La generación de electricidad con renovables reduce un 40% las emisiones de CO2 en diez años
Durante su intervención en la inauguración, el presidente de la Junta destacó que el peso de las energías renovables en el consumo general de energía primaria en Andalucía es del 14 por ciento, de forma que la región genera con fuentes renovables el 27 por ciento toda la energía producida en la Comunidad.
Asimismo, tras destacar que a Andalucía «se la conoce por ser la tierra de las energías renovables», apuntó que la potencia eléctrica instalada con tecnologías renovables «se multiplicó por 2,6 en los últimos cuatro años».
Griñán reivindicó «una nueva cultura de la energía, basada en el ahorro y eficiencia y aprovechar esa actitud para generar riqueza, actividad económica, liderazgo tecnológico y empleo», tras lo que consideró que construir una ciudad sostenible «exige cambiar formas de pensar y actuar, de producir y consumir».
El presidente de la Junta apuntó la necesidad de «trabajar desde lo local» para hacer efectivo el compromiso de reducción de emisiones y potenciar las energías renovables, tras lo que precisó que más de 500 municipios andaluces se adhirieron al Pacto de los gobiernos locales a favor de la sostenibilidad, lo que «significa que uno de cada cuatro ayuntamientos europeos que se han comprometido con esta iniciativa es andaluz».
Agregó que esta «importante movilización de la sociedad civil» va a suponer que «el 80 por ciento de la población andaluza participe en los desafíos y objetivos que nos plantea un futuro sostenible».
En ese sentido, tras resaltar que los gobiernos locales y regionales «como las administraciones más cercanas a los ciudadanos, son claves para hacer frente al calentamiento global», apuntó que los planes de acción para la energía sostenible que se ponen en marcha en 220 municipios y que se suman al medio centenar que vienen desarrollándose desde finales del año pasado, constituyen «el mejor ejemplo del compromiso de los alcaldes andaluces para mitigar los efectos del cambio climático».
Resaltó que con la entrega de esos planes «se actúa desde lo local pero el impacto debe medirse en términos globales», de forma que «la puesta en marcha de las acciones previstas supondrá una reducción de emisiones a la atmósfera de más de 4,6 millones de toneladas de CO2«.
Griñán consideró que muchos ayuntamientos andaluces «son un referente en la gestión medioambiental» y abogó por «impulsar un modelo urbano que haga de nuestros pueblos y ciudades lugares más saludables y habitables».
Por su parte el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, destacó los esfuerzos de todos para colaborar con los objetivos de sostenibilidad y aunque reconoció que algunas de las medidas para potenciar esa sostenibilidad en la capital hispalense «desde luego fueron polémicas y discutidas», resaltó que «los ciudadanos van asumiendo esas medidas que en su día fueron valientes y ahora recogen el reconocimiento a esa valentía».
Destacó el «prestigio» de Sevilla en materia de sostenibilidad, y enumeró las políticas y medidas emprendidas como carril bici, peatonalización, metros, tranvías, restricción de vehículos privados a determinadas zonas o la apuesta por los vehículos eléctricos.
Asimismo recordó que la industria también se ha fijado en las posibilidades de la sostenibilidad e hizo referencia al pacto de alcaldes que se comprometieron a reducir las emisiones de CO2 de cara a 2020 y en cumplimiento de la Cumbre de Río, de forma que Sevilla «ha sido la primera gran ciudad en elaborar y aprobar en pleno un plan de acción de energía sostenible», con la colaboración de la Junta de Andalucía.
El alcalde reconoció que «quedan muchas cosas por hacer» en este ámbito, tras lo que destacó el incremento del rendimiento de los equipos municipales, la centralización del control del alumbrado o el uso de biocombustibles en los autobuses urbanos o en la flota de limpieza, entre otras iniciativas, que permitió «reducir las emisiones de acuerdo con los compromisos establecidos».
«Aunque las medidas para fomentar la sostenibilidad no han sido fáciles de poner en práctica, porque afectan a hábitos cotidianos, ha merecido la pena y hoy son los ciudadanos los que no entenderían determinadas zonas de nuestra ciudad con más coches que hicieran irrespirable el aire por la contaminación», agregó el alcalde quien remató su intervención recordando que «mientras que en 1999 la ratio de zonas verdes por habitante era de 7,7 metros cuadrados por habitante, hoy en día es de 25 metros cuadrados por habitante».


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