La Comisión Europea urge a Bulgaria a que paralice South Stream por vulnerar varias normas comunitarias

«Hemos enviado un escrito de requerimiento, que es un primer paso dentro del procedimiento de infracción, para pedir información», señaló en la rueda de prensa diaria de la Comisión el portavoz Antoine Colombani y añadió que «mientras se producen las discusiones con las autoridades búlgaras, y hasta que se respete la legislación de la Unión Europea, les hemos pedido que suspendan el proyecto«.

Además, «estamos revisando la situación en otros Estados miembros» y advirtió de que si se detecta que los contratos en otros países tampoco respetan las normas de la Unión Europea, Bruselas actuará si es necesario.

En este sentido, el Ejecutivo comunitario no descarta emprender acciones contra Hungría, Grecia, Eslovenia y Austria si constata que tampoco cumplieron las normas comunitarias.

Colombani explicó que la principal preocupación de la Comisión es que la empresa creada en Bulgaria para desarrollar este proyecto, South Stream Bulgaria, recibió un contrato de construcción de la infraestructura sin un procedimiento competitivo y transparente, es decir, que no respeta los principios de no discriminación y tratamiento equitativo previstos en el Tratado de la Unión Europea.

«También nos preocupa que el acuerdo intergubernamental (con Rusia) da la posibilidad de cerrar contratos públicos entre South Stream Bulgaria y subcontratantes sin publicación en el diario oficial, y esto tampoco está en línea con las normas de licitación pública de la Unión Europea», añadió.

«Las adjudicaciones se están produciendo ahora y el trabajo está a punto de empezar, así que era urgente actuar», apuntó Colombani.

El South Stream empezó a construirse en diciembre de 2012, su coste oficial es de unos 16.000 millones de euros, y tiene como objetivo transportar el gas ruso a través del mar negro hasta Bulgaria y otros Estados miembros de la Unión Europea, evitando así a Ucrania como país de tránsito.

La construcción corre a cargo de empresas mixtas creadas por Gazprom con sus socios en Bulgaria, Serbia, Hungría, Grecia, Croacia, Eslovenia y Austria para el tendido y la explotación de los correspondientes tramos nacionales.

Por otra lado, «la Comisión ha dejado claro que los acuerdos intergubernamentales entre los Estados miembros implicados en South Stream con Rusia no están en línea con la legislación de la Unión Europea porque no respetan provisiones claves del tercer paquete energético», señaló la portavoz de energía de la Comisión, Sabine Berger .

«Hemos repetido en numerosas ocasiones que todas las infraestructuras nuevas en la Unión Europea deben respetar todas las reglas comunitarias», reiteró.

El llamado «tercer paquete energético» es el marco legal comunitario que fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción, transporte y comercialización de energía, y que Rusia considera lesivo para sus intereses. En concreto, no respetan la cláusula que prohíbe que los suministradores de gas controlen también los gaseoductos.

«A la luz de esto, la Comisión ha propuesto suspender South Stream hasta que se garantice que respeta la legislación de la Unión Europea y reevaluar el proyecto a la luz de las prioridades de seguridad energética de la Unión Europea», ha explicado la portavoz.

La gasística rusa Gazprom fue la promotora de este proyecto, junto a la italiana Eni en 2008, y controla el 50% del consorcio operador, mientras que los otros tres accionistas se reparten el resto de participaciones (Eni, 20%; EDF, 15%, y BASF, 15%).

Este proyecto es competidor del europeo Nabucco, que pretende reducir la dependencia europea del gas ruso con un gasoducto de 4.000 kilómetros desde el mar Caspio hasta Austria, pasando por Turquía, Bulgaria, Rumanía y Hungría.

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