La AIE recorta su previsión de la demanda de petróleo para 2015
Desde el lado de la oferta, la AIE calcula que el suministro de petróleo bajó en noviembre hasta 94,1 millones de barriles diarios, lo que implica un descenso de 340.000 unidades. No obstante, en términos anuales se registró un incremento de 2,1 millones de barriles diarios repartidos a partes iguales entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los productores ajenos al cártel.
«La creciente oferta de petróleo de Estados Unidos parece impulsar la producción de países al margen de la OPEP a un crecimiento récord de 1,9 millones de barriles diarios en 2014, aunque se espera que el ritmo se ralentice a 1,3 millones de barriles diarios en 2015″, indicó la agencia. En el caso de la OPEP, el suministro de crudo durante noviembre disminuyó en 315.000 barriles diarios, hasta 30,32 millones diarios por los problemas en Libia, aunque se mantuvo 765.000 barriles diarios por encima del nivel de noviembre de 2013.
«Las caídas de precios del petróleo son descritos a veces como un recorte de impuestos y una bendición para la economía, pero esta vez su efecto de estímulo puede ser modesto», indicó la agencia según el Financial Times. «La demanda de petróleo débil era en sí misma un factor clave detrás de la caída de precios», añadió la AIE. Años de precios elevados han llevado a la causa que explica el actual descalabro: un alza en el suministro de los productores no pertenecientes a la OPEP y una contracción en el crecimiento de la demanda.
Aunque los bajos precios ya están recortando el gasto de los productores, la AIE consideró que es más probable que afecten a su balance a medio y largo plazo que a corto. Para la organización, Rusia es el único país en el que podría haber un efecto claro de reducción de la producción, junto a las sanciones y la caída de la divisa, pero se vería compensado por una revisión al alza en las previsiones de Norteamérica. La AIE espera igualmente un impacto «modesto» en la demanda ante los ajustes adoptados durante los periodos prolongados de altos precios; tampoco prevé que el consumidor se vea muy beneficiado por la caída.
En caso de aumentar las reservas, la caída de precios resultante «aumentaría el riesgo de inestabilidad social y dificultades financieras si a los productores les resultara difícil devolver la deuda». La AIE admitió que el mantenimiento de la caída de precios empeoraría una situación ya difícil para algunos países e insistió en que los recortes en los gastos no repercutirán «por ahora» en el suministro.




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