La OPEP ultima los detalles de un acuerdo para reducir sus suministros
La 150 conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estaba prevista para el 18 de noviembre, pero fue adelantada ante la abrupta caída de los precios del crudo tras el desplome de las bolsas internacionales.
Desde que se disparó hasta los 147 dólares en julio pasado, el valor del barril de crudo ha caído del 55 por ciento, y el Brent se vendía estos últimos días a menos de 65 dólares, el nivel más bajo desde principios de 2007.
Las posiciones expresadas por los países miembros van desde una postura muy moderada liderada por Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo, hasta un drástico recorte, defendido por Irán y Venezuela, entre otros.
Los saudíes se han distinguido de sus socios por un absoluto mutismo: su ministro de Petróleo, Ali I. Naimi, declinó de forma persistente responder a las preguntas de los numerosos periodistas que lo esperaban en el hotel vienés donde se aloja.
«¿Quién ha dicho algo de un recorte? ¡Vayan a preguntarle a él!», dijo Naimi en una de sus lacónicas respuestas, tras afirmar que «los precios (del crudo) están determinados por el mercado».
Su homólogo iraní, Gholam Hossein Nozari, estimó necesario un «recorte de dos millones de dólares para estabilizar» los precios.
Por su parte, Rafael Ramírez, ministro venezolano de Petróleo, abogó por un recorte de al menos un millón de barriles diarios (mbd) y, además, por intentar estabilizar la cotización del crudo en una horquilla de entre 80 y 100 dólares.
«La situación económica es muy peligrosa y creemos que tenemos que hacer algo en esta reunión para acordar una reducción de la producción y observar el mercado para decidir un nuevo corte de producción en diciembre», indicó el ministro venezolano.
Precisó que ese segundo recorte, que se adoptaría en la reunión extraordinaria del grupo prevista para el 17 de diciembre en Orán (Argelia), podría ser de otro millón más.
«Hay diferentes escenarios. Es demasiado pronto, no está claro cómo será la demanda» el año próximo, opinó el titular de Qatar, Abdulá bin Hamad Al-Atiyá, distanciándose de su declaración, hace una semana, a una televisión qatarí, cuando defendió también un recorte de «al menos un millón de barriles diarios».
«Yo sugerí (1 mbd) sólo en nombre propio, pero al final del día puede haber otra decisión», reconoció Al-Atiyá.
Tanto Ecuador como Libia y otros socios de la OPEP se expresaron ya en días pasados a favor de una reducción de la cuota conjunta de producción, establecida actualmente en 28,8 mbd y que abarca a once países miembros (todos menos Irak e Indonesia).
Pero en general, la mayoría de los responsables parecían moderar sus declaraciones hoy y el presidente de turno de la organización, el argelino Chakib Jelil, reconoció que el Consejo de Ministros deberá mañana «calibrar» muy bien su «difícil decisión».
Jelil, quien es ministro de Energía de su país, resumió el dilema al que se enfrenta ahora la organización al precisar que el reto es acertar con el volumen y la velocidad de implementación de una reducción de la oferta.
Claramente, explicó, hay un exceso de suministros, reflejado en un alto nivel de reservas almacenadas y en el hecho de que muchos productores no logran actualmente vender su crudo.
Esta situación justifica una reducción de la producción, pero «la OPEP no quiere empeorar la crisis» y exacerbar la mala situación de los países consumidores con un recorte demasiado grande.
«Realmente, tenemos que calibrar nuestra decisión», insistió Jelil, y vaticinó que los ministros de la OPEP trabajarán «intensamente esta noche» para acercar posiciones antes de la reunión oficial que la organización tiene previsto abrir a las 09.00 hora local (07.00 GMT) de mañana.




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