Las prospectivas del agua y la energía, a debate

La segunda jornada de la semana «Agua y Energía» que se está celebrando en el edificio de la Tribuna del Agua en la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 ha centrado el debate en el análisis prospectivo de de la actividad energética, del agua y de la cooperación al desarrollo de este binomio.

Sesión 4: «Prospectiva energética»

Dos han sido los ponentes de esta sesión, moderada por Pedro Rivero, Presidente de UNESA. Por un lado, Pedro Linares, miembro del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia de Comillas ha hablado sobre las «Implicaciones para el agua de los escenarios energéticos mundiales».

Linares ha expuesto la «preocupación que existe en el sector energético» para hacer frente a la demanda de agua, cuando se está convirtiendo poco a poco en «un bien escaso». El aumento en la demanda de energía requerirá más agua para usos tan diversos como «la refrigeración de las centrales térmicas, el cultivo de biocarburantes o para la extracción y refino de combustibles fósiles». De hecho, según Linares, «el uso continuado y excesivo de los combustibles fósiles provoca un cambio significativo en el clima», reduciendo el aporte de agua, llegando algunos países a tener problemas de regularidad, de seguir así la situación.

Pedro Linares destacó el papel fundamental que tendrá el agua en un futuro próximo, como factor condicionante de los escenarios energéticos previstos, así como las medidas que se adoptarán frente a las limitaciones que puedan aparecer.

Por otro lado, el segundo ponente ha sido Ignasi Nieto, ex Secretario General de Energía que habló de la «Prospectiva 2030: Implicaciones para el agua y la energía». En su disertación, Nieto ha afirmado que «agua y energía constituyen por separado restos presentes y futuros, el primero para muchos países, el segundo para toda la humanidad». En este sentido, Nieto se ha postulado como defensor de las energías renovables «para luchar contra el cambio climático». Por este motivo ha abogado por «un consumo responsable del agua», puesto que algunas de estas energías siguen utilizándola.

Sin embargo ha puesto sobre la mesa un elemento más a tener en cuenta. El territorio. Para Nieto, «el territorio y su gestión es un vector transversal que une agua y energía». Por este motivo hay que cambiar de modelo estratégico. «El territorio es un bien escaso y preciado que debe ser conservado y protegido». Para ello hay que realizar mayor número de infraestructuras, pero más dispersas, por lo que «debe existir una política coherente y articulada que tenga en cuenta el trinomio agua-energia-territorio».

Sesión 5: «Prospectiva agua»

El moderador de esta mesa ha sido Mohamed Bembiblia, ex Presidente del Consejo Mundial del Agua. El primer ponente Gary Klein, es miembro de la Comisión de Energía de California. Klein, quien dijo que «ahorrando agua, se ahorra energía y ahorrando energía, se ahorra agua», ha destacado la importancia de «identificar las sinergías de esta conexión, así como discutir programas y políticas que simultaneen la mejora de la eficacia de la conexión entre agua, energíaa, efecto invernadero y gas».

El segundo ponente, Ricardo Corbacho del Instituto Tecnológico del Agua, también dirigió su discurso a las políticas de gestión para mejorar la eficiencia de los recursos hídricos y energéticos dada su escasez actual. Corbacho ha destacado que «es importante conocer la relación entre ambos recursos para saber sus implicaciones para el suministro urbano de agua» y encontrar medidas eficaces para reducir ambos consumos.

El último ponente, Jürg Gerber del World Business Council for Sustainable Development, ha articulado su charla sobre los escenarios del agua. Su máxima premisa es que «sin agua, no hay negocio». Partiendo de esta base, Gerber aconseja a las compañías que «deben comprender las condiciones locales del agua para tomar decisiones inteligentes». Es más, ha apostillado que «con una población creciente, una economía en desarrollo que acelera la demanda de todo, el valor del agua se hace cada vez más evidente».

«Está claro, que la escasez, hace que los recursos sean mejor aprovechados y está claro que para algunos negocios esta tendencia genera nuevas oportunidades económicas para encontrar soluciones para mejorar la calidad del agua y su uso eficiente».

Sesión 6: «Cooperación al desarrollo agua-energía»

A cargo de Manuel Menéndez, director técnico del Gabinete del Secretario de Estado para el Territorio y la Biodiversidad se ha dado paso a la última sesión de esta segunda jornada de la semana «Agua y Energía».

José Jiménez García-Herrera, ex responsable del Área de Medio Ambiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional ha tocado el tema de las «Políticas de cooperación al desarrollo agua-energía: Objetivos del Milenio». Desde este punto de vista, Jiménez expuso que el binomio perfecto es, sin duda, que «el agua es para vivir, pero la energía es el desarrollo». Jiménez apostó por dirigir llas sinérgias a adoptar un enfoque de sostenibilidad. «Sólo desde la protección ambiental se podrá luchar contra la pobreza, pero para consguirlo tenemos que pasar de un modelo competitivo a un modelo de cooperación y obtener una situación real de equilibrio». Su conclusión es que «hay que integrar de forma efectiva el medio ambiente en la planificación de agua y energía».

Por parte de WWF Adena, estuvo su responsable de Energía, Heikki Willstedt, que ha hablado de la frontera que separa en Gibraltar a los países del norte y los de sur, con unas diferencias socio-culturales y económicas muy marcadas. «Lo más destacable es que los países del sur tienen un índice de utilización de los recursos hídricos explotables renovables superior en su conjunto al 107%, y que también necesitan 10 veces más agua y 3 veces más energía para generar cada unidad de PIB que sus vecinos del norte». Junto a esto, Willstedt añadió que «la desalación empeora la sostenibilidad de sus economías al tiempo que aumenta su consumo energético y sus emisiones de CO2″. Asimismo, «la región verá disminuir las precipitaciones, al tiempo que aumentarán las temperaturas hasta en 3,5ºC, haciendo aumentar el estrés sobre recursos hídricos» sentenció Willstedt. La solución, «instaurar urgentemente políticas regionales de desarrollo que potencien la sostenibilidad del agua y la energía».

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