«La creación de unos objetivos obligatorios de renovables va a crear en el mercado una gran seguridad para que las empresas del sector inviertan»

PREGUNTA.- ¿Cuáles destacaría como las principales novedades del paquete de medidas que acaba de presentar la Comisión Europea?

RESPUESTA.- La más importante es que por primera vez hay objetivos obligatorios. Eso va a crear en el mercado de las renovables una gran seguridad de inversión entre las empresas del sector, ya que pueden tener la certeza de que los Gobiernos les apoyarán, al menos hasta 2020.

Por otro lado, la creación de un sistema de flexibilidad que permite que los objetivos de un Estado miembro se puedan conseguir en otro Estado miembro, a través de lo que llamamos garantías de origen, algo así como la transferencia virtual de la energía producida en otro Estado miembro.

En tercer lugar, la creación por primera vez en la historia de un esquema de sostenibilidad para los biocarburantes, a escala global, que creemos que tendrá un impacto muy positivo.

PREGUNTA.- Ese esquema de garantías de sostenibilidad que propone la Unión Europea no genera una total confianza, porque ya ha habido otros sistemas anteriores que han fallado a la hora de garantizar un origen respetuoso con el medio ambiente.

RESPUESTA.- Hay maneras de controlar si un producto que entra en la Unión Europea respeta una serie de normas estrictas de sostenibilidad. Hay maneras de hacerlo, y se aplicarán. En todo caso no hay ninguna ley perfecta que nadie puede vulnerar.

Pero en términos generales, el hecho de que exista una ley permite que exista un mercado. En este momento, por primera vez en la historia, todos los países que deseen producir biocarburantes saben cuáles son las reglas de juego para venderlos en la Unión Europea. Esta medida es muy positiva, ya que Europa es uno de los dos grandes mercados de biocarburantes en el mundo, y si queremos que esos países compitan en estos mercados, tendrán que cumplir una serie de normas, que podrían convertirse en estándares globales.

PREGUNTA.- Durante la presentación de la Comisión se afirmó que una de las intenciones de esta nueva propuesta es tratar de mejorar el acceso de la energía renovable a la red, pues en algunos Estados miembros se habían puesto obstáculos a dicho acceso. ¿A qué Estados y a qué obstáculos se refiere la Comisión?

RESPUESTA.- La directiva establece, básicamente, que se tiene que dar prioridad al acceso a la red de las energías renovables. Puede haber obstáculos de muchos tipos, especialmente cuando tenemos una empresa verticalmente integrada. En este caso, si está especializada en carbón, o nuclear, las renovables son un competidor para ella. Entonces puede haber obstáculos de muchos tipos: mantenimiento de la red, estabilidad de la red, problemas medioambientales, etcétera. En este sentido, se ha creado un artículo que dice específicamente que se tiene que dar prioridad a las energías renovables para el acceso a la red. Si esta directiva se aprueba, a partir del momento en que esté aprobada, será ley para todos los Estados miembros.

PREGUNTA.- También se ha dicho que esta nueva propuesta podría derivar en importantes oportunidades de desarrollo económico como respuesta a la implantación de nuevas formas de energía.

RESPUESTA.- Ésta es una de las grandes razones por las que hemos puesto en marcha esta directiva. Si uno observa el precio del petróleo y de todos los combustibles fósiles en general –tengamos en consideración que las reservas de petróleo están disminuyendo; que la demanda de petróleo está creciendo; y que el petróleo, un día u otro, se acabará. Si en el otro brazo de la balanza ponemos que el coste de las energías renovables, en líneas generales, va disminuyendo, es evidente que las energías renovables, de aquí a muy poco tiempo, serán un buen negocio. Si a ello añadimos el precio que tendrán las emisiones de CO2, entonces pueden ser un muy buen negocio dentro de muy poco tiempo. Pero si ese esfuerzo lo hacemos ahora, la industria europea será la que estará en la línea de salida de las energías renovables en el momento en que se produzca la explosión de demanda de energías renovables que, en muchos sectores, ya se está empezando a ver.

Desde nuestro punto de vista creemos que es un esfuerzo que vale la pena hacer, porque cada parque eólico, cada parque solar, cada central de biomasa que se produce en la Unión Europea, significa empresas y trabajos que se crean en la Unión Europea. Si compramos petróleo, gas u otras fuentes de energía en el exterior, lo que estamos haciendo es coger dinero europeo y ponerlo fuera de nuestras fronteras. Debemos escoger entre un gasto o una inversión. Para nosotros, la inversión son las energías renovables, y el gasto, los combustibles fósiles.

PREGUNTA.- Sobre los biocombustibles producidos a partir de aceite de algas, se está poniendo mucho énfasis en el hecho de que dan un rendimiento mucho mayor, necesitan menos espacio y muchos menos recursos, siendo más fáciles de obtener. ¿Qué esperanzas hay en el entorno europeo en esta nueva forma de energía, teniendo en cuenta la gran apuesta que se está haciendo por los biocombustibles convencionales?

RESPUESTA.- La obtención de biocombustibles a partir de algas es una tecnología que tiene mucho potencial. Estamos siguiendo muy de cerca los desarrollos que están llevando varias empresas en este ámbito. De todas formas, en este momento es un proyecto de investigación y desarrollo. Los biocarburantes que existen son los de primera generación, bioetanol, biodiésel y biogás. Creemos que en una primera fase sería bueno que los biocarburantes de primera generación fueran ganando terreno, lo que ayudaría a que se crearan estructuras de mercado que pudieran ayudar a los biocombustibles de segunda generación a dar el salto.

A la Unión Europea le interesan los biocombustibles de segunda generación, pues tienen un impacto mínimo en la producción de alimentos. Lo que sí es cierto es que los biocarburantes del tipo que sean, en el momento en que empiezan a tener cuota de mercado, estaciones de servicio, redes de distribución, se empieza a investigar, a hacer inversiones porque hay una demanda, y creemos que ese será el camino más corto para llegar a los biocarburantes de segunda generación.

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