La extracción de los residuos de combustible de Fukushima hasta 4 años en llegar

Así, Alonso explicó que antes de esto los operadores de TEPCO (la propietaria de Fukushima) tendrán que descontaminar el edificio, introducir robots, retirar los escombros, entre otras operaciones.

Respecto al anuncio realizado la semana pasada de que los reactores accidentados en marzo de este año están en «parada fría» significa, que ya no es posible que el reactor arranque de nuevo, que haya reacción nuclear, es decir, que los restos del reactor están refrigerados lo suficiente y no pueden volver a funcionar como reactores, regresando a un «estado crítico». «Eso es lo que las autoridades japonesas han declarado», apostilló.

Además, precisó que el concepto de parada fría es diferente si el reactor está averiado de cuando está en condiciones normales. Cuando en la primera definición, el núcleo del reactor estaba entero y sin defectos, ahora está defectuoso y, por ende, no se puede refrigerar como antes, ya que si hay una masa fundida, puede que la superficie esté fría, pero el interior de la masa y el combustible esté caliente, porque la mezcla de combustible con los materiales fundidos hace que se descomponga el hormigón. «Si hay agua por encima, puede estar frío, pero el interior, caliente», apuntó.

Sin embargo, cuando el reactor está en condiciones normales, el término de parada fría significa que el agua en su interior está por debajo de 100 grados centígrados (la temperatura de ebullición) y que la presión está a una atmósfera y que las barras de control están insertadas, por lo que no es posible que comience a funcionar y que el combustible está refrigerado. «Es una expresión muy corriente entre la gente que explota las centrales y frecuente cuando se realiza una recarga de combustible o se para la central por otra causa», indicó.

En ese sentido, agregó que Japón prometió que a final de este año se llegaría a esta situación, lo que en el futuro les permitirá acometer otras operaciones.

Podrán abrir la vasija

En primer lugar, la parada fría permite sacar el combustible que está en las piscinas de desactivación, que son los combustibles usados y que se pueden «empezar a planear» abrir el recinto de contención, la tapa de la vasija del reactor y, así, ver cómo está la situación en el interior.

Por otro lado, valoró que las cosas han cambiado en cuanto a la política informativa sobre la central accidentada respecto al principio, cuando la situación era «muy difícil» y había que tomar «decisiones inmediatas» en un momento en que ellos tampoco sabían bien qué estaba sucediendo.

«Es verdad que todos nos hemos quejado, pero hay que entender que no era fácil para ellos informar con detalle», subrayó Alonso, al tiempo que consideró que ahora las cosas son «muy diferentes» porque TEPCO envía partes diarios con todas las operaciones técnicas que se están acometiendo, así como de las medidas de radiación alrededor de las plantas; del estado de los evacuados; de los alimentos que pueden estar contaminados. «Ahora lo están haciendo bien», calificó.

De hecho, agregó que ahora se encuentran purificando el agua contaminada, que se han construido varios tanques y que se están recubriendo los edificios, tareas en las que están ayudando en buena medida Estados Unidos y Francia así como la Agencia Internacional de la Energía Atómica.

Ecologistas no se fía del anuncio

Por el contrario, el portavoz de la campaña nuclear de Ecologistas en Acción, Paco Castejón, aseguró que la organización «no se fía» del anuncio de que los reactores de Fukushima llegaron a parada fría y estimó que se trata de «un nuevo intento» del Gobierno de Japón de «minimizar» los efectos del accidente nuclear, empleando un término que se utiliza cuando una central está en funcionamiento normal.

«No nos fiamos un pelo porque técnicamente parada en frío supone reactores parados sin necesidad de refrigeración adicional y esto no se ha logrado en Fukushima. Hay que bajar los reactores a temperatura ambiente», manifestó.

A su juicio, los reactores «no están parados» y el término de parada fría se está empleando «mal» y advirtió de que aún se podrían producir reacciones nucleares en una semana porque aunque esté por debajo de 100 grados centígrados, no ha llegado a temperatura ambiente.

En todo caso, dijo que «obviamente» la situación actual «nada» tiene que ver con la de meses anteriores y reconoce que sí se está avanzando y que los técnicos japoneses van a seguir luchando por controlar la situación.

Por eso, exigió al gobierno japonés que reclame «responsabilidades» a TEPCO y que se dote de instrumentos para obtener información independiente de lo que ocurre en Fukushima . En ese sentido, propone al Ejecutivo nipón que cree un organismo independiente tanto del Gobierno como de Tepco que supervise las operaciones y ha añadido que esto se podría hacer con una fórmula que sumase las tareas y funciones de los equivalentes del CSN y de la Empresa Nacional de Residuo (ENRESA) en España.

Al mismo tiempo, Castejón criticó al Gobierno nipón porque, en su opinión, se caracterizó por el «ocultismo y la manipulación informativa» y que ese es «solo un ejemplo» de la gestión del desastre en el que la información circuló «con cuentagotas y a remolque de datos obtenidos por observadores internacionales».

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