La CE ve «clave» la eficiencia energética contra el cambio climático, pero reconoce que la UE avanza muy lentamente
Así lo reconoció el jefe de la Unidad de Transporte y Ozono de la dirección general de Acción por el Clima de la Comisión Europea, Philip Owen, que presentó en la sede del organismo en España la Hoja de Ruta hacia una Economía baja en Carbono para 2050 y el Plan de Acción de Eficiencia Energética.
Owen aseguró que se han dado pasos «importantes e interesantes» en la lucha contra el cambio climático del que dijo que es un «reto global» y apuntó que desde 1990 (año base) las emisiones del conjunto europeo se han reducido en un 16 por ciento. Sin embargo, señaló que las políticas actuales «no son suficientes» para llegar a los objetivos para 2020 ni para el nuevo objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80 por ciento y un 95 por ciento en 2050.
En este sentido, explicó que la hoja de ruta que propone la Comisión Europea presenta un conjunto de guías y propuestas para llegar a cumplir el compromiso de no aumentar en 2 grados centígrados la temperatura del planeta pero mediante un plan «rentable» con el que conseguir una economía europea que a largo plazo sea «competitiva, más limpia y más respetuosa» con el planeta.
A su juicio, la población tiene que concienciarse en el ahorro energético y en materia de eficiencia energética, la Comisión Europea se dirige «sobre todo» al sector público, a la industria y al sector de la construcción, para que los nuevos edificios utilicen mejores sistemas que permitan ahorro. Así, la hoja de ruta propone crear redes de generación inteligentes con contadores inteligentes. Además, aseguró que se debe aumentar la innovación que se acompañe de un mayor crecimiento del empleo. «La innovación tecnológica puede crear puestos de trabajo y contribuir a luchar contra el cambio climático», acotó.
Concretamente, defendió que la estrategia presentada tiene una visión amplia, a largo plazo, pero que también tiene en consideración el coste efectivo, las necesidades de inversión y los beneficios que puede proporcionar, al tiempo que identifica tecnologías y da directrices tanto al sector público como al privado. Para llegar a este plan, el equipo se ha basado en un ejercicio «intenso» y de modelos numéricos.
Además, explicó que dos grandes retos se encuentran en el ámbito forestal y la agricultura y defendió que hay que parar la deforestación pero también tener en cuenta que habrá que alimentar a 9.000 millones de habitantes en el mundo en 2050.
Owen insistió en que todos los planes y sus objetivos en estas materias «se pueden hacer con tecnologías disponibles, con un cambio de comportamiento inducido con los precios y sin necesidad de acudir a la fisión nuclear. Asimismo, reiteró que la eficiencia energética seguirá siendo clave durante los próximos 10 años, algo que confirma el ‘Roadmap’.
Por otro lado, auguró que todo esto, a pesar de la inversión que supone, 270.000 millones de euros anuales entre 2010 y 2050, es decir el 1,5 por ciento del PIB de la Unión Europea –a repartir entre protección medioambiental (75.000 millones de euros), transporte (150.000 millones de euros) y energía (30.000 millones de euros)– además de las inversiones globales actuales del 19 por ciento del PIB. Esta inversión, además, traerá beneficios económicos a los Veintisiete y supondrá la creación de, aproximadamente 1,5 millones de empleos hasta 2020.
A este respecto, dijo que gran parte o la totalidad de estas inversiones suplementarias se recuperarán gracias a los pagos más bajos por el petróleo y el gas que la Comisión Europea estima entre 175.000 y 320.000 millones de euros al año. A esto sumó que la mejora de la calidad del aire y de la salud generará un ahorro de 88.000 millones de euros en 2050. En materia de empleo, señaló que a corto plazo este potencial se concentra en la renovación de edificios, la producción de materiales de aislamiento y en la industria de las renovables.
«Este es un plan para los próximos 40 años», subrayó Owen que reflexionó que otras economías emergentes como Corea, China, Brasil o India están también desarrollando e invirtiendo en tecnologías hipocarbonicas y advirtió de que si la Unión Europea quiere seguir siendo competitiva y continuar exportando «tiene que invertir» en esto.
«Este es el principio de un larguísimo viaje», vaticinó el representante comunitario que dijo que esta iniciativa es una serie de políticas que se compartirán con otros países de cara a las negociaciones de la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica).
Finalmente, expresó su deseo de que «no sea demasiado tarde» para actuar y que si esta hoja de ruta se cumple, será suficiente para llegar a los objetivos y, sobre todo, al de no aumentar la temperatura de la tierra en 2 grados centígrados.

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