¿Jaque a Iberdrola?
La difusión por parte del diario económico Cinco Días de la operación de adquisición de un paquete del 3% de Iberdrola por parte de EDF a dos meses de las elecciones (en este territorio mortecino que son la disolución de las Cámaras, ha desatado todas las alarmas mediáticas y políticas. Además, la propia urdimbre que plantea la operación, la vinculación o aquiescencia del gobierno francés (con foto de Sarkozy y Zapatero, siempre según los sutiles mensajes que traslada la versión de este rotativo) en las que además se involucra a Gas Natural y ACS, nos devuelve a lo más granado de las teorías conspirativas, dignas de los mejores tiempos de la Oficina.
La noticia recibió muchos desmentidos ayer incluso por parte del Presidente de la empresa francesa, pero parece claro que las aguas están muy revueltas, que esto no se va a quedar aquí y que la influencia de la actuación regulatoria española es decisiva en hacer atractivo el valor de las eléctricas. Lo que sí parece claro es que el banco francés Natixis declaró un aumento de la participación en Iberdrola hasta el 3,79 % y como ayer se produjo una considerable subida de las acciones de Iberdrola. Primero por la propia recuperación de los mercados bursátiles y segundo todavía se desconoce si hay operadores que están actuando en el mercado para tomar posiciones en la compañía en una acción coordinada. ¿Podemos estar ante movimientos orientados a ‘secar’ el mercado?
En primer lugar, el formato de la operación recuerda mucho a la operación Enel-Acciona para la adquisición de Endesa. También recuerda la teoría/práctica de comprar barato que ha presidido los negocios relacionados con las OPAS promovidas en esta legislatura. Muchos fueron los que en aquel momento ya apuntaron la posibilidad de que entrase Iberdrola en estas quinielas, como segunda parte del episódico proceso que dio lugar al cambio en el accionariado de la entonces primera eléctrica española. Por otra parte, ya circulaba la versión del interés de la alemana E.ON en Iberdrola.
Evidentemente, sin que se sepa hasta el momento que punto está detrás el Gobierno, salvo las insinuaciones a que se refiere Cinco Días, ya ha tenido un papel preparatorio: el trabajo previo hecho por Ignasi Nieto de saqueo a las eléctricas españolas para depauperarlas y ponerlas en almoneda, vía regulación. La erosión de valor a las empresas españolas energéticas, que avanzamos ayer, ha sido una constante en este breve y lacerante año y medio de titularidad al frente de la Secretaria General de Energía.
Como lo es también, a ‘sensu contrario’, la capacidad de ‘engordecer’ los ingresos de los ‘afines’, véase el caso Red Eléctrica, como no ha sufrido en Bolsa y como la regulación supone la mejor garantía del Estado. Es la vuelta a la regulación vía control de rentas, de premiar a los buenos y castigar a los malos, de usar el gobierno y los decretos con discrecionalidad, como elemento simplemente de ejercicio de poder, no de política. Así, la bolsa tiene que descontar en el caso de la energía siempre el efecto ’Secretario General’.
Puede resultar paradójico que las empresas españolas sean puestas en el escaparate simplemente por las propias acciones regulatorias que emanan del Gobierno (lo que, además no ocurre en el resto de países de nuestro entorno que se lo piensan dos veces).
Por ello, si fruto de que tenemos las tarifas más bajas de Europa, de que se toman medidas que no se toman en la Unión Europea de detraer derechos de emisión, se avanza en un modelo de subastas de capacidad crecientes sin horizonte, modelo ni límite, se ‘esquilman’ las empresas y se tienen que malvender, quiere decirse que el responsable político tiene que dar explicaciones sobre hechos de esta gravedad. Se trata de que exista libertad de mercado, de capitales, de propiedad, sin intervención, sin cartas marcadas, sin comportamientos políticos asimétricos, sin acciones regulatorias deliberadas, con estabilidad jurídica, con confianza y credibilidad, con respeto y conocimiento por los comportamientos de los mercados financieros.
No obstante, todos tenemos la obligación de avisar a posibles nuevos entrantes (E.ON, EDF,…) de cómo es el paño, aunque algunos ya lo saben. Para que no se encuentren como Enel con un Gobierno y un Secretario General de Energía que expropia ingresos y actividades, apenas recién llegados. Que entiendan la forma de administrar la discrecionalidad y la inestabilidad regulatoria. Que se den cuenta con que facilidad se utiliza para por la vía de la excepcionalidad del Real Decreto Ley, más propia de las repúblicas bananeras que de un país avanzado, occidental y europeo.
Lejos esos tiempos en que las eléctricas eran uno de esos valores estable, refugio, previsibles en su evolución dada las necesidades de inversión y las actividades que desarrollan. Desde luego, con esta forma de utilización de la regulación, no. Con este Secretario General de Energía, no. Con este gobierno, no.

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