La central nuclear de Garoña sufre una parada automática al cerrarse todas las válvulas de aislamiento
Los operarios de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) aprovecharán la parada no programada de la central para acometer algunas tareas de mejora o mantenimiento.
La planta ha comunicado durante la mañana de este lunes al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que en el curso de unas maniobras, previstas y anunciadas hace más una semana, se ha producido una parada automática no programada de la central, cuyo reactor estaba en parada en caliente para mover las barras de combustible, con el objetivo de «consumir homogéneamente el uranio», una operación que se realiza cuatro veces al año, según ha explicado el jefe de relaciones exteriores de Santa María de Garoña, Elías Fernández.
Así, ha precisado que se estaba bajando la potencia del reactor para hacer un cambio de secuencia en las barras de control, que es hacer movimientos de las barras para cambiarlas de posición con el fin de aprovechar el combustible de manera homogénea cuando, al mover unas válvulas, se ha producido una baja presión en la vasija del reactor. Fernández ha indicado que esto ha provocado una actuación en la que se aísla la zona y se insertan automáticamente las barras de control, con lo que se produce la parada inmediata del reactor, al dejar de producir vapor y pararse la turbina. «Todo ha funcionado correctamente y no tiene ninguna consecuencia», ha subrayado.
Además, ha añadido que los técnicos han visto el motivo de la parada y han observado que se podía reiniciar el reactor, pero que se ha acordado aprovechar esta parada no programada para hacer mantenimiento de algunos equipos que no se podían tocar en parada en caliente, al estar en zona controlada y de mucho calor.
«La decisión ha sido ir a parada fría, proceso en el que estamos para poder acometer trabajos de mantenimiento en zonas que no se podían tocar», ha agregado.
En ese sentido, ha apuntado que esas «zonas» de calentadores, cuestiones de vapor, que en todo caso no eran importantes y que se podía «perfectamente» seguir funcionando pero que, puesto que se ha parado el reactor han acordado aprovechar para ejecutar estos trabajos de mantenimiento.
Asimismo, ha incidido en que la planta burgalesa llevaba «302 días funcionando ininterrumpidamente» (cuando se paró por recarga programada en primavera de 2011) y que una vez que se reinicie la operación de la planta, «la intención» es continuar trabajando hasta julio de 2013, cuando se tendría que hacer una nueva recarga de combustible, «o no», en función de si finalmente se decide conceder una renovación a la licencia de operación.
Por otro lado, ha dicho que estas tareas que se están realizando en la planta no tienen «nada que ver» con las modificaciones de mejora surgidas a raíz de las pruebas de resistencia a las que se ha sometido el parque nuclear español tras el accidente de la central nuclear de Fukushima Daiihi (Japón).
En este sentido, ha insistido en que Garoña no puede realizar «ninguna modificación» salvo tareas de mantenimiento o mejora mientras que siga vigente la orden ministerial del Ministerio de Industria que fija el fin de explotación de la central en julio de 2013. «No podemos hacer lo que nos impide la orden ministerial, por lo que no se puede tocar nada», ha insistido.
«Lo que estamos haciendo es mantenimiento. Todo lo que sea mejorar lo hacemos porque redunda en la seguridad de la central. Sin embargo los proyectos que nos condicionan para ir más allá de 2013, eso se hará cuando tengamos una orden ministerial. Si no, no. Estamos a la espera», ha concluido.



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