunque asociado a procesos de limpieza como la captura de CO2″.

El crecimiento de la demanda energética será «desproporcionado», porque para una previsión de crecimiento de la población mundial del 50 por ciento se estima un aumento del ciento por ciento en el consumo de energía, según ha indicado el ejecutivo de la petrolera.

Martín ha considerado «muy difícil» el cumplimiento de las directivas europeas sobre reducción de emisiones contaminantes y ha asegurado que la producción de combustibles fluidos fósiles, petróleo y gas, va a tener problemas para abastecer la demanda a final de la década.

Según ha afirmado, para cumplir con los requisitos de la Unión Europea «se tiene que producir una revolución» en el sector, con más renovables, mas combustibles fósiles y menos contenido en carbono y gestionar las emisiones.

Es en este último punto, en el que el experto de la multinacional ha valorado «la tecnología de captura y secuestro de CO2 como un factor de desarrollo económico».

Según sus previsiones, se tendrán que construir unas 3.000 plantas de almacenaje hasta el año 2050, a un ritmo de una planta cada cuatro días en los próximos diez años.

China está abriendo una central térmica alimentada por carbón mineral cada tres días y en los próximos tres años se abrirán un millar de centrales en otros países, entre los que destacan India y Estados Unidos, según ha indicado.

El director de Energía de Asturias, Isaac Pola, ha valorado el papel que puede desempeñar el sistema de captura y almacenaje de CO2, en el marco del mix de generación energética previsto para los próximos años.

Asturias es la región de España que menos se aparta de los objetivos del protocolo de Kioto y ha destacado «el potencial» de las renovables, especialmente las eólicas y las solares de concentración.

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