Los empresarios franceses que invierten en España, preocupados con el precio de la energía

En un desayuno informativo organizado por Executive Forum, Bonnafont explicó que los inversores franceses valoran de España sus infraestructuras, que tiene un sistema político estable y un Estado de Derecho, su situación como punto de exportación y el coste y la calidad de su mano de obra. Todo esto convierte a España en «un terreno competitivo para la producción industrial dirigida a los mercados internacionales», concluyó.

«Lo único que preguntan es qué va a pasar con los precios de la energía», indicó en referencia a la reforma del sector eléctrico y la preocupación de las compañías por el déficit de tarifa y por si la retirada del apoyo del Gobierno al sector se puede traducir en un incremento de los precios.

La Embajada constató que, pese a los problemas generados por la crisis en España, «no ha habido una salida masiva» de la inversión francesa. Aquellas cuyas cifras de negocio han sufrido caídas más importantes por pertenecer a los sectores más afectados, como el de la construcción, «no se van» porque «están esperando que llegue la recuperación», explicó Bonnafont.

Por otro lado, añadió, algunas empresas que estaban en Francia iniciaron un proceso de deslocalización hacia España, por ejemplo en la industria del automóvil, porque en el mercado laboral español encuentran ahora una mano de obra con «un coste mejor» que en su país.

Según detalló, en España hay actualmente unas 1.800 empresas francesas que generan más de 650.000 puestos de trabajo, y Francia es el primer o segundo inversor en nuestro país en el ámbito industrial. En cambio, España es el octavo inversor extranjero en Francia, señaló el embajador, que incidió en la importancia de aumentar estas inversiones.

Asimismo, destacó que, desde hace un año, España goza de superávit en sus intercambios comerciales con Francia. Por ello, uno de los objetivos del Gobierno de François Hollande es «convencer a los empresarios franceses de que vuelvan al mercado español», manifestó.

Por otra parte, Bonnafont se refirió a las ideas que comparten ambos países en el ámbito europeo e internacional, como la necesidad de aplicar cuanto antes medidas que estimulen el crecimiento económico para reducir la tasa de paro. En este contexto, se pronunció en contra de que en Europa se bajen los salarios para poder competir con los países asiáticos ya que eso provocaría un descenso en el consumo y lastraría el crecimiento económico.

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