José López-Tafall (AEE) considera que España perderá el «tren tecnológico renovable» debido a la reforma energética del Gobierno
«Por mucho que algunos se empeñen, en Europa no aparecerán nuevas bolsas de gas y petróleo; Europa ya las tenía y son las mismas de siempre: se llaman agua, viento y Sol», apuntó el presidente de la Asociación Empresarial Eólica, José López-Tafall, que reivindicó el papel protagonista de España en el desarrollo de la tecnología eólica, «el quinto país del mundo en patentes eólicas». Una industria por la que teme López-Tafall después de que la reforma del Gobierno «ha dejado de ser un ajuste regulatorio para convertirse en una revisión completa del modelo energético»; «se lanza un mensaje rotundo: en España no hay ni habrá un apoyo claro a la inversión en renovables«, argumenta López-Tafall.
Recientemente premiados por la EWEA (Asociación Europea de Energía Eólica) después de que la eólica se convirtiera en la primera tecnología de generación en España durante 2013 con una cobertura de la demanda que alcanzó el 20,9% del total de la demanda energética, desde la AEE no cesan de reivindicar un hito «que debería ser motivo de orgullo para España por ser una historia de éxito» pero que la realidad confronta con una reforma energética que llega a recortar su actual retribución hasta en un 50% para algunas instalaciones eólicas.
En este contexto, López-Tafall considera que España «va a perder el tren tecnológico renovable» mientras avanzará hacia un modelo con mayor peso del gas y de la energía nuclear. A su juicio, la situación la política energética europea no contribuirá a cambiar este destino puesto que el compromiso de las instituciones comunitarias con una mayor producción renovable «se diluye» después de la fijación de unos objetivos «tímidos» para 2030 en materia de clima y energía y que, además, no son vinculantes. Que finalmente se haya concretado en estos términos obedece, según el presidente de la AEE, a que algunos países como España «no empujan» a favor de la generación renovable en el actual contexto de caída de la demanda energética.
Más ambición para objetivos comunitarios
El presidente de N2E y de la Fundación Renovables, Javier García Breva, se mostró contundente a la hora de señalar que la reforma energética puesta en marcha por el Gobierno tiene como objetivo «cargarse el liderazgo español en renovables mientras se la premia a nivel europeo». Por ello, reclamó unos objetivos más ambiciosos en lo que respecta a energía y cambio climático para la Unión Europea «después de que el Parlamento Europeo haya enmendando completamente a la Comisión fijando unos objetivos más exigentes en reducción de consumo energético y producción renovable para 2030, además vinculantes«.
El exdirector general del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) expuso que la crisis de Crimea, con la consiguiente escalada de la tensión entre Rusia y Ucrania pone de manifiesto que la dependencia energética de Rusia «asfixia» a la Unión Europea. Además descartó que el gas no convencional ofrecido por Estados Unidos sea una solución a las necesidades comunitarias, «por cuestiones técnicas no sería viable hasta dentro de 3-4 años y habrá que ver entonces si Asia no paga más que Europa«, mientras reclamó que no se aproveche este conflicto para ocultar «la situación crítica del infrautilizado y deficitario sistema gasista español».
Javier García Breva no dudó en acudir a los datos para decir que cuando el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, afirmó en Berlín que España podría aportar la mitad del gas que la Unión Europea importa de Rusia «no sabe lo que está diciendo». En 2013 los países comunitarios importaron 162,7 bcm de gas (mil millones de metros cúbicos) mientras que la actual capacidad de interconexión de España con Europa es de 5 bcm, «una capacidad de interconexión ridícula«. «Además, el gas se compra a Argelia«, subrayó García Breva «y en una hipotética situación política inestable, el precio previsiblemente se incrementará«.
Dinamarca y Alemania vs España
Mikkel Larsen, agregado de comunicación de la embajada de Dinamarca en España, indicó que a raíz de la crisis del petróleo de 1973, «que tuvo duras consecuencias para el país nórdico al convertirse el combustible en caro y escaso», Dinamarca apostó por la eficiencia energética y las energías autóctonas, especialmente la eólica. Con un objetivo para 2020 de un 70% de consumo de energía renovable, siendo un 50% del total de aportación eólica, Mikkel Larsen destacó que «Dinamarca ha demostrado que es posible desvincular el crecimiento económico del consumo energético«.
Carolina Probst, consejera de agricultura y medio ambiente de la embajada de Alemania en España, explicó que el abandono de su país de la energía nuclear se remonta al año 2000 y el accidente de Fukushima en 2011 propició que se haya acelerado: se han cerrado las 8 centrales nucleares más antiguas de las 17 que tenía Alemania. Insistió Probst en que fue una decisión a largo plazo y Alemania avanza «por el buen camino» con un 25% de cobertura de la demanda energética por fuentes renovables. También avanzó que la reforma que prepara el Gobierno alemán se aprobará este verano y que, aunque se aplicarán recortes a la retribución de las renovables, especialmente en fotovoltaicas, se respetará las condiciones fijadas a las ya instaladas.
Respecto a la reforma energética de España, Carolina Probst indicó que desde la Unión Europea se ha exigido ahorrar al Estado español, lo que se ha utilizado como argumento para articular la reforma y minimizar las primas a las fuentes renovables. Por ello, esta representante de la embajada alemana en España advirtió, respetando la independencia de España para ejecutar sus reformas, que los cambios retributivos «no se hagan retroactivamente» y los recortes a las tecnologías sean «iguales para todas». Por su parte, Mikkel Larsen consideró «crucial» garantizar la estabilidad de las inversiones realizadas en España.
Modelo energético basado en renovables
La coordinadora de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Cote Romero, reclamó una acción más decidida por parte de los Estados para limitar el calentamiento previsto de 4ºC en 2100 a la mitad. Por ello, calificó como «decepcionante» la revisión de los objetivos realizados por la Unión Europea para 2030 puesto que se van de la hoja de ruta fijada para 2050. Desde la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético defienden un sistema 100% renovable y Cote Romero reclamó al Gobierno que apoye la eficiencia energética rectificando en la subida de la parte fija de la factura de la luz «que desincentiva cualquier medida de eficiencia que queramos tomar».
Romero también reivindicó una reforma del actual sistema marginalista de conformación de precios eléctricos pues es «claramente inadecuado para el mix energético actual». Se trata de un punto que ha quedado fuera de la reforma energética del Gobierno, que según Romero, «genera una inseguridad jurídica que impide que nadie pueda comprometerse a desarrollar las renovables».
Por su parte, el periodista Santiago Carcar lamentó que en España falte «cultura energética» debido a que las campañas para fomento del ahorro y la eficiencia energética no se hayan visto acompañadas de auténticas políticas energéticas. En este sentido, Carcar arremetió contra la Ley del Sector Eléctrico de 1997 puesto que la liberalización del sector eléctrico en España «ha propiciado un escenario en el que falta una competencia real» lo que, a su juicio y aludiendo a estudios de la fundación Primero de Mayo de Comisiones Obreras, «ha generado un sobrebeneficio de 82.000 millones para el oligopolio eléctrico» en la primera década de este siglo.



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