La industria nuclear española propone aumentar la vida útil de las centrales hasta los 60 años
Así lo reflejó el estudio «Operación a largo plazo del parque nuclear español«, presentado por el Foro de la Industria Nuclear Española y dirigido por el catedrático emérito de Tecnología Nuclear, Agustín Alonso Santos.
El informe detalló el tiempo de explotación que cabe esperarse de las nucleares y cómo es posible conocer el estado de las mismas, los «beneficios» de la operación a largo plazo con respecto a la contribución a la generación eléctrica, a la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, al desarrollo tecnológico y al impacto positivo del entorno de las centrales, así como a la seguridad que implica esta opción para las personas y el medio ambiente.
Según sus datos, la autorización de Garoña (Burgos) debe extenderse hasta 2031 (la fecha actual expira en 2013, aunque la intención de sus propietarios y del Gobierno es que siga hasta 2019); la de Almaraz I habría de ampliarse hasta 2041 (su permiso actual acaba en 2021) y la de Almaraz II hasta 2043 (hoy sólo puede operar hasta el 2021).
En el caso de Ascó I y II (Tarragona), el documento propone pasar de su actual licencia (hasta 2021) a 2042 y 2045, respectivamente; Cofrentes debería prorrogarse hasta 2044 (en lugar de 2021), Vandellós II de 2020 a 2047 y Trillo de 2012 a 2048.
En España, añadió el estudio, existen programas efectivos para conocer y cuantificar el comportamiento de los materiales de los componentes esenciales de las plantas, incorporando programas de gestión que alargan la operación con las máximas garantías de seguridad más allá de los años previstos en el diseño original.
En la presentación, a la que asistió la presidenta del Foro, María Teresa Domínguez, y el vicepresidente del Instituto de Energía Nuclear de EEUU, Tony Pietrangelo, el catedrático Agustín Alonso subrayó el impacto económico y social en caso de aumentar los años de explotación de los reactores. «Tendría un efecto multiplicador entre tres y cuatro de las inversiones sobre la economía local, provincial y autonómica».
En cuanto a la producción adicional del parque nuclear estimada para este supuesto, el catedrático calculó que la producción de explotación a 40 años se situaría en 1580 TW/h y la producción adicional de explotación a 60 años ascendería a 1.112 TW/h.
Asimismo, defendió que los titulares de las nucleares establecieron programas efectivos de gestión del envejecimiento y la industria nacional e instituciones españolas están «preparadas» para contribuir con eficacia a la operación a largo plazo, mediante el incremento del inventario de combustible y el retraso del desmantelamiento de las centrales, aunque «el sistema actual garantiza la seguridad» de las ocho plantas que conforman el parque nuclear español.
Según la patronal del sector, «como demuestran las decisiones tomadas en distintos países para ampliar los plazos de operación de sus plantas, parece intuitivo pensar que en España, cuyas instalaciones tienen el mismo origen tecnológico, pueden también operar de forma segura, fiable, competitiva y respetuosa con el medio ambiente más allá de los plazos» inicialmente previstos.
De hecho, Domínguez, apostó por «seguir el camino de Estados Unidos», en donde 74 de los 104 reactores prorrogaron sus autorizaciones para emprender así «nuevas licencias y construir nuevas centrales» nucleares ante los beneficios que ésta presenta, para el futuro de los reactores, haciéndolo de forma «segura, fiable, competitiva y respetuosa con el medio ambiente». Y recordó que la renovación de licencias «es necesaria y está justificada».


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