La cumbre del clima acuerda un fondo multimillonario para proteger el medio ambiente

La aprobación del llamado «Fondo Climático Verde» supone, a juicio de la ministra de Exteriores mexicana, Patricia Espinosa, «una nueva era de cooperación internacional en la lucha contra el cambio climático».

El acuerdo fue firmado a pesar del rechazo expresado por Bolivia, que entiende que los objetivos alcanzados en la cumbre distan de exigir a los países desarrollados los sacrificios necesarios para recortar sus emisiones de gases contaminantes hasta un nivel aceptable.

La oposición de Bolivia no impidió la firma de la declaración de objetivos, ya que el consenso no tiene por qué ser unánime, como recordó Espinosa, quien admitió que se trata de una fórmula necesaria para impedir el fracaso de las negociaciones. En este sentido, la ministra de Exteriores admitió que «el texto es lo mejor que se podía lograr».

El acuerdo, no obstante, se limita a recomendar la puesta en marcha de nuevas negociaciones para ampliar el Protocolo de Kioto, que actualmente obliga a 40 países ricos a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2012.

Japón, Rusia y Canadá dijeron que no se extenderá el Protocolo de Kioto y en su lugar insistieron en un tratado nuevo y más amplio de las Naciones Unidas en los próximos años que incluya objetivos de emisiones vinculantes para otros países, incluidos China, Estados Unidos e India.

Por lo demás, los más de 190 países firmantes se comprometieron a contribuir al desarrollo de tecnologías ecológicas en países en vías de desarrollo con vistas a su perfeccionamiento en la cumbre del año próximo en Durban (Sudáfrica).

También se contempla la creación de un plan forestal de Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación Forestal (REDD) destinado a la financiación de proyectos en países en vías de desarrollo que emplean las plantas para absorber dióxido de carbono.

Teniendo en cuenta las pocas esperanzas depositadas en la cumbre, los expertos participantes consideraron positivos los acuerdos alcanzados. «Las modestas expectativas han dado paso a resultados prometedores, ya que la cumbre de Cancún ha terminado con nuevo, pero frágil, acuerdo climático internacional«, resumió la directora de los programas energéticos del World Resources Institute (WRI), Jennifer Morgan.

«Bajo el ojo vigilante y la contundente gestión de la Presidencia mexicana, los delegados acordaron el establecimiento de una plataforma internacional para la acción climática, reconociendo a su vez que hace falta trabajar mucho más para contener el cambio climático«, agregó.

Greenpeace califica el acuerdo de «justo, ambicioso y vinculante»

Por su parte, Greenpeace mostró su satisfacción por el resultado de la Cumbre de Cancún porque ha cerrado «un acuerdo justo, ambicioso y legalmente vinculante», que significa «un paso importante» en la lucha internacional contra el cambio climático y consideró que «los gobiernos han tomado la decisión correcta» en Cancún, decantándose por el consenso en los temas clave «en lugar de priorizar posiciones polarizadas».

No obstante, cree que podría haberse ido incluso más allá si algunos países no hubieran insistido en mantener «una actitud poco constructiva» e intentar influenciar negativamente las negociaciones. Así, por ejemplo, dice que Estados Unidos, pese a ser el mayor emisor histórico del mundo, mantiene unos compromisos muy débiles y se niega a aceptar su parte de responsabilidad, mientras que Rusia y Japón siguen negándose a aceptar un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto.

En este sentido, la organización ecologista destaca que quedan todavía muchos «temas en el tintero» y que el camino hacia el acuerdo global no va a ser fácil.

Según la organización ecologista, la Unión Europea ha sido bastante constructiva en este proceso y, pese a que Greenpeace sigue criticándole que no haya dado el paso unilateral hacia un compromiso de reducción de emisiones del 30%, le reconoce su esfuerzo conciliador y el valor de actitudes como la de España, de anunciar su apoyo al 30% en esta cumbre.

WWF considera el acuerdo «un paso positivo pero insuficiente»

WWF calificó el acuerdo alcanzado en la cumbre del clima en Cancún como «un paso positivo pero insuficiente para salvar el clima», ya que, en su opinión, «quedan importantes retos políticos sin abordar y mucho trabajo por delante».

A pesar de que los gobiernos no han acordado una segunda fase del Protocolo de Kioto como reclamaba WWF, la organización valora positivamente el compromiso para llevarlo a cabo el año próximo en Durban.

En este sentido, destacó que los países industrializados miembros del Protocolo de Kioto han reconocido finalmente que es necesario reducir sus emisiones del 25 al 40% para el 2020. También manifestó que se requiere mucho más que las actuales promesas de reducción realizadas en el acuerdo de Copenhague para alcanzar una meta compartida que permita limitar el aumento de la temperatura a 2°C.

La organización ecologista respaldó la creación un «fondo verde» global pero indica que no se han identificado fuentes innovadoras de financiación, como la creación de impuestos sobre la aviación internacional y el sector del transporte marítimo. WWF también consideró positivo el acuerdo referido al conjunto de reglas necesario para aplicar mecanismos de medición, reporte y verificación de reducción de emisiones, así como para la gestión de los recursos financieros.

Ecologistas en Acción lamenta que el acuerdo deje de lado la justicia climática

Sin embargo, Ecologistas en Acción lamentó que el acuerdo alcanzado haya omitido las referencias a los apartados relacionados con la justicia climática, una postura que ha planteado Bolivia a lo largo de toda la Cumbre.

La organización aseguró que esta postura fue obviada a lo largo del plenario, por este razón, el acuerdo no establece 1,5 grados centígrados como aumento máximo de temperatura y se mantiene el riesgo de que no exista un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto. Además, no se fijan unos compromisos de reducción de emisiones de los países industrializados en consonancia con la ciencia y no se evita que los mecanismos de financiación generen nueva deuda externa a través del pago de los intereses.

De la misma forma, no se profundiza en la dilución de las responsabilidades comunes pero diferenciadas sobre el cambio climático y se ofrece un «cheque en blanco» al aprobar un documento que incluye apartados que están por definir en un futuro.

Asimismo, ve «preocupante» que las negociaciones internacionales vuelvan a una situación de declaración de intenciones de compromiso en el futuro, en vez de compromisos reales, tal y como requiere la «urgencia» en la que se encuentra el cambio climático.

Amigos de la Tierra: «El acuerdo es una bofetada para las zonas afectadas por el cambio climático»

Por último, el presidente de Amigos de la Tierra, Nnimmo Bassey, aseguró que el acuerdo de Cancún supone «una bofetada» para las zonas afectadas por el cambio climático, ya que no han contemplado las reducciones necesarias en las emisiones de los «países ricos».

Así, esta asociación advirtió de que el acuerdo brinda una plataforma a los países para «abandonar» el Protocolo de Kioto, e integra, en el marco de la ONU, las «débiles promesas» de Copenhague, que permitirían un aumento de la temperatura de cinco grados centígrados.

A pesar de reconocer el «progreso» con la creación de un Fondo Mundial para el Clima, Amigos de la Tierra criticó que la cantidad destinada a este fondo «no están de acuerdo ni con la equidad ni con la necesidad».

«Los países ricos deben cumplir con sus obligaciones de brindar suficientes fondos públicos a los países empobrecidos para que puedan desarrollarse de forma limpia y se adapten a los impactos del cambio climático», apuntó.

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