La planta de hidrógeno de Puertollano será la primera del mundo en funcionar
Existe otra iniciativa similar -de captura de CO2- en una central de la misma tecnología, en Buggenum (Holanda), pero su construcción lleva un retraso de seis meses respecto a la central de Puertollano, según indica la empresa Elcogás.
La instalación que se construye en la central puertollanense estará lista a finales de marzo del año próximo, después de realizar en febrero y las primeras semanas de marzo las pruebas pre-operacionales de los componentes y sistemas de toda la planta piloto.
A partir de marzo la planta trabajará en un año de pruebas, que permitirá obtener datos reales de la operación de esta planta, que estará a cargo de un equipo de titulados superiores contratados por la Universidad de Castilla-La Mancha.
En la actualidad la construcción de la planta se encuentra en la segunda parte de la fase mecánica consistente en la conversión de monóxido de carbono a dióxido de carbono con la instalación de nueve equipos entre reactores, cambiadores y depósitos, con el montaje de 2.000 metros de tuberías conectados con dieciocho puntos diferentes de la planta de gasificación integral de ciclo combinado (GICC).
Esta segunda fase del montaje mecánico, de la que se encarga la empresa MASA Puertollano, que quedará completada antes de que concluya el año, estará seguida del montaje eléctrico y de instrumentación adjudicado a la empresa Meisa, que lo ejecutará entre noviembre y enero.
Las características de la planta piloto de captura de CO2 y producción de hidrógeno de Elcogás «hacen de ella una instalación singular a nivel mundial al poseer una gran versatilidad tanto en sus gases alimento, como de los gases enriquecidos generados y por estar integrada en una central térmica eléctrica en operación».
La instalación podrá tratar indistintamente gases procedentes de la gasificación del carbón o del coque de petróleo y el CO2 que se obtenga podrá ser de gran pureza susceptible de ser almacenado en formaciones geológicas, o para pilas de combustible.
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 19 millones de euros, pretende demostrar que a través de la gasificación del carbón en ciclo combinado se puede transformar el gas en CO2 más hidrógeno, para afrontar después la captura del dióxido de carbono y a la vez producir hidrógeno como fuente energética para su uso.


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