La Casa Blanca advierte de que el crudo podría seguir manando hasta agosto y que «están preparados para lo peor»
«Estamos ante el mayor desastre medioambiental al que jamás nos hemos enfrentado», declaró Carol Browner, directora de la oficina de Política Energética y de Cambio Climático de la Casa Blanca al programa Meet the Press, de la cadena NBC, en el que prometió que las operaciones de ayuda a las zonas afectadas seguirán como hasta ahora «aunque no seamos capaces de detener inmediatamente el vertido».
«Estamos preparados para lo peor. Lo hemos estado desde el principio», aseguró.
Browner realizó estos comentarios después de que la compañía BP reconociera que las operaciones para taponar con lodo y cemento la fuga de crudo que contamina las aguas del Golfo de México, denominadas «top kill», habían fracasado y estudian colocar una cúpula para frenar el vertido.
«No pudimos detener el flujo«, dijo el director general de operaciones de la compañía, Doug Suttles. «Hemos tomado la decisión de avanzar a la próxima opción», agregó. La nueva opción estudiada por la petrolera es una tapa que captura el crudo del pozo en vez de cerrarlo. Suttles advirtió de que la nueva maniobra podría tardar cuatro días o más en dar resultados.
Por otra parte, el director ejecutivo de BP, Tony Hayward, dijo que el próximo paso era el «camino más efectivo para minimizar» el impacto del derrame, y que la tapa tardaría unos cuatro días en estar instalada. Asimismo, Hayward expresó su decepción por el fracaso del «top kill», en el que la empresa gastó tres días, pese a que BP «ejecutó la operación a la perfección».
La maniobra consistía en inyectar fluidos pesados y otros materiales al agujero del pozo para contener el vertido, para después sellarlo con cemento. El fracaso es un nuevo golpe para la reputación de BP, que ya ha gastado 940 millones de dólares tratando de cerrar la filtración y limpiar el vertido tras la explosión del puente de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, causando la muerte de 11 trabajadores y desatando un torrente submarino de petróleo que el Gobierno estimó que oscilaba entre 12.000 y 19.000 barriles (1,9 a 3 millones de litros) diarios.
Las prosprecciones petrolíferas submarinas en Alaska prohibidas hasta 2011
Por su parte, un senador estadounidense afirmó que el Gobierno ordenará la suspensión hasta 2011 de las prospecciones petrolíferas submarinas en Alaska en aguas del océano glacial Ártico.
El senador por Alaska Mark Begich desveló que el Departamento de Interior le ha informado de que la Administración del presidente Barack Obama hará pública esta medida.
Este anuncio de Begich amplía lo adelantado por el Gobierno, que anunció que se endurecerían los requisitos de seguridad para autorizar las operaciones de extracción de petróleo en alta mar, según informó este martes un funcionario de la Administración estadounidense.
Las nuevas medidas incluyen inspecciones más exhaustivas de las plataformas de extracción.
Este anuncio de Obama congelaría los planes de la petrolera anglo-holandesa Shell, que pensaba empezar a explotar yacimientos petrolíferos en las costas de Alaska este verano. El rechazo a estos planes, sin embargo, se multiplicó a raíz del accidente de la plataforma petrolífera del golfo de México, cuyo colapso hace ya más de un mes amenaza con provocar el peor vertido de crudo de la historia de Estados Unidos
«Estoy frustrado con esta decisión de la Administración Obama de demorar el desarrollo de las prospecciones petrolíferas submarinas un año, ya que provocará mayores retrasos y un aumento de los costes de cara a que las extracciones de gas y petróleo de Alaska puedan satisfacer las necesidades energéticas del país», afirmó Begich, perteneciente al Partido Demócrata.


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