Las petroleras afrontan un año de incertidumbre por el precio del crudo y el impacto en sus cuentas
La agencia de medición de riesgos Moody’s advierte de que «la industria global del petróleo y el gas está entrando en un desafiante 2015 basado en unos precios del crudo tenazmente bajos«. El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, caía la pasada semana por debajo de los 50 dólares por primera vez desde 2009, muy lejos de los 100 dólares a los que cotizaba a principios de septiembre.
Las causas de este desplome se encuentran en la conjunción de una caída de la demanda, principalmente en países emergentes, con un aumento de la oferta, debido a la incorporación de nueva producción en los Estados Unidos con las técnicas de fracturación hidráulica, también conocidas como fracking. En este contexto, la OPEP, que tradicionalmente ejerció de regulador del mercado, se negó a reducir la producción, lo que se tradujo en un descenso continuado del precio del crudo para el que todavía no se encontró suelo.
«Es más un problema de oferta que de demanda», explica el experto de Citi, José Luis Martínez. Ahora «la cuestión clave es cuál es el nivel de precios de equilibrio» porque «mucha de la inversión que se realizó en los últimos veinte años fue a precios muy altos, probablemente muy por encima de los niveles actuales», es decir, que esos proyectos ahora están vendiendo por debajo de coste. En su opinión, esta sobreproducción «será absorbida» con una reducción de la capacidad de producción que podría iniciarse «en los próximos meses».
El analista de ATL Capital, Ignacio Cantos, considera que los productores están «tensando la cuerda para ver quién queda fuera del mercado en estos entornos de precios», e incluso apunta que podría tratarse de «una guerra económica contra Rusia por todo lo que pasa en Ucrania». El futuro precio de equilibrio se situará, según Martínez, en torno a los 60 dólares, una cifra que Cantos coloca como base de una horquilla que se extendería hasta los 80 o 90 dólares.
Por su parte, el analista de XTB, Rodrigo García, no ve «ninguna razón por la que deba dejar de caer», ya que se trata de una «guerra» en la que «nadie quiere ceder«. El impacto de este desplome en las cuentas de las petroleras dependerá, según señala Cantos, del peso del negocio de exploración y producción y de sus costes, y será más evidente en los resultados de 2015 que en los del ejercicio pasado.
Esto se debe, según explica Rodrigo García, a que las petroleras suelen tener coberturas para vender el producto a un determinado precio durante unos meses, de manera que las entregas realizadas a finales de 2014 estaban, en su mayoría, protegidas por estos contratos. Sin embargo, «conforme vayan venciendo esos contratos de futuros es cuando las cuentas reales de las compañías se verán más afectadas«, especialmente si el crudo no repunta.
De hecho, según avanzaba Moody’s, ExxonMobil, Shell y Total anuncian recortes de costes, algo que podría extenderse a todo el sector y repercutir también en una contención de las inversiones. Cantos incluso prevé recortes de dividendos. El desplome del crudo ya perjudica la cotización de las petroleras privadas, que acumulan importantes pérdidas de valor desde septiembre de 2014, especialmente las emergentes estadounidenses dedicadas al gas no convencional. Las acciones de Repsol han caído en torno a un 21% desde entonces.



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