La Sociedad Nuclear Española pide revisar la fiscalidad para que los impuestos se dediquen «realmente» a reducir el impacto medio ambiental

El presidente de la SNE, Francisco López, reclamó un marco «estable» y una revisión «a la baja» de las medidas fiscales de sostenibilidad energética para hacer frente al déficit de tarifa. A juicio de López, la Ley de medidas fiscales y sostenibilidad energética, implantada en enero de 2013, causa una «doble carga impositiva» a las centrales nucleares que provoca una reducción de los ingresos de las centrales nucleares «muy grandes».

Según advirtió López, esta ley «no cuantifica ni determina cuál es ese impacto ambiental», y su objetivo es «recaudar impuestos para que la tecnología nuclear contribuya de manera muy importante a resolver el problema del déficit tarifario«. Por ello reclamó una revisión de las medidas de sostenibilidad energética, para que los impuestos «se apliquen realmente» en la reducción del impacto ambiental. Además López lamentó que esta fiscalidad está «penalizando tremendamente a la energía nuclear y a toda la industria nuclear, su desarrollo tecnológico y modernización».

Francisco López realizó estas declaraciones en la 40ª reunión anual de la Sociedad Nuclear Española, que se celebra hasta este viernes en el Palacio de Congresos de Valencia. En este sentido, Francisco López recordó que el sector nuclear necesita de un marco «estable» para poder desarrollarse, pero, como no puede ser «inmutable», reclama que los cambios que se introduzcan den «el tiempo necesario para poder adaptarse«. Así, destacó que la regulación que exige la Comisión Nacional de Energía (CNE) es «muy exigente» y demuestra que «se hacen bien las cosas».

Sin embargo, reprochó que resulta «totalmente impredecible» la regulación fiscal de sostenibilidad energética que aprobó el Gobierno para hacer frente al déficit tarifario. Del mismo modo, recordó que el sector nuclear también cuenta con una carga impositiva para la financiación de la gestión de los residuos radiactivos y de combustible gastado. En ese sentido, abogó por una reforma de dichas tasas y su ajuste «a la baja«, en una iniciativa que resuelva la demanda de la sociedad «sin imponer mayores cargas a las centrales nucleares».

Francisco López puso como ejemplo el efecto negativo que ha tenido esta fiscalidad en la central nuclear de Garoña (Burgos). A su juicio, toda esta fiscalidad ha tenido «resultados negativos» hasta el punto de que motivaron la parada de Garoña «por razones económicas». Al respecto, destacó que es «normal y coherente» que se haya pedido la renovación de la actividad de esta central porque la vida útil de las centrales nucleares, según diversos estudios, es de 60 años e «incluso algunos informas de Estados Unidos elevan las expectativas a los 80 años para plantas homólogas».

No obstante, López destacó que ahora «no es el momento de abrir el debate» de instalar una nueva central en España porque en estos momentos hay «un exceso de potencia«, una sobrecapacidad de generación de energía respecto al consumo». Igualmente, subrayó que en el supuesto de construcción de una nueva central nuclear más del 75% podría ser de participación nacional ya que las empresas del sector nuclear español están participando en la operación, mantenimiento, formación, ingeniería y bienes de equipo y de suministro de combustible de nuevas centrales en diversos proyectos internacionales, entre los que citó los últimos contratos suscritos con China. Además, el sector proporciona 30.000 puestos de trabajo.

Asimismo, recordó que la generación de energía eléctrica de origen nuclear en 2013 generó un 19,8% del total consumido y el 60% de la producción eléctrica total de España ha sido libre de emisiones, de la cual el 40% aproximadamente se debe a la energía nuclear. Esto se consigue «con unas centrales que representan sólo el 7,7% de toda la potencia instalada«. Además, defienden que la energía nuclear contribuye a la «estabilidad» de precios y del sistema eléctrico y a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En su opinión, la energía nuclear y la de renovables no deben competir entre ellas sino «ir juntas para garantizar el suministro a un coste competitivo«.

Respecto a la central nuclear valenciana de Cofrentes, López destacó que está en la mitad de su vida útil al cumplir los 30 años y que permite que la Comunidad Valenciana sea «autosuficiente» ya que calcula que entre un 40 y un 60% de la energía consumida proceda de esta planta. En esta reunión en Valencia se presentarán más de 300 ponencias técnicas, especialmente sobre las modernizaciones en seguridad tras el accidente de Fukushima en Japón, con la presencia de 600 profesionales y una exposición de más de 30 stands.

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