La mitad de las plantas de biodiésel de España se encuentran paradas
La mitad de las 36 plantas de biodiésel que hay en España se encuentran completamente paradas, o funcionan por debajo del 10% de su capacidad, tras invertir más de 600 millones de euros, según denunció APPA Biocarburantes. La culpa la atribuyen a la “competencia desleal de los biocombustibles importados desde Estados Unidos”, por lo que solicitaron que se frene la importación de este biodiésel subvencionado.
Para APPA, esta práctica supone un claro caso de “dumping”, lo que ha permitido a los importadores hacerse con el 71% del mercado español durante 2008, y en el que países como Argentina, Malasia e Indonesia también venden su biodiésel en España por debajo del precio de coste.
Manuel Bustos, director de Biocarburantes de APPA, afirmó que “el sector se hunde, la pata de la mesa no aguanta y el desastre no ha hecho más que comenzar”. De hecho, “ya se están produciendo los primeros expedientes de regulación en el sector” y más de la mitad de los empleos directos que han generado estas plantas, alrededor de unos 500, están en “situación de riesgo”.
En concreto, de las trece plantas paradas, Bustos sólo citó las de Combustibles Ecológicos Biotel (Cuenca), Biodiésel Caparroso (Navarra), Ecoproductos Castilla-La Mancha (Cuenca) y Alabío Andalucía (Almería) y advirtió su temor ante la dificultad que tendrán, para encajar en el mercado, las 18 plantas que abrirán sus puertas durante este año.
Por este motivo, la asociación ha presentado al Ministerio de Industria una serie de medidas regulatorias, entre las que destaca la obligación de biocarburantes (3,4% para 2009 y 5,83% para 2010) que sólo puede cumplirse con biocombustibles de la Unión Europea.
En esa misma línea, también sugirió la obligación de vender mezclas etiquetadas en gasolineras, la obligación de los fabricantes de vehículos de garantizar la utilización de mezclas etiquetadas en todos sus nuevos productos o el uso de biocarburantes etiquetados en flotas públicas y transportes públicos.
A pesar de estas propuestas para mejorar “una política regulatoria que está fallando”, Bustos reconoció que “de momento, no hemos recibido un feedback por parte del Ministerio, pero pediremos una asunción de responsabilidades, puesto que de seguir así, la ley de biocarburantes habrá fracasado estrepitosamente”.


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