La Comisión Europea quiere invertir un billón de euros en infraestructuras energéticas

«Para conseguir una economía eficiente, competitiva y de baja emisión de carbono, debemos europeizar nuestra política energética y centrarnos en un reducido número de prioridades importantes«, destacó en una rueda de prensa el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.

En la comunicación -documento no legislativo- presentada, la Comisión fija cinco objetivos prioritarios sobre los que desarrollará durante los próximos 18 meses iniciativas legislativas concretas, a las que también contribuirá la cumbre de líderes de la Unión Europea sobre energía que tendrá lugar el 4 de febrero, precisó la Comisión Europea.

El primer punto de la estrategia se centra en el ahorro energético en el transporte y los edificios, para los que Bruselas propondrá incentivos e instrumentos financieros para fomentar la inversión y la renovación en esas áreas. Además, señaló que el sector público deberá tener en cuenta la eficiencia energética a la hora de adjudicar obras o adquirir servicios o productos.

En segundo lugar, la Comisión ha fijado una fecha límite para la realización de un verdadero mercado interior de la energía, de manera que todos los estados miembros se involucren antes de 2015.

El comisario recordó que, en los próximos diez años, será necesario invertir un billón de euros en infraestructuras energéticas en la Unión Europea. «En el futuro hará falta el triple de inversiones para construir nuevas redes y mantener las que ya hay«, advirtió, y apuntó que de lo contrario no se cumplirán los objetivos medioambientales y las necesidades de consumo de la Unión Europea.

Para fomentar la realización de los principales proyectos estratégicos la Comisión Europea propone simplificar y agilizar la concesión de licencias de obras, estableciendo un plazo máximo hasta la autorización final y la financiación europea.

«La calidad y la capacidad (actuales) no bastan para lo que nos exige el mercado europeo», comentó Oettinger, quien subrayó la importancia de la inversión privada para la construcción y el mantenimiento de plantas y parques energéticos, así como del apoyo comunitario para financiar los estudios de su planificación.

La Comisión también propone que los Veintisiete sean «una sola voz» en el ámbito mundial de la energía, y que se coordine su política energética con terceros países.

En el marco de la Política de Vecindad, insta a ampliar y profundizar el Tratado de la Comunidad de la Energía para «integrar aún más» a los estados que quieran participar en el mercado de la energía de la Unión Europea.

En especial, Oettinger destacó la importancia de estrechar los lazos con países como Noruega, Turquía o Georgia, o los estados de los Balcanes y el Magreb. «Necesitamos ampliar el mapa continental» de socios energéticos, enfatizó.

Por lo que respecta a Rusia y las crisis del suministro del gas procedente de ese país registradas en años anteriores, el comisario aseguró que «ahora hay más intercambio de información» con ese país, con el que además se ha establecido un sistema de alerta precoz para evitar problemas de seguridad energética, recordó.

En cuanto a innovación, la Comisión Europea anima a poner en marcha proyectos importantes para la competitividad europea, como las nuevas tecnologías para las redes inteligentes y el almacenamiento de electricidad, o la investigación sobre biocarburantes de segunda generación.

Por último, para que la Unión Europea consuma una energía «segura y asequible», la Comisión propone nuevas medidas sobre la comparación de precios, el cambio de proveedor y una facturación clara y transparente.

Todo ello para contribuir a la estrategia global «Europa 2020» de crecimiento inteligente, sostenible e integrador adoptada por el Consejo Europeo en junio pasado, e intentar alcanzar los objetivos ecológicos para ese año de reducir un 20% la emisión de gases, que el 20% de la energía que se consuma proceda de fuentes renovables y mejorar un 20% la eficiencia energética.

Abierto a una prórroga de las ayudas al carbón hasta 2018

Además, el comisario de Energía se mostró abierto a una prórroga de las ayudas estatales a las minas de carbón no competitivas hasta 2018, pese a que el Ejecutivo comunitario ha propuesto su desaparición ya en 2014.

Oettinger precisó que, en tanto que miembro de la Comisión, le corresponde defender la fecha de 2014 aprobada en julio por el colegio de comisarios. No obstante, admitió que hay «dudas» sobre si no sería mejor una salida «más serena» en 2018 en lugar de un «freno brusco» en 2014.

El comisario de Energía explicó que «Rumanía y Polonia todavía no tienen problemas de costes» con su carbón nacional, mientras que «en España y Alemania sólo es posible explotar los recursos si el Estado ayuda».

La comisión de Asuntos Económicos pidió extender las ayudas hasta 2018. Sin embargo, su dictamen no tiene carácter vinculante porque la decisión final corresponde a los ministros de Industria de la Unión Europea.

Oettinger insistió en que el carbón seguirá teniendo «un papel» de aquí a 2020, tanto en la industria como en el ‘mix energético’, junto a la energía nuclear, el petróleo y las renovables.

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