La propietaria de Castor asegura que paró hace 15 días la inyección de gas en el almacén de Vinaròs
La empresa, de la que ACS controla el 66,67% y la canadiense CLP el restante 33,33%, afirmó que ahora su actividad de llenado «sigue paralizada» en «estricto» cumplimiento de las órdenes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que el pasado 26 de septiembre decretó el cese temporal de toda actividad mientras se recaba información sobre la actividad sísmica detectada en la zona.
La compañía indicó que está informando y colaborando «estrechamente» con el Departamento que dirige José Manuel Soria y también estudiando y analizando los datos con la colaboración de los organismos más especializados españoles y europeos.
Escal aseguró que «tanto la planta marina como la planta de operaciones terrestre están en perfectas condiciones» y que «todo el personal sigue en sus puestos de trabajo, garantizando la seguridad y operabilidad de las mismas».
El llenado del gas colchón comenzó en la primera quincena de junio para iniciar unas pruebas en la infraestructura que construyó ACS. Se trata de la entrada de una parte del gas colchón subastado para este almacén y que se inyecta ahora para iniciar unas pruebas en este enclave subterráneo de gas natural frente a la costa de Vinaròs. Las entregas del gas se podían empezar desde el pasado 1 de junio y hasta el 31 de octubre de 2013.
Este emplazamiento, que según su web alberga 1.300 metros cúbicos, se presupuestó inicialmente en 500 millones pero se estima que su coste se incrementó hasta los 1.300 millones de euros.
Técnicos de Industria verifican la posible relación entre Castor y terremotos
Por su parte, técnicos del Ministerio de Industria visitaron las instalaciones del Proyecto Castor, tanto las terrestres como la plataforma marina, según confirmaron fuentes de la empresa, con el fin de determinar si los seísmos están relacionados con la actividad de extracción de gas de la planta.
Los técnicos están recabando información para tratar de determinar si el aumento de la actividad sísmica en el Golfo de Valencia, en el entorno del Proyecto Castor, guarda relación con esta infraestructura, que el pasado 14 de junio comenzó los trabajos para el llenado de «gas colchón» con casi un año de retraso sobre los plazos previstos inicialmente.
Fuentes del Ministerio de Industria señalaron que estos técnicos tenían la misión de «verificar que se está cumpliendo la resolución», es decir, que la empresa cesó la actividad de inyección de gas. Sin embargo, estas fuentes no pudieron precisar todavía cuáles fueron las conclusiones de esa visita.
Desde el pasado 13 de septiembre se viene produciendo una serie de «microseísmos» que fueron aumentando en intensidad y en frecuencia, según alertó el vocal del Colegio de Geógrafos de España y experto en Riesgos Naturales, Jonathan Gómez Cantero.
Así, hace dos días se registró un seísmo de 3,6 grados de magnitud en la escala Richter, que fue sentido por la población en la costa, y este martes de madrugada esta intensidad aumentó hasta los 4,2 grados.
El aumento del número e intensidad de los seísmos en el entorno del almacén subterráneo motivó a la Generalitat valenciana a activar el plan de riesgo sísmico y a la catalana a anunciar posibles acciones legales.
El proyecto Castor, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días, pero, al parecer, la inyección de gas ha provocado el aumento de la actividad sísmica.
Cañete: «El impacto ambiental de Castor no fue condicionado por seísmos»
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, afirmó que la declaración de impacto ambiental del almacén subterráneo de gas natural Castor, no tenía «ningún condicionamiento» relativo a problemas sísmicos.
Arias Cañete aseguró que se hizo declaración de impacto ambiental del proyecto en 2008 ó 2009 y que también se instalaron sismógrafos en la Confederación del Ebro, que son los que detectaron los cerca de 300 seísmos registrados en el último mes en la zona.
El ministro confirmó que la actividad de extracción de gas en la planta está parada y se ordenó el cese temporal «en la madrugada, tan pronto se tuvo conocimiento» de los seísmos, y se pidieron los informes técnicos «en el mismo día».
El responsable del proyecto, agregó, paralizó los trabajos y pidió dos informes, uno al Instituto Geológico Minero y otro al Instituto Geográfico con el fin de determinar con exactitud las circunstancias que concurren en los incidentes.
Cuando se disponga de esos informes, «se seguirán tomando las decisiones pertinentes», indicó el ministro, quien declaró que los científicos están realizando esta labor «con todo rigor y toda celeridad y siempre con el rigor técnico que requiere un informe de esa naturaleza».
IU pide la paralización inmediata de la inyección de gas
IU reclamó la «paralización inmediata» de la actividad del Proyecto Castor dedicado a la inyección de gas en el subsuelo marino frente a las costas de Tarragona y Castellón tras los últimos movimientos sísmicos en la zona.
La formación política informó de que pidió la comparecencia urgente en el Parlamento del ministro de Industria, José Manuel Soria, para que dé explicaciones sobre el seísmo de magnitud 4,2 y la multitud de pequeños temblores que se han sucedido en el delta del Ebro y que se vinculan con la inyección de gas en el subsuelo marino.
«Soria debe dar la cara. Por eso, le instamos a que asuma las ineludibles responsabilidades políticas por haber permitido e, incluso, impulsado con descaro y protegido el Proyecto Castor», aseguró el responsable de Políticas Energéticas de IU, Adolfo Barrena.
Barrena acusó al Gobierno de haber impulsado una actividad «sin asegurar las garantías, sin medir los riesgos para la ciudadanía y el medio ambiente».
IU también reclamó a los gobiernos de Cataluña y la Comunidad Valenciana que actúen de inmediato y garanticen la seguridad de la población de las zonas afectadas.
«Además de la paralización inmediata de la actividad en la planta de Escal UGS en el delta se debe exigir a esta empresa las responsabilidades jurídicas, económicas, ambientales y sociales correspondientes por los daños provocados», denunció.
Los terremotos demuestran la temeridad de los proyectos energéticos
Asimismo, Ecologistas en Acción aseguró que los movimientos sísmicos que se registran estos días en la costa de Levante ponen de manifiesto la temeridad con la que, a su juicio, se desarrollan determinados proyectos energéticos.
La organización ecologista señaló que estos seísmos, asociados a las operaciones de inyección de gas en antiguos pozos petrolíferos del Delta del Río Ebro, ponen en evidencia el grave riesgo de las actuaciones en el subsuelo.
La organización recordó que viene reclamando desde hace años que se paralice definitivamente el Proyecto Castor en esa zona, pero también exigió que se aplique, como mínimo, el principio de precaución en proyectos de igual o mayor peligrosidad como las prospecciones petrolíferas o la fractura hidráulica.
Según Ecologistas, «los intereses económicos no justifican la temeridad con la que se ha actuado ni pueden servir como argumento de futuros proyectos».
Insistió en que a pesar de los conocimientos sobre la naturaleza del subsuelo logrados en los últimos decenios gracias a la geología del petróleo, todavía existen importantes lagunas científicas acerca de la física de sólidos y el comportamiento tectónico de los materiales confinados de aquél.
«Aún estamos totalmente desarmados en nuestra capacidad para controlar los posibles efectos, a corto y medio plazo», subrayó la organización ecologista, quien afirmó que como muestra de este desconocimiento están los movimientos sísmicos asociados a las operaciones de inyección de agua para fraccionar la roca del subsuelo y obtener gas, conocidas como ‘fracking’ (fractura hidráulica).
Los seísmos se deben a la «sismicidad inducida» por Castor
Para los expertos geólogos los numerosos seísmos registrados en la costa de Castellón y Tarragona se deben a la «sismicidad inducida» por el proyecto Castor, provocada por la inyección de gas en la roca, aunque no hay consenso acerca de sus riesgos y evolución.
Desde el comienzo del proyecto Castor para la construcción de un almacén subterráneo de gas natural que asegure el suministro de un tercio del consumo de gas del Estado durante 50 días, se han registrado más de 300 seísmos en la zona de la costa levantina.
El potencial riesgo de los seísmos, que han alcanzado un valor máximo de 4,2 grados de intensidad en la Escala Richter, motivó la decisión del Ministerio de Industria del pasado 26 de septiembre del cese temporal de las inyecciones.
Una decisión «muy acertada», ya que reduce las probabilidades de que se produzca un terremoto mayor, ha declarado el presidente del Colegio de Geólogos, Luis Suárez.
Este experto ha explicado que el almacenamiento se realiza inyectando el gas en «una roca caliza», que funciona como «una esponja, absorbiendo el fluido por los poros».
La roca acumula energía de manera natural por los procesos de dinámica de la Tierra, que se libera a través de ondas sísmicas.
La intervención del factor humano, con inyecciones de gas en un reservorio que, «además se encuentra próximo a fallas», provoca terremotos que, no obstante, suelen ser de muy baja intensidad.
«Es esperable que se produzcan seísmos cuando el terreno se somete a presión», ha afirmado Suárez, pero es un hecho «absolutamente excepcional» que se produzca un terremoto de 4,2 grados de intensidad en la Escala Richter.
En términos similares, Luis González de Vallejo, catedrático de Ingeniería Geológica de la Universidad Complutense de Madrid, ha explicado que la presión a la que se inyecta el gas en el antiguo yacimiento petrolífero de Amposta (Tarragona), situado a 1.750 metros de profundidad, es «muy elevada», lo que «siempre» provoca fracturas en la roca.
Además, ha apuntado el catedrático, la «sismicidad inducida» o «creada donde antes no la había» por las inyecciones en la roca produce cientos de terremotos, que suelen tener un techo de 4,3 grados Richter.
Por tanto, González de Vallejo ha manifestado su «incomprensión» ante «la sorpresa del Gobierno» por la aparición de estos seísmos.
La correlación «perfecta» entre inyecciones y sismicidad es «algo que se sabe» desde los años 60, ha indicado, por lo que las administraciones «deberían haber previsto que iba a suceder y haberlo controlado».
El experto ha destacado también la «posibilidad» de que se produzcan «pequeños deslizamientos submarinos», debido a las características geológicas del Delta de Ebro.
Por otra parte, la organización Ecologistas en Acción ha señalado que este proyecto pone en evidencia «el grave riesgo de las actuaciones en el subsuelo» y citan, como ejemplo de potenciales amenazas, otras practicas como la fractura hidráulica o «fracking».
«Estamos totalmente desarmados en nuestra capacidad para controlar los posibles efectos, a corto y medio plazo, del comportamiento de las rocas subterráneas», han advertido.
La organización ecologista ha pedido la paralización del proyecto Castor y que se tome en consideración el riesgo de movimientos sísmicos como argumento a favor de las energías renovables.
El golfo de Valencia registró 127 seísmos desde el 26 de septiembre
Un total de 127 movimientos sísmicos se han registrado en la zona del golfo de Valencia desde que el pasado 26 de septiembre, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, ordenara el cese temporal de toda actividad en el almacenamiento subterráneo de gas Castor.
Según datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), la región se ha visto azotada por seísmos de entre los 1,5 y 4,2 grados en la escala Ríchter. El último temblor, por el momento, tuvo lugar a las 6.42 horas de esta madrugada y alcanzó una magnitud de 1,8 grados.
El Departamento que dirige José Manuel Soria ordenó el cierre mientras se recaba información sobre la actividad sísmica detectada en la zona, debido a que el almacén estaba en fase de inyección del gas colchón, que se usa para probar el correcto funcionamiento de la instalación.
El llenado del gas colchón comenzó en la primera quincena de junio para iniciar unas pruebas en la infraestructura que ha construido ACS. Se trata de la entrada de una parte del gas colchón subastado para este almacén y que se inyecta ahora para iniciar unas pruebas en este enclave subterráneo de gas natural frente a la costa de Vinaròs. Las entregas del gas se podían empezar desde el pasado 1 de junio y hasta el 31 de octubre de 2013.
Desde que se paralizó el llenado, técnicos del IGN y del Ministerio de Industria están analizando la infraestructura.


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