La carrera por el petróleo iraní arranca con sanciones vigentes
El pasado 2 de abril Irán y las potencias del Grupo 5+1 (EE.UU, China, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) anunciaron un principio de acuerdo para garantizar que el programa nuclear iraní sea exclusivamente pacífico a cambio del final de las sanciones, que afectan particularmente al petróleo iraní, principal fuente de ingresos de su economía. La reacción de la industria petrolera internacional es entusiasta hacia la posibilidad de regresar al país asiático pues Irán posee el 10% de las reservas probadas de petróleo del planeta y casi un 20% de las reservas de gas natural.
La italiana ENI es la última de una larga lista de petroleras de primer nivel que han expresado su interés por regresar a este mercado, abandonado por casi todas ellas tras la entrada en vigor en 2010 de las sanciones impulsadas por Estados Unidos y la Unión Europea y refrendadas por las Naciones Unidas. Total, de capital francés y la anglo-holandesa Shell son otras de las mayores empresas que también han expresado su interés por entrar en Irán, mientras que la rusa Lukoil va más allá y ya reabrió sus oficinas en la capital persa.
Muy por delante de todas ellas, sin embargo, se sitúan las empresas chinas e indias, que nunca abandonaron del todo el mercado iraní pese a las sanciones y que ahora buscan incrementar su presencia allí. En la actualidad, y pese a las sanciones, China tiene en Irán a su tercer mayor suministrador de crudo, que le vende casi el 12% de su consumo anual de petróleo. India es el segundo comprador de petróleo de Irán tras China pese a que sus compras se han reducido en casi un 50% desde 2010 debido a las sanciones.




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