Las Cámaras de Comercio defienden la energía nuclear para garantizar el consumo
En una entrevista, Horaci Simó i Burgués, presidente de la Cámara de Comercio de Lleida, advirtió de que «en España falta energía», no sólo nuclear sino también la generada por gas o petróleo, en un porcentaje que situó por encima del 80 por ciento.
Por el contrario, citó, en Francia «sobra» energía porque cuenta con 59 centrales nucleares, mientras que en España, donde falta energía que ha de comprar al país vecino, se quieren cerrar por parte de algunos políticos y grupos ecologistas, agregó.
Confió en que este año se alcance un pacto nacional sobre la energía entre PP y PSOE que contemple «sin miedo» a la nuclear como recurso porque «es la solución» ante un futuro en el que «cada vez tendremos menos energía».
Representantes de las Cámaras de Comercio de Galicia, Cataluña, Baleares o Aragón participan en Compostela en una reunión de la Comisión de Industria y Energía del Consejo Superior en la que evaluarán la situación actual del sector nuclear en España o la Ley de Economía Sostenible, entre otros asuntos.
Precisamente en 2009 esta Comisión mantuvo encuentros itinerantes en Valencia, Zaragoza o Santander para compartir conocimiento y consolidar la red cameral, y en todos ellos cobró protagonismo el tema energético y nuclear, sobre el que últimamente ha habido cierta polémica a propósito de la instalación de almacenes temporales centralizados o cementerios nucleares.
«Estamos en desacuerdo con que se cierren las centrales» que «se tienen que alargar», como hizo Suecia, recordó Simó i Burqués, quien insistió en defender los depósitos de residuos radiactivos, una cuestión en la que cree que el Gobierno está «cambiando de parecer».
El argumento, planteado con un interrogante, es el siguiente: «Si por un lado decimos que nos falta energía y por otro decimos que tenemos que cerrar las centrales nucleares, ¿dónde vamos a depositar los residuos?».
Al hilo de ello, evocó el caso del desmantelamiento de Vandellós I cuyos residuos se depositaron en Francia, explicó, y tras 10 años España no cuenta con un depósito para albergarlos y ha de pagar unos alquileres «muy altos».
Estos residuos deben comenzar a retornar a España antes del 31 de diciembre de 2010 o, de lo contrario, las autoridades deberán pagar un coste que puede ascender a 60.000 euros diarios, según la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos.
El presidente de Comisión de Industria y Energía del Consejo Superior defendió las energías renovables como la eólica o la solar, subvencionadas por el Gobierno, pero volvió a preguntarse si tenemos bastante energía con las renovables.
Tras responder que no, reiteró la necesidad de acudir al gas, al petróleo y la energía nuclear para abastecer el consumo eléctrico que no deja de aumentar -un 4,7% hasta marzo, según Unesa-, un incremento que calculó de un 2,5 a un 3 por ciento anual para el que «no hay suficiente energía renovable», reiteró.
Sobre la implantación del coche eléctrico, del que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó que podría abaratar el precio de la electricidad, Simó i Burgués añadió como contrapartida que «consumiremos más energía eléctrica».
Por esa razón insistió en la energía nuclear, cuyo lado positivo es que es barata y el negativo de todas es que «son peligrosas», por lo que las alternativas para afrontar los próximos 10 años pasan por seguir comprando energía a Francia, instalar centrales mixtas de gas y petróleo, que «es muy caro», u optar por la energía nuclear que, aparte de la hidráulica, es la que «nos sale barata».
En cuanto a la Ley de Economía Sostenible, Simó i Burgués explicó que estudiará el anteproyecto pero que, en principio, lo que se debería hacer es «dar confianza sobre todo a los empresarios, que creamos empleo, porque hasta ahora no se ha dado confianza para que el consumo crezca. Aquí lo único que nos crece es el paro», indicó.


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