Las centrales nucleares españolas serán examinadas ante incendios causado por impacto de un avión
Así lo explicó en rueda de prensa la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, quien afirmó que esta segunda Instrucción Técnica Complementaria (ITC) adicional a la europea, es de obligado cumplimiento para las plantas atómicas españolas. «Cada país es soberano en el alcance de las pruebas. Las europeas son el mínimo denominador común. A partir de ahí, cada país tiene capacidad de ir más allá y ser más exigente. En este caso, la ITC-2 mejora y amplía la primera», aseguró.
«Se pretende comprobar los medios y recursos sea cual sea lo que inicia el suceso, un avión, un ataque terrorista o una explosión de gas«, etalló.
A este respecto, manifestó que «es muy posible» que las centrales tengan que implantar nuevas medidas e invertir recursos y, en ese contexto, «puede haber plantas a las que no les resulte rentable», por lo que si no las adoptan, tendrán que cesar la operación.
Asimismo, Martínez Ten indicó que si incluso si con la implantación de nuevas medidas complementarias, se considerase que una central no podría responder a escenarios extremos, «tendría que dejar la operación».
Las pruebas consisten en someter a examen al parque nuclear español a situaciones que, aunque sean «improbables» podrían suceder y, en el caso de España, el director técnico de protección radiológica, Juan Carlos Lentijo, reconoció que el sistema de protección física en todos los Estados tiene en cuenta el «grado de posible amenaza de atentado», por lo que las centrales se examinarán también por si se produjera un atentado que «pudiera superar lo previsto en el diseño del inicio».
En todo caso, los resultados de las pruebas, tanto las primeras y comunes para el conjunto de los Veintisiete, acordadas para reevaluar la seguridad del parque nuclear europeo, que cuenta con 148 reactores, a raíz del accidente de la central de Fukushima (Japón), no serán públicos, puesto que incluyen aspectos de seguridad de carácter confidencial.
Las pruebas de resistencia correspondientes a la Instrucción Técnica Complementaria 1 (ITC1) que recoge los criterios del Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG) contemplará como sucesos iniciadores los terremotos y las inundaciones (tsunamis, oleaje, tormentas, rotura de presas), así como la pérdida de funciones esenciales para la seguridad, tales como la pérdida de alimentación eléctrica, la pérdida de sumidero final de calor o la combinación de ambos. El grupo europeo acordó también que las pruebas incluyan las capacidades de cada emplazamiento para hacer frente a accidentes no contemplados en la base de diseño y que tengan consecuencias graves, «cualquiera que sea su origen».
Al mismo tiempo el examen también incluirá la gestión de accidentes severos, como podrían ser la pérdida de las funciones de refrigeración del núcleo; la pérdida de la función de refrigeración de las piscinas de combustible gastado, o la integridad de la vasija del reactor.
Para cumplir con esta instrucción comunitaria que según Martínez Ten responde al criterio de que «el concepto de la seguridad nuclear es indivisible y no tiene fronteras», el CSN incluyó, a pesar de no ser obligatorios los stress test más que a las centrales nucleares, a la planta de combustible de uranio de Juzbado (Salamanca) y a la central de José Cabrera (Zorita), que está en proceso de desmantelamiento. A Zorita, sin embargo, no le afectará la ITC-2, aunque la presidenta del CSN dijo que esto «a lo mejor, lo debaten en el Consejo». En todo caso, confirmó que todas las centrales españolas están ya trabajando en dichas pruebas.
Así, el cumplimiento de la instrucción de la ENSREG y la WENRA, los titulares de las centrales deberán remitir al CSN los informes preliminares de la ITC-1. A continuación, el 15 de septiembre, el CSN remitirá a la Comisión Europea el análisis preliminar de dichos informes; después, el 31 de octubre, los titulares remitirán al CSN los informes definitivos de la ITC-1.
El 9 de diciembre, el Consejo de la Unión Europea analizará los informes remitidos por los países miembro y no será, hasta el último día de 2011 cuando el CSN envíe a la Comisión Europea el análisis final de los informes españoles. Ese mismo 31 de diciembre, los titulares remitirán al CSN un análisis con las acciones relativas a la ITC-2, las pruebas específicas del parque nuclear español. De este modo, a lo largo de 2012 se revisarán los informes finales de los países.
En la tercera fase, equipos de expertos de varios países revisarán los informes nacionales, pudiendo realizar inspecciones sobre el terreno. «Se pretende comprobar los medios y los recursos, sea cual sea lo que inicia un suceso», ha indicado.
A este respecto, la directora técnica de seguridad nuclear, Isabel Mellado, precisó que tras el 11-S en Nueva York en 2001 se hicieron varios estudios sobre impacto de avión pero en esta instrucción, más que en estudiar el impacto del avión como tal, las pruebas de estrés se centran en mitigar las consecuencias que se pueden producir. En este contexto, advirtió de que si ocurre una situación de estas se pueden perder muchos sistemas de seguridad, la integridad de la contención y muchas de las características habituales con las que hacer frente a estas situaciones que provocan grandes incendios. «Esto no quedaba contemplado en la ITC1. Por eso, la ITC-2 pretende establecer medidas para mitigar estos escenarios», justificó.
En cuanto al futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado, Mellado aseguró que «evidentemente, todo esto se tendrá en cuenta» en el diseño de la instalación. «En una instalación nueva a construir, siempre es más fácil así que se tendrá en cuenta desde el principio», reconoció.
Por otro lado, la presidenta del organismo regulador aseguró que todavía no se ha constituido el grupo de trabajo europeo sobre prevención frente a ataques terroristas, al tiempo que Juan Carlos Lentijo agregó que el grupo de el CSN tiene un convenio con el Ministerio del Interior del que se derivan líneas de trabajo de respuesta a emergencias y prevención y respuesta a atentados. En esta línea, apuntó que hay unos grupos de trabajo permanente y que ahora, la diferencia es que existe una Ley de protección de infraestructuras críticas a la que el modelo de respuesta y prevención «tendrá que ajustarse».
Finalmente, la presidenta del CSN anunció que comparecerá ante el Congreso de los diputados «seguramente en septiembre» para informarles de los datos del accidente de Fukushima, de las reuniones europeas y los acuerdos adoptados, etcétera. De este modo, seis meses después del accidente, informará a la Cámara de la situación, al tiempo que dijo que «serán necesarias después más comparecencias porque el accidente todavía no ha terminado».



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