La Cumbre del Clima prorroga hasta 2020 el Protocolo de Kioto
El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no accedieron a este nuevo compromiso con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15% de las emisiones globales.
«Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso», afirmó el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia, que acabó un día más tarde de lo previsto para lograr un acuerdo.
El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, manifestó la negativa de su país, que rechazó prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012. Rusia defendió una utilización menos restringida de los derechos de emisión no usados.
Todas las delegaciones presentes en Doha reconocieron que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que provoca olas de calor, tormentas de arena, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.
El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisioens de 1990. Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos –que lo firmó, pero no lo ratificó– y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.
Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6% a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.
El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, y deja para 2015 la firma de un nuevo acuerdo global que entraría en vigor en 2020.
Las negociaciones se dividirán en dos «corrientes», una que estudiará las medidas para combatir el cambio climático a partir de 2020 y otra que se encargará de las medidas para estimular un acuerdo ambicioso antes de esa fecha.
La primera ronda de contactos, según el acuerdo alcanzado en Doha, será entre el 29 de abril al 2 de mayo de 2013 en Bonn (Alemania); la siguiente posiblemente en septiembre de 2013 y al menos dos reuniones más en 2014 y otras dos en 2015. Estas negociaciones se denominarán Plataforma de Durban, nombre de la ciudad sudafricana donde el año pasado se celebró la reunión sobre calentamiento global en la que se acordó 2020 como fecha para la entrada en vigor de un pacto mundial.
En cuanto a los objetivos económicos, en Doha no se cerró un calendario para cumplir con el objetivo de incrementar hasta los 100.000 millones de dólares anuales las ayudas para que las economías en desarrollo recorten sus emisiones.
El texto «anima a los países desarrollados a incrementar sus esfuerzos para proveer de recursos de al menos el nivel (de 2010-12) para el periodo 2013-15» y prevé negociaciones el año próximo para determinar nuevas fuentes de finanziación. En 2009 los países desarrollados acordaron destinar 10.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para adaptarse y fijaron el objetivo de 100.000 millones de dólares para 2020.
España cree queDoha sienta las bases de una lucha «más fuerte y ambiciosa»
Por su parte, España calificó de «positivos» los acuerdos alcanzados en la cumbre de Doha, que concluyó con la prórroga hasta 2020 del conocido como Protocolo de Kioto para la reducción de gases de efecto invernadero, al asegurar que sientan las «bases» de una acción contra el cambio climático «más fuerte y ambiciosa» en el corto plazo.
Según la secretaría de Estado de Medio Ambiente, el Ministro de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, se desplazó hasta Doha con el objetivo de alcanzar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante en 2015, y avanzar hacia reducciones de emisiones más ambiciosas en el corto plazo. «Esto se ha conseguido», sentenció.
La secretaría de Estado de Medio Ambiente además aseguró que España fue felicitada por el resto de países, ante su «labor negociadora» para desbloquear una negociación que se encontraba atascada. «A partir de ahora podemos continuar las negociaciones para conseguir un nuevo sistema internacional en el que todos los países participen», explicó.
«Se cumple con el claro mandato de Doha de dar continuidad al marco jurídico del Protocolo de Kioto al adoptar las enmiendas necesarias para hacer posible un segundo periodo de compromiso a partir del 1 de enero de 2013″, agregó, para después congratularse de que así se garantiza la continuidad del «único instrumento» internacional jurídicamente vinculante existente en la actualidad.
Greenpeace lamenta la «oportunidad pérdida» en Doha
Asimismo, Greenpeace lamentó que la cumbre climática de Doha no aprovechó la «oportunidad» de reformar las normas del Protocolo de Kioto para aumentar su «integridad ambiental», al tiempo que aseguró que los acuerdos no reflejan la «urgencia» de actuar.
En este sentido, la organización ecologista manifestó su preocupación por la falta de liderazgo de la Unión Europea, que, a su juicio, llegó a la negociación sin una posición conjunta en temas esenciales.
«La Unión Europea se ha mostrado débil y dividida, y sus dificultades por resolver problemas internos la han llevado a acomodarse y definir su posición de conjunto a la baja», afirmó la responsable de la campaña ‘Cambio climático’ de Greenpeace, Aida Vila.
Por su parte, el Fondo para la Conservación de la Vida Salvaje (WWF) denunció el acuerdo «débil e irreal» alcanzado en la Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP18) de Doha.
«Los negociadores de Doha no han cumplido ni siquiera las expectativas mínimas (…). La COP 18 acaba sin un aumento de ambición en la reducción de emisiones, sin compromisos financieros concretos en la magnitud necesaria y apenas hay avances en las bases para pactar un nuevo acuerdo global en 2015 que sea suficientemente ambicioso, justo y vinculante«, denunció el grupo ecologista.
WWF recordó que este año el impacto del cambio climático golpeó tanto a las personas de los países ricos como a las de los países pobres y denunció el distanciamiento de la postura acordad por los gobiernos del consenso científico.
«Lo que la ciencia nos dice y lo que millones de personas experimentaron este año es que combatir el cambio climático es muy urgente. Cada año cuenta, y cada año que los gobiernos no actúan aumenta el riesgo para todos nosotros«, aseguró la responsable de la iniciativa global de Cambio Climático de WWF Internacional, Samantha Smith.
«Algunos países desarrollados se han burlado de las negociaciones alejándose de sus compromisos anteriores y negándose a asumir otros nuevos. Y para empeorar las cosas, un grupo de países —Polonia, Rusia, Canadá, Estados Unidos y Japón– pusieron las negociaciones entre la espada y la pared«, añadió Smith.
En cualquier caso, WWF consideró que aún hay esperanza, ya que los movimientos sociales cobran más fuerza cada día. Las comunidades y las personas están reclamando energía limpia, rechazando proyectos contaminantes e insostenibles por todo el mundo, y exigiendo que se hagan cambios. «Las organizaciones sociales no se rinden y van a seguir luchando por un acuerdo climático global en el año 2015, que responda a la ambición y justicia que el mundo necesita», advirtió.


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