La patronal del metal denuncia el perjuicio que ha supuesto el cierre de Garoña para su competitividad

Confemetal hizo público su malestar respecto a que, a tenor de lo anunciado por Borja Prado, el presidente de Endesa, socio en Nuclenor con Iberdrola, ahora se replantee la reapertura de la central después de que su cierre en diciembre de 2012, según la patronal del metal, «haya contribuido a mantener el alto precio de la energía eléctrica en España».

El cese de la actividad de la central burgalesa «ha supuesto un año y medio de perjuicios para los consumidores eléctricos, hogares y empresas, y sobre todo industriales, que han visto cómo la inactividad de la central contribuía a empeorar el mix energético», denuncia Confemental, que además califica de «sorprendente» el anuncio de reapertura y considera que «se ha jugado con los intereses de muchas pequeñas empresas industriales, cuya competitividad se ha visto perjudicada en un momento económico especialmente complejo».

La patronal explica que, a finales de 2012, cuando se anunció el cierre de Garoña, se postuló para comprar la central y garantizar de esta forma a la industria un suministro energético barato y de calidad que le permitiera reforzar su competitividad. «La propuesta, que pasaba por la salida a subasta de la central, una vez que sus propietarios la consideraban inviable económicamente, se basaba en la experiencia de Finlandia, donde un grupo de empresas industriales desarrolló conjuntamente un reactor nuclear para asegurarse el suministro eléctrico en condiciones óptimas», indica Confemetal.

Confemetal se ofreció entonces a explotar la central nuclear para suministrar la electricidad a clientes industriales. La intención era subcontratar la tecnología a empresas expertas y contar con la inversión necesaria. La industria hubiera obtenido mejores precios, ya que «la nueva explotadora eliminaría la retribución al accionista y tendría como principal objetivo ofrecer esos precios reducidos a los consumidores industriales». Confemetal aprovechó la ocasión para reclamar también la definición de un mix de generación de energía que permita un suministro seguro y previsible, que reduzca los precios y que favorezca la competitividad de las empresas.

Endesa anunció que va a solicitar al Gobierno central la licencia de operación para Garoña, cuya gestión comparte al 50% con Iberdrola a través de la sociedad Nuclenor. Una vez solicitada la licencia de apertura, trámite que hay que cumplir antes del próximo 6 de julio, el Consejo de Seguridad de Nuclear (CSN) deberá pronunciarse sobre si procede poner en marcha la central, fijar la duración de la nueva licencia y elaborar un plan de requerimientos e inversiones. En función de este plan, las compañías propietarias estudiarán la viabilidad antes de su puesta en marcha.

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