La reforma energética evitará futuras subidas de los peajes de la luz al estar controlados los costes, según Nadal
«Hacia el futuro tenemos unos costes regulados mucho más controlados», que quedarán «congelados», y «con tendencia en algún caso a disminuir». Este control «al menos garantiza que no va a haber elevaciones de los peajes en el sistema eléctrico español», señaló Nadal durante su intervención en la clausura de la jornada «Impacto de la reforma del sector eléctrico en la industria de gran consumo de electricidad» organizada por la asociación de empresas de gran consumo de electricidad (AEGE).
«La ley garantiza que cualquier iniciativa que intente utilizar el sistema eléctrico como sustituto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) tendrá una sanción inmediata en forma de elevación de peajes para nuestros políticos», lo que supondría una subida del recibo de la luz, indicó el secretario de Estado.
La Ley del Sector Eléctrico incluye un sistema corrector automático para evitar la generación de déficit tarifario (desfase entre ingresos y gastos), de manera que si los costes regulados suben, lo harán en la misma medida los peajes.
En cualquier caso, Nadal valoró que la reforma energética acometida por el Ejecutivo termine con el déficit, ya que los costes regulados dejarán de ser «un elemento que frene la competitividad» de la industria española.
España tiene los costes regulados «más altos» de Europa
El secretario de Estado de Energía reconoció que los «problemas» del sistema eléctrico proceden de la parte regulada de la tarifa y que actualmente los costes españoles son «los más altos del continente», una circunstancia de la que culpó a la apuesta por tecnologías de generación inmaduras durante «las dos legislaturas pasadas».
«Este martes en Genera», señaló en alusión a la feria de renovables que se celebra estos días en el Ifema, «explicaban que un megavatio de energía fotovoltaica se puede instalar ahora por menos de 500.000 euros, cuando aquí se llegó a instalar por entre 6 y 7 millones de euros«.
Además, explicó que a medida que se introduce energía renovable en el sistema, se requiere «simultáneamente» el «respaldo» de un sistema convencional por si la renovable no estuviera disponible.
«La única manera de reducir costes es que el riesgo sea compartido por todos los países europeos», señaló Nadal, ya que de lo contrario sucede, como actualmente, que hay simultáneamente dos sistemas de generación, renovable y convencional, lo que es «enormemente caro» y «termina repercutiendo en las industrias».
Así, abogó por que la mejora de la competitividad en la energía se haga por el abaratamiento de los costes, el uso de las infraestructuras y la capacidad de generación, y «no restando competitividad al resto de sectores».
En cuanto al mix energético, dijo verlo «bastante equilibrado», al contar con una base nuclear que da «estabilidad» al sistema, unas fuentes térmicas «equilibradas» entre carbón y gas, y unas fuentes de energías renovales con costes variables bajos.
«Si esas fuentes de energías renovables las hubiésemos introducido cuando el coste de inversión era más bajo, como es en la actualidad, el mix habría sido casi perfecto», sostuvo Nadal.
El secretario de Estado de Energía también aludió a la falta de dos puntos «enormemente importantes» por conseguir dentro del sistema eléctrico. El primero consiste en obtener unos «mecanismos de ajustes de oferta más dinámicos y flexibles», especialmente en lo referido a los ciclos combinados de gas. El segundo pasa por la mejora de las interconexiones internacionales de gas y electricidad, a la que definió como la «gran batalla» del Gobierno en los foros europeos.
La industria debe acceder a precios eléctricos competitivos
Durante la jornada, el presidente de AEGE, Eduardo Gil, destacó la importancia de que la industria acceda a precios de la energía competitivos y recordó las peticiones realizadas por la industria en el manifiesto de la Federación Internacional de Industrias con Gran Consumo Energético (Ifiec Europea).
Entre estos se encuentran confirmar el objetivo de reindustrializar Europea, llegando al 20% del PIB en 2020 y el acceso a una energía competitiva, puntos que el presidente de AEGE requirió para España, donde los síntomas de la crisis «continúan siendo más palpables que en la Unión Europea» con una «inferior participación» de la industria en el PIB.
Gil aseguró en su discurso que «España necesita apoyar a la industria instalada en nuestro país y goza de excelentes infraestructuras para atraer nuevas inversiones» y aseguró que el sector industrial ya realizó «importantes esfuerzos» para reducir costes laborales.
En este sentido, Nadal destacó la importancia de lograr un precio eléctrico competitivo que no «expulse» a la industria y sostuvo que el impacto de la reforma energética sobre las grandes industrias ha sido «relativamente limitado». En este sentido, defendió que en el marco de «ajustes» realizados en la remuneración de todo el sector se «ha tenido especial cuidado» en lo que afecta a la industria que supone actividad productiva y exportación.
Así, señaló que una de las tecnologías «menos afectada» por los recortes ha sido la cogeneración (que utilizan las industrias para generar electricidad durante el proceso de fabricación para ahorrar en la factura) y que también se respetó la interrumpibilidad (pagos a grandes industrias por desconectarse del sistema cuando este lo necesita).
Sin embargo, advirtió de que «la interrumpibilidad o la cogeneración no deben ser vistas como instrumentos para compensar la elevación de los costes de la energía», sino como servicios «reales» del sistema eléctrico, por lo que defendió el sistema de subastas fijado para la primera y el control de costes para la segunda.
En este sentido, Nadal argumentó que se trata de un servicio de demanda al mercado eléctrico y se ha optado por la subasta para hacer una «distribución adecuada» de la interrumpibilidad», frente a «cualquier otra cosa» que lo haría «vulnerable» respecto a las directivas comunitarias.
A estos factores añadió el control del resto de costes y que el mercado eléctrico mayorista «se ha comportado bien el año pasado y muy bien en lo que va de año», lo que supuso que «la posición competitiva de la industria electrointensiva ha mejorado».
El precio actual al que paga la electricidad una industria electrointensiva se sitúa en 16 euros por megavatio hora (MWh), lo que le da «una gran ventaja en Europa». Este nivel de precios puede elevarse, si bien la medida del conjunto del año «va a salir bien», pronosticó.

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