La UE defiende una economía «más verde» para vencer la crisis y el cambio climático
En un Consejo informal conjunto celebrado en Aare (centro de Suecia), los titulares europeos de Energía y Medio Ambiente han debatido sobre el proceso de transición europeo hacia una economía que sea, al mismo tiempo, eficiente y ecológica.
Según han recalcado los ministros, se trata de un camino que hay que iniciar «ahora», porque cuanto más tarde se haga, más caro será, han precisado.
La ministra sueca de Energía, Maud Olofsson, ha recordado que el cambio climático y la crisis económica han provisto a la Unión Europea de «una oportunidad de oro» para ser los primeros en dar el salto a este nuevo sistema económico y beneficiarse así de una posición ventajosa en los mercados internacionales.
La inversión en eficiencia energética, fuentes renovables y reciclaje es, por tanto, «esencial» para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo y, además, alcanzar los objetivos medioambientales europeos, ha recalcado Olofsson.
El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, ha afirmado que no se trata de un reto utópico y ha recordado que la actual crisis ha dejado patente que el sistema financiero tradicional no es válido a largo plazo.
«Los argumentos son convincentes pero no todo el mundo está convencido», ha precisado el comisario, que ha exigido «redoblar esfuerzos» para avanzar hacia este nuevo tipo de economía.
En este sentido, el titular de la cartera sueca de medioambiente, Andreas Carlgren, ha precisado que es necesario que «otros», en referencia a las economías emergentes, adquieran un nivel de compromiso tan alto como el europeo, con vistas a alcanzar un acuerdo en la cumbre de la ONU sobre el clima que se celebrará el próximo diciembre en Copenhague.
«No tenemos un plan B», ha subrayado Carlgren, que ha hecho hincapié en la importancia de esa cita, en la que la UE está trabajando «paso a paso» para tener éxito.
Los ministros también han debatido sobre el establecimiento de un precio para las emisiones de CO2, no sólo con la promoción del sistema europeo de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés), sino también mediante los impuestos que se aplican a las mismas.
Dimas ha explicado que las cargas a las emisiones de carbono sirven para castigar los comportamientos no sostenibles y, al mismo tiempo, ayudan a financiar iniciativas verdes.
Por ejemplo, ha explicado el comisario, en el caso de los coches, los impuestos gravan a los vehículos más contaminantes y, además, subvencionan a los más limpios, ayudan a mejorar la calidad del aire, reducen la dependencia energética y alivian la carga del bolsillo de sus conductores, que pagan menos por el combustible.
El comisario ha admitido que introducir una normativa común en la Unión Europea sobre los impuestos a las emisiones de carbono es «difícil», pero ha aclarado que cada estado miembro puede hacerlo individualmente, una medida que está resultando beneficiosa en aquellos países que la han implantado, ha recordado.




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