La Sociedad Nuclear Española pide un marco regulatorio «predecible y estable» a corto, medio y largo plazo para la planificación del sector

«Necesitamos una política energética a medio y largo plazo, que no dependa del Gobierno de turno, sino que se sepa qué va a pasar en los próximos 20 o 30 años», señaló la presidenta de la SNE, Lola Morales, cuyo mandato concluye este mes.

En rueda de prensa, con motivo de la Asamblea Anual de la organización y la jornada de experiencias operativas de 2012, Morales destacó que los eventos más importantes del pasado ejercicio fueron las pruebas de resistencia a las centrales nucleares, la decisión de construir el almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta intensidad y combustible gastado y la parada del reactor de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos).

Respecto al ATC, dijo que es una buena decisión porque aporta inversión y potencia el desarrollo industrial, porque «completa el ciclo del combustible» y porque se disminuyen los costes de la gestión de los residuos, al tiempo que aumenta las capacidades de España en la investigación nuclear en el ámbito del combustible irradiado.

En cuanto a las pruebas de resistencia, Morales destacó que los informes confirman la «robustez» de los diseños de las centrales, resaltan la proactividad de los titulares por comprometerse a mejoras adicionales y porque los expertos de la Unión Europea que estuvieron de misión en las plantas españolas, reconocieron y elogiaron por escrito que los integrantes de las plantas disponían de un alto conocimiento y que las implantaciones formaban parte de los planes de las centrales nucleares.

Además, sobre la finalización de la actividad de Garoña, la presidenta de la SNE subrayó que Garoña es segura y que, de hecho, «siempre ha estado entre las mejores de su categoría en el mundo» y que mantiene los niveles de seguridad gracias a los altos niveles de inversión en seguridad.

Morales dijo que cuando a finales de 2011 se aprobó la Ley de Economía Sostenible, que abría la posibilidad de que las centrales operasen más allá de los 40 años, no «pensaban» que para resolver el déficit en el mercado eléctrico se aprobase una ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética con carácter retroactivo. Esto obligaría a Garoña a pagar 153 millones de euros en impuestos como consecuencia de la descarga del reactor. «Nos resulta difícil explicar que unos nuevos impuestos hagan inviable una actividad económica que es el motor de la zona», indicó.

Pese a la situación económica y el nuevo marco regulador, según la presidenta saliente de la SNE los resultados del parque atómico «han vuelto a ser fantásticos».

De este modo, el vicepresidente de la SNE, que será elegido presidente en asamblea, Francisco José López, subrayó que las centrales nucleares estuvieron 7.800 horas de 2012 acopladas a la red, lo que significa que el 90% del tiempo han entregado 61.000 megawatios hora.

Asimismo, López añadió que a pesar del descenso de la demanda eléctrica en un 1,7% –según Red Eléctrica Española–, la producción de energía nuclear subió un 6,15% y «se pudo exportar a Portugal».

Concretamente, dijo que según datos de Unesa, la aportación nuclear al sistema fue de un 22% con un 8% de potencia instalada. «Un año más la producción nuclear durante 2012 ha seguido siendo la principal fuente de aportación a la cesta eléctrica, frente a una potencia instalada de las más bajas», destacó y valoró que el sector tuvo un volumen de inversión superior a 300 millones de euros en mejoras.

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