La eólica aporta en siete años 3.073 millones de euros más que lo recibido por el sector en primas

El informe mostró que, en términos acumulados, el ahorro logrado en los últimos siete años porla eólica ascendió a 12.101 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles y derechos de emisión de CO2, frente a los 9.028 millones de euros recibidos en primas el pasado año.

En todos los ejercicios analizados, los ahorros de la eólica en estas dos variables superaron el coste de las primas, salvo en 2010, cuando se registraron precios de la electricidad en el «pool» particularmente bajos. En 2011, año al que corresponde el informe, los ahorros ascendieron a 2.201 millones de euros, frente a las primas de 1.707 millones de euros.

Esta tecnología equivale en la actualidad a cerca de la mitad de toda la potencia instalada del régimen especial, en el que se incluyen las renovables y la cogeneración, si bien apenas recibe el 24% de las primas.

En todo caso, Deloitte constató que la eólica sumó en 2011 su tercer año en «recesión». Pese a aportar 2.623 millones de euros al PIB de forma directa e indirecta, esta tecnología registró un descenso en su contribución a la riqueza nacional del 12,6%, y acumuló una caída del 19,1% desde 2009.

En términos relativos, esto significa que el sector pasó de suponer el 0,28% de la economía española en 2010 al 0,24% en 2011.

Para los directivos de la firma, la particular crisis de la eólica se debe a factores como la falta de marco regulatorio estable y previsible, al freno de las exportaciones, a la imposibilidad de sustituir en el prerregistro unas instalaciones por otras más eficientes y a la situación económica del país.

El resultado de este deterioro del negocio eólico es una destrucción de 3.628 empleos en 2011, lo que confirma la tendencia a la baja de los últimos años a pesar de que todavía no incluye los fuertes ajustes realizados por algunas empresas en 2012. A cierre del ejercicio, el sector empleaba a 27.119 personas (15.813 de forma directa y 11.306 inducida), la cifra más baja en toda la secuencia histórica analizada por Deloitte, iniciada en 2005 con 32.133 trabajadores.

Además, la eólica perdió un 34% de su fuerza laboral desde 2008, cuando registró su máximo histórico de 41.438 trabajadores. La caída de empleo fue especialmente acusada dentro de la actividad indirecta, donde pasó de 18.468 a 11.306 personas.

Por otro lado, la eólica cubrió en 2011 un 15,5% de la demanda eléctrica y elevó en 1.050 megavatios (MW) su capacidad instalada, lo que eleva en un 5% el parque generador y sitúa a España como cuarto país con mayor potencia, por detrás de China, Estados Unidos y Alemania.

En todo caso, Deloitte constató que este incremento de potencia es el menor de los últimos años para un sector que llegó a crecer a tasas del 49% en 2001. A cierre del año pasado, el sector contaba con 21.673 MW instalados. Sin embargo, este incremento está por debajo de los 1.487 MW que se instalaron en 2010.

Con respecto a la evolución prevista del sector hasta 2015 y 2020, la AEE dibujó tres escenarios.

El primero de ellos, que prevé el cumplimiento estricto del Plan de Energías Renovables (PER) 2011-2020, supondría la recuperación de la actividad industrial eólica con una instalación media de 1.560 MW anuales.

En el segundo, se instalaría una media de 500 MW anuales hasta 2020, lo que reduciría la capacidad industrial del país y solo permitiría la superviviencia de pequeños negocios locales.

Por lo que respecta al tercer escenario, que dibujó un aumento de la capacidad instalada anual de 100 MW hasta 2015 y de 1.500 entre 2016 y 2020, supondría la total desaparición de la industria eólica nacional por falta de un mercado doméstico relevante.

La eólica aporta en siete años 3.073 millones de euros más que lo recibido por el sector en primas

El informe mostró que, en términos acumulados, el ahorro logrado en los últimos siete años porla eólica ascendió a 12.101 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles y derechos de emisión de CO2, frente a los 9.028 millones de euros recibidos en primas el pasado año.

En todos los ejercicios analizados, los ahorros de la eólica en estas dos variables superaron el coste de las primas, salvo en 2010, cuando se registraron precios de la electricidad en el «pool» particularmente bajos. En 2011, año al que corresponde el informe, los ahorros ascendieron a 2.201 millones de euros, frente a las primas de 1.707 millones de euros.

Esta tecnología equivale en la actualidad a cerca de la mitad de toda la potencia instalada del régimen especial, en el que se incluyen las renovables y la cogeneración, si bien apenas recibe el 24% de las primas.

En todo caso, Deloitte constató que la eólica sumó en 2011 su tercer año en «recesión». Pese a aportar 2.623 millones de euros al PIB de forma directa e indirecta, esta tecnología registró un descenso en su contribución a la riqueza nacional del 12,6%, y acumuló una caída del 19,1% desde 2009.

En términos relativos, esto significa que el sector pasó de suponer el 0,28% de la economía española en 2010 al 0,24% en 2011.

Para los directivos de la firma, la particular crisis de la eólica se debe a factores como la falta de marco regulatorio estable y previsible, al freno de las exportaciones, a la imposibilidad de sustituir en el prerregistro unas instalaciones por otras más eficientes y a la situación económica del país.

El resultado de este deterioro del negocio eólico es una destrucción de 3.628 empleos en 2011, lo que confirma la tendencia a la baja de los últimos años a pesar de que todavía no incluye los fuertes ajustes realizados por algunas empresas en 2012. A cierre del ejercicio, el sector empleaba a 27.119 personas (15.813 de forma directa y 11.306 inducida), la cifra más baja en toda la secuencia histórica analizada por Deloitte, iniciada en 2005 con 32.133 trabajadores.

Además, la eólica perdió un 34% de su fuerza laboral desde 2008, cuando registró su máximo histórico de 41.438 trabajadores. La caída de empleo fue especialmente acusada dentro de la actividad indirecta, donde pasó de 18.468 a 11.306 personas.

Por otro lado, la eólica cubrió en 2011 un 15,5% de la demanda eléctrica y elevó en 1.050 megavatios (MW) su capacidad instalada, lo que eleva en un 5% el parque generador y sitúa a España como cuarto país con mayor potencia, por detrás de China, Estados Unidos y Alemania.

En todo caso, Deloitte constató que este incremento de potencia es el menor de los últimos años para un sector que llegó a crecer a tasas del 49% en 2001. A cierre del año pasado, el sector contaba con 21.673 MW instalados. Sin embargo, este incremento está por debajo de los 1.487 MW que se instalaron en 2010.

Con respecto a la evolución prevista del sector hasta 2015 y 2020, la AEE dibujó tres escenarios.

El primero de ellos, que prevé el cumplimiento estricto del Plan de Energías Renovables (PER) 2011-2020, supondría la recuperación de la actividad industrial eólica con una instalación media de 1.560 MW anuales.

En el segundo, se instalaría una media de 500 MW anuales hasta 2020, lo que reduciría la capacidad industrial del país y solo permitiría la superviviencia de pequeños negocios locales.

Por lo que respecta al tercer escenario, que dibujó un aumento de la capacidad instalada anual de 100 MW hasta 2015 y de 1.500 entre 2016 y 2020, supondría la total desaparición de la industria eólica nacional por falta de un mercado doméstico relevante.

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