La solar y la fusión cubrirán la demanda de toda la Humanidad, según afirma el director del ITER

Así lo manifestó Alejaldre, en la inauguración del Ciclo «Ciencia para Directivos» en la Fundación Ramón Areces en una conferencia titulada «Una energía inagotable y no contaminante: oportunidades industriales en torno al proyecto internacional de fusión ITER» en la que explicó el estado en el que se encuentra el Proyecto ITER, que busca reproducir las reacciones de fusión que tienen lugar en el Sol y otras estrellas con el objetivo de generar energía.

«Desde julio de 2010 nos encontramos en la fase de construcción de los diferentes edificios. Es una fase mucho más importante y todos los socios reiteraron su compromiso con los presupuestos del proyecto», subrayó.

El objetivo de ITER («camino» en latín) es demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión como fuente de energía y extraer diez veces más energía que la que se introduzca.

La energía de fusión, frente a la de los actuales reactores nucleares, es segura, pues apenas produce desechos radiactivos (los expertos defienden que, aunque estos tendrían una actividad de cien años, en el peor escenario el impacto para el humano sería como fumar dos o tres cajetillas de tabaco un solo día de la vida). De hecho, esta energía tiene «una gran capacidad para generar energía eléctrica «de una manera medioambientalmente aceptable».

Alejaldre advirtió de que el objetivo de la Comisión Europea de eliminar en 2050 las emisiones de CO2 en la producción de electricidad «podría generar euro-frustración» y añadió que esta se incrementó «cuando un país tan importante como Alemania decidió aumentar el uso de carbón y gas para generar electricidad». Por ello, apostó por «demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión como nueva fuente de energía».

Desde que en 2006 naciera este proyecto, el principal problema al que se enfrentaron, explicó Alejaldre, surgió como consecuencia de los daños que el terremoto y posterior tsunami en Fukusima produjeron en varias instalaciones japonesas.

«Trabajamos con nuestro socio japonés y con el resto de los socios para analizar cómo podíamos minimizar el impacto de este fenómeno y finalmente se hicieron una serie de cambios y alteramos el calendario. Ahora hemos visto que el impacto va estar reducido a un año«, señaló.

Si el proyecto ITER tiene éxito, Alejaldre estimó que sobre 2050 se podrá introducir energía eléctrica de una máquina cuyo funcionamiento se base en la fusión. «A partir de los años 40 o 50 me atrevería a prever un desembarco masivo de esta tecnología», aventuró.

Alejaldre aseguró que este hecho «significaría la producción de energía eléctrica de forma masiva, que probablemente se tendría que ver complementada con algunas otras formas de energía más flexibles».

Además, si este proyecto demuestra que se puede conseguir una electricidad más barata, entonces «podremos visualizar un futuro energético basado en la generación de electricidad utilizando fusión para las necesidades centralizadas e intensivas de energía eléctrica», viendo «una sociedad diferente en la que el petróleo prácticamente no tenga ningún valor energético», destacó.

Asimismo, avanzó que su utilización podría derivar también a la producción de hidrógeno como vector energético para transporte, combinado con una utilización de la energía solar fotovoltaica para satisfacer necesidades descentralizadas y difusas de energía eléctrica.

«Creo que el mundo en el futuro girará en torno a dos fuentes, ambas solares: la fusión y la solar. Creo que con la combinación de estas dos podremos cubrir las necesidades de toda la humanidad en cualquier momento«, aseguró.

En cualquier caso, Alejaldre afirmó que la seguridad energética debe ser un factor importante en la política de la energía y se refirió a la situación de España al decir que el principal problema se debe a que el país es «una isla energética que está obteniendo el 80% de su energía del exterior, una combinación cuyo riesgo es evidente».

Modificar este aspecto es «clave» en la política energética, y para modificarlo sería necesario -desde su punto de vista- acudir a las energías autóctonas.

«El problema es que solo tenemos las fuentes de viento y solar, que todavía no están desarrolladas y que están provocando un gasto en subvenciones tremendo que en tiempos de crisis está suponiendo que el Gobierno se replantee la utilización de estos incentivos al menos de una manera inmediata, algo que probablemente es lógico«, indicó.

Para Alejaldre, otra posibilidad supondría el desarrollo de la energía nuclear para la producción eléctrica y la modificación de las redes, introduciendo una mayor interconexión con Francia y el resto de Europa a través de las redes eléctricas y gasísticas que ya existen.

Asimismo, destacó la importancia de promover la investigación en fuentes de energía, especialmente en la forma de almacenamiento de las renovables.

«En estos momento de crisis lo que es clave es mantener el capital humano y buscar la manera de que al menos los equipos que existen se puedan mantener con los recursos que hay, y no disminuirlos hasta los niveles que hacen que esos grupos tengan que buscar la solución personal fuera de nuestro país», advirtió.

Según el Director General Adjunto del Proyecto ITER, España esta realizando un esfuerzo de inversión en I+D en energía considerable desde hace bastante años que esta dando sus frutos no solamente en la aportación científica y tecnológica al desarrollo de la fusión como fuente de energía sino incluso en los retornos industriales que las empresas españolas están obteniendo en los proyectos internacionales relacionados con fusión.

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