La manifestación en contra de los recortes al sector del carbón acabó con 76 heridos y ocho detenidos
Cuatro columnas de mineros de Asturias, Castilla y León y Aragón abrieron la multitudinaria manifestación convocada por CCOO y UGT, que discurrió por el madrileño Paseo de la Castellana y fue protagonizada por el estruendo de los continuos petardos que los mineros lanzaban a su paso.
Los responsables de las federaciones de industria de CCOO y UGT aseguraron que la marcha negra, que arrancó el pasado 22 de junio desde Mieres (Asturias), Villablino (León), Bembibre (León) y Andorra (Teruel), pasará a la Historia, que los españoles están «orgullosos de los mineros» y que cuentan con el apoyo de millones de trabajadores.
Junto a ellos, miles de de ciudadanos acudieron a la concentración para respaldar la marcha negra con el fin de protestar por los recortes en la minería y defender el futuro del carbón y la reactivación de las comarcas mineras con lemas como «¡Viva la reactivación de las comarcas mineras!«, «No al cierre de la minería del carbón«, «Que viva la lucha de la clase obrera«, «Si esto no se arregla: guerra, guerra, guerra» o «Esto nos pasa por un Gobierno facha«.
Los sindicatos, que aseguran que «continuarán las movilizaciones», denunciaron la indiferencia del Gobierno, que se niega, según afirmaron, a negociar tras recortar en cerca del 63% los presupuestos destinados a la minería del carbón, un sector que «se va a ver condenado tras el incumplimiento del Plan del Carbón y los salvajes recortes presupuestarios por parte del Ministerio de Industria».
Minutos antes del inicio de la marcha en la Plaza de Colón, su parada de Metro era un hervidero de gente, con banderas y gritos como «aquí están, estos son, los mineros del carbón«.
«La lucha minera es la lucha de la clase obrera«, «Fabero no quiere morir» o «Santa Bárbara. Los mineros sólo se arrodillan ante ella« eran algunos de los motivos que se pudieron ver en las camisetas de los manifestantes.
Durante la marcha se gritaron pocas consignas, ya que el ruido de los petardos centró un recorrido sólo interrumpido cada vez que los mineros cantaban su himno, «Santa Bárbara bendita«.
Al inicio de la marcha había una furgoneta en recuerdo de los mineros que siguen encerrados desde hace 44 días en los pozos de Candín y Santiago, en Asturias, que finalmente no se sumaron a la manifestación.
Tras las cuatro columnas, la cabecera sindical lideraba la marcha en la que se vieron pocos políticos, con la excepción de algunos diputados autonómicos de Aragón, Asturias y Castilla y León y los alcaldes de las comarcas mineras asturianas, después de tres días encerrados en sus ayuntamientos como medida de apoyo.
Después de más de dos horas de recorrido, los manifestantes llegaron a la sede del Ministerio de Industria, donde se produjeron gran parte de los incidentes.
Concentrados alrededor de las vallas que rodeaban el perímetro de seguridad del ministerio, los manifestantes corearon consignas como «el enemigo está dentro» y «no somos terroristas, somos mineros«.
El pacífico transcurso del recorrido finalizó con numerosos envites policiales para frenar a los mineros, que lanzaron petardos, piedras y bengalas ante la sede de Industria.
Los primeros manifestantes en llegar ante el Ministerio de Industria lanzaron gritos de «sinvergüenzas» y «dad la cara«, pero a medida que se acercaba el grueso de manifestantes al edifico ministerial, se incrementó de forma notable el lanzamiento de petardos y piedras contra los policías y los furgones policiales apostados ante la sede, situada unos cien metros calle abajo desde el palco donde comenzaron las intervenciones y discursos del cierre de la marcha.
Entonces, los policías comenzaron a filmar lo que ocurría, por lo que algunos de los manifestantes cubrieron la cara con pañuelos.
A partir de entonces, y durante algo más de una hora, las calles de la zona entre el Ministerio y el estadio Santiago Bernabéu registraron una serie de enfrentamientos entre policías, que se fueron desplegando por grupos para realizar actuaciones selectivas, y mineros, que increparon a los agentes en diferentes puntos de las calles adyacentes.
Los manifestantes empujaron la valla metálica situada ante el Ministerio de Industria, la cual lograron volcar, y provocaron con los lanzamientos de petardos y piedras que los agentes tuviesen que protegerse con sus escudos pegados a la fachada del inmueble. Ante esta situación, los agentes emplearon porras y disparando pelotas de goma para disolver a determinados grupos de mineros.
Los mineros se quejaron de la dureza con que se emplearon los efectivos policiales después de que una ambulancia tuviese que evacuar a una mujer que podría haber sido herida por un pelotazo de goma, según explicó un testigo.
Sin embargo, los mineros se enfrentaron verbalmente a los agentes, a los que insultaron y lanzaron consignas como «Vergüenza me daría ser policía» o «Os quitan una paga porque sois funcionarios«, en referencia a la medida anunciada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
La Policía Nacional detuvo a ocho personas, mientras que el Samur-Protección civil atendió a 76 personas, de los cuales 33 eran policías y 43 manifestantes, por contusiones leves o muy leves, en su mayoría por contusiones, aunque también hubo casos de alguna torcedura y cuadros de ansiedad.
Un portavoz de Emergencias Madrid informó que ocho de los atendidos fueron trasladados a centros hospitalarios (dos policías y seis manifestantes), aunque simplemente para observación, controles radiológicos o realizar puntos de sutura.
Clamor contra los ajustes del Gobierno
Además de las reivindicaciones directamente relacionadas con la aplicación del plan del carbón, los ciudadanos participantes en la marcha protestaron contra los «recortes» y otras políticas del Gobierno central, como la subida del IVA y la eliminación de la paga extra de Navidad a los funcionarios.
Junto a los mineros se unieron a la marcha otros colectivos, como los profesionales de la enseñanza de la «marea verde», que hicieron el pasillo cogidos de la mano a los trabajadores de las cuencas al inicio de la manifestación; trabajadores sanitarios ataviados con batas; o agrupaciones de pensionistas, entre otros.
Un joven que repartía octavillas explicó que el apoyo social a los convocantes se debe al «clima de indignación» general en la sociedad española.
Aunque de momento no hubo pronunciamiento de miembros del Ejecutivo, fuentes gubernamentales señalaron que el Gobierno no tiene intención de dar marcha atrás en sus planes de recorte de las ayudas a este sector porque el sistema, según lo establecido por la Unión Europea, «finaliza sí o sí en 2018».
La manifestación arrancó apenas ocho horas después de que finalizase en la Puerta del Sol la marcha nocturna del carbón, celebrada una vez que la «marcha negra» llegara esta madrugada al emblemático «kilómetro cero» arropada por miles de personas tras 20 días de caminata.
Los trabajadores del carbón comenzaron la «marcha negra» el 22 de junio para protestar contra el recorte del 63% de las subvenciones para este año dentro de los presupuestos generales del Estado, motivo por el que esta industria suma ya 45 días en huelga.
Toxo y Méndez acusan al Gobierno de crear el conflicto minero
Por su parte, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez, acusaron al Gobierno de provocar el conflicto con la minería del carbón al actuar con «sinrazón», «insensibilidad» y «falta de inteligencia política» ante los problemas del sector.
Fernández Toxo agradeció el «apoyo» de los ciudadanos madrileños a la marcha nocturna de anoche de los mineros por el centro de Madrid, así como la «solidaridad» recibida por el sector por su «justa lucha».
Por su parte, el secretario general de UGT agradeció el apoyo del pueblo madrileño a las reivindicaciones de los mineros. «Tengo experiencias en este tipo de movilizaciones y no recuerdo nada tan multitudinario», afirmó, antes de destacar «la identificación tan fuerte del pueblo madrileño, entre ellos muchos jóvenes, con la minería».
Méndez aseguró que «el Gobierno debe rectificar» y que el problema del carbón parte de «la decisión política de cerrar las minas y dejar en la calle a miles de mineros que dependen de la minería».
Por este motivo, el Ejecutivo debe tomar «la decisión política» de «devolver la tranquilidad a las familias mineras», más aun cuando el carbón y la lucha de los mineros se convirtieron en un «símbolo en toda España».
El líder del Grupo Parlamentario IU-ICV-CHA: La Izquierda Plural, Cayo Lara, criticó que en el Congreso de los Diputados se anuncien nuevos recortes a los trabajadores y «en la calle se cargue contra la gente que se manifiesta porque les han robado derechos».
El coordinador federal de IU criticó que desde el Gobierno «se está criminalizando a mucha gente», a la que se le hace responsable de la crisis mientras los causantes de la misma son protegidos.


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