La AIE asegura que la eficiencia energética permitiría ahorrar un 17% del consumo actual para 2030
Según la actualización de las recomendaciones de política de eficiencia energética presentada por la AIE durante su conferencia ministerial en París, esas medidas evitarían dentro de dos décadas la emisión de 7,6 gigatoneladas anuales de dióxido de carbono (CO2), lo que supone casi 1,5 veces las generadas por Estados Unidos.
El analista de la agencia Robert Tromop destacó en conferencia de prensa los progresos que se hicieron en la puesta en marcha de esas preconizaciones.
En todo caso, Tromop constató que la crisis sirvió de acelerador en la puesta en marcha de dispositivos para fomentar el ahorro, en particular en reacción al encarecimiento del precio de los combustibles en los transportes.
Las 25 recomendaciones de políticas de eficiencia energética lanzadas en 2008 por la agencia cubren siete áreas prioritarias de acción: edificios, equipamientos y electrodomésticos, iluminación, transporte, industria, producción de energía y multisectorial.
La inversión en energía tendrá que ser de 38 billones dólares hasta 2035
Por otra parte, la inversión en infraestructuras energéticas en el mundo debería suponer 38 billones de dólares en los próximos 25 años, según la AIE, que advirtió que de no lograrlo la consecuencia sería un encarecimiento de los precios, en particular del petróleo.
El economista jefe de la AIE, Fatih Birol, señaló que el nivel de inversión de aquí a 2035 debería situarse algo por encima de los 1,5 billones de dólares anuales, lo que supone un incremento superior al 15% respecto a las cifras actuales.
Birol subrayó que resulta «crucial» que el grueso de las inversiones se hagan en la conocida como región MENA (Oriente Medio y Norte de África), de la que procederá el 90% de la producción suplementaria de hidrocarburos.
Si las inversiones en la región MENA no cubren las necesidades para la explotación de nuevos yacimientos de hidrocarburos, la consecuencia será un incremento de los precios de esos productos, advirtió.
Explicó que las dificultades para cumplir esos objetivos varían según los países, y citó las políticas energéticas de algunos de ellos o los obstáculos para la entrada de capitales o la estabilidad que ofrecen a los inversores.
Preguntado sobre el caso de Libia, Birol respondió que le sorprendería que se pueda recuperar el nivel de producción que había antes de la guerra antes de 2013.
De acuerdo con las proyecciones de la agencia para el próximo cuarto de siglo, que se publicarán de forma completa el 8 de noviembre, las infraestructuras eléctricas deberían absorber el 45% de los 38 billones de dólares de inversión, el petróleo el 26%, el gas natural el 25%, el carbón el 3% y los biocombustibles el 1%.
El economista jefe de la AIE pidió a la comunidad internacional que actúe rápidamente para la puesta en marcha de inversiones que reduzcan las emisiones responsables del calentamiento climático, porque cada vez va a aumentar más el costo para contener ese calentamiento en dos grados centígrados.
Sobre ese mismo tema, el responsable ejecutivo de la compañía eléctrica italiana Enel, Fulvio Conti, constató que «sólo Europa está trabajando en esa dirección», con su política para disminuir las emisiones causantes del efecto invernadero en un 20% para 2020.
Conti hizo hincapié en que los inversores lo que quieren es, sobre todo, «estabilidad regulatoria», dado que el energético es un sector muy intensivo en capital y donde las apuestas se hacen a muy largo plazo.

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