La UE apuesta por mecanismos de solidaridad para mejorar la seguridad energética
Francia, que este semestre ocupa la Presidencia de turno de la UE, ha pedido a los jefes de Estado o de Gobierno europeos que se comprometan a hacer un «doble esfuerzo de responsabilidad y solidaridad» para reducir al mínimo el riesgo de ruptura en el suministro.
El objetivo es que los países pongan en marcha todas las medidas nacionales necesarias para evitar ese riesgo y que, además, se comprometan a asistir a cualquier Estado miembro que de manera «súbita y temporal» vea interrumpido su suministro energético, según el proyecto de conclusiones del Consejo Europeo. Para ello, deberán prever «márgenes de seguridad» que permitan liberar con urgencia un determinado porcentaje de su consumo máximo. En este sentido, los países instarán a la Comisión Europea a que presenten sugerencias concretas en noviembre.
Asimismo, la Presidencia francesa de la UE aboga por fijar un calendario antes de finales de año para diversificar las fuentes de energía y reforzar las interconexiones entre países, a fin de evitar que en Europa sigan existiendo Estados como los bálticos y nórdicos que viven en «islas» energéticas.
A dicha diversificación contribuirán de manera significativa las medidas del paquete legislativo sobre energía y cambio climático, que incluyen el compromiso de que el 20 por ciento del consumo energético de la UE proceda de fuentes renovables en 2020.
Francia también insiste en que deben desarrollarse tecnologías que permitan utilizar de manera duradera los recursos fósiles de que dispone Europa y, en este sentido, considera «fundamental» la captura y almacenamiento de carbono.
En cuanto al uso de energía nuclear, la Presidencia aclara que los Veintisiete «siguen siendo libres» de recurrir a ella siempre que lo hagan en «las mejores condiciones de seguridad y gestión adecuada de residuos». A este respecto, añade que considera «urgente» elaborar una normativa comunitaria sobre la materia.
Garantizar el abastecimiento y diversificar las fuentes pasa también por desarrollar las relaciones con los países productores y, con tal objetivo, se propone la celebración en primavera de 2009 de una reunión con los países del mar Caspio y otros de tránsito.
Francia incide en que «deberá prestarse especial atención al desarrollo de una asociación energética con África».
Es «esencial» para la UE que en su cooperación con los países terceros se den a conocer los recursos disponibles, las intenciones de inversión y la evolución de la demanda, según la propuesta francesa.
Otro de los elementos que ayudaría a afianzar la seguridad energética es recortar el consumo, en particular en los sectores de la construcción y los transportes.
Para lograrlo, la UE quiere revisar la eficiencia de distintas categorías de electrodomésticos y avanzar en el diseño ecológico de los productos, así como que Bruselas revise las normas de rendimiento energético de los edificios fijando niveles más ambiciosos.
Fomentar las inversiones es otro de los retos que se propone la Unión para lo que tendrá que esforzarse, en primer lugar, por aumentar la transparencia en la oferta y la demanda de energía: «es indispensable disponer de información común sobre las necesidades y los recursos a corto y largo plazo».
Dentro del paquete legislativo sobre el mercado interior de la energía, que aún está en negociaciones en la UE, existen varias normas para mejorar la transparencia. Por ello, Francia pide que la puesta en práctica de las normas se haga lo antes posible.




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