Las petroleras afirman que la bajada internacional de los carburantes se traslada «en su totalidad» al precio de los mismos antes de impuestos

La AOP, que aglutina a las principales compañías petroleras con operaciones en España, como Repsol, Cepsa y BP, explicó que entre el pasado 30 de junio, fecha en la que se alcanzaron los precios máximos anuales, y el 15 de diciembre, el precio antes de impuestos del litro de gasóleo bajó en 16 céntimos, hasta 0,578 euros; y el de gasolina se abarató en 21 céntimos, hasta 0,528 euros, lo que muestra «claramente» cómo «los precios han reflejado el abaratamiento del coste de aprovisionamiento».

Por su parte, la cotización internacional del litro de gasóleo bajó 16 céntimos y la de la gasolina 21,5 céntimos de euro, con lo que su precio medio se situó en 0,423 y 0,367 euros, respectivamente.

Según la misma fuente, que citó datos del Geoportal de Hidrocarburos del Ministerio de Industria, el lunes, el precio medio del gasóleo en las gasolineras de España era de 1,15 euros por litro y el de la gasolina de 95 era de 1,20 euros.

La patronal defendió que comparar las variaciones porcentuales entre el precio del crudo y el del surtidor es incorrecto puesto que sólo afecta a una parte del producto final.

De igual forma, tampoco es correcto compararlo con el precio de los carburantes al por mayor, «ya que el coste de gasóleo de automoción es sólo el 37% del precio de venta al publico y el de la gasolina sin plomo de 95 octanos el 31%».

El resto de costes de cada litro son los impuestos, que en el caso del gasóleo son el 50% del precio de venta al público y en la gasolina el 56%, el margen bruto mayorista (1,5% en cada tipo de carburante), y los costes de distribución.

Estos últimos, que suponen el 12% del precio del litro del gasóleo y el 11,5% del de la gasolina, incluyen el coste de la gasolinera (personal, surtidores, etc), el coste del transporte del producto a la estación de servicio, el del biocarburante que hay que añadir y la aportación al fondo de eficiencia energética.

Además, aseguró que los operadores petrolíferos sólo tienen capacidad para fijar el precio en menos del 20% de los puntos de venta.

Brufau: «La mitad del precio de los carburantes son impuestos»

Por su parte, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, recordó que la mitad del precio de venta al público de los carburantes son impuestos, y defendió que las petroleras son «muy responsables» y que «no jugamos con los precios».

Brufau sostuvo que si el precio del barril del crudo pasase de 100 a 10 dólares, la gasolina «sólo caería dos veces» y puso este ejemplo para explicar que «la mayor parte del precio nuestro son impuestos» que no repercute las variaciones del precio del crudo, y apuntó que con un precio de 100 dólares el barril de crudo al consumidor le costaría 1,59 euros el litro, mientras que a 10 dólares serían 0,91 euros.

El presidente de Repsol subrayó la importancia de entender la formación de precios y que «hay una parte muy importante que se queda el Estado» que hace que «cuando baja el crudo no se refleja tan inmediatamente o en el mismo porcentaje en el precio de venta».

Las compañías petroleras «son muy responsables y están en pura competencia, nadie abusa del mercado ni muchísimo menos«, agregó.

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