Japón se sume en su segundo apagón nuclear desde el accidente en la central de Fukushima
Hacía 14 meses que Japón no registraba un apagón nuclear. El reactor número 4 de la central de Ohi, situada en la prefectura de Fukui, en el oeste del país, se paralizó para evaluar su seguridad en base a las regulaciones nucleares promulgadas en julio, según la agencia de noticias Kyodo.
El reactor cuatro de la central de Ohi era el único en funcionamiento desde que a comienzos de septiembre otro de los reactores de esta planta se paralizara para tareas de mantenimiento, según informó la cadena japonesa NHK.
Los 50 reactores nucleares de Japón permanecerán apagados por tercera vez desde 1970 hasta finales de este año mientras las autoridades proceden a realizar las tareas de evaluación de seguridad y tratar de recobrar así la confianza de la población en la energía nuclear.
Las compañías eléctricas niponas solicitaron a la Autoridad de Regulación Nuclear que apruebe la reanudación de doce reactores de un total de seis centrales nucleares, incluida la planta de Ohi. Antes del accidente de Fukushima, la energía nuclear representaba el 30% del consumo nacional.
Los procedimientos de evaluación de seguridad no están previstos que duren menos de seis meses, una vez que la gran mayoría se iniciaron en julio. No obstante, su reapertura depende, asimismo, de la aprobación de las autoridades locales, reticentes ante la impopularidad de la energía nuclear.
Detectan sustancias altamente radiactivas en Fukushima
Por otra parte, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), que gestiona la central nuclear de Fukushima, detectó altos niveles de sustancias radiactivas en el agua que había en una zanja cercana a un tanque de almacenamiento de la planta que había registrado fugas, cuando los trabajadores se preparan para la llegada de un tifón.
TEPCO confirmó que la muestra de agua, recogida el viernes, tenía 940 bequerelios por litro, ocho veces más que hace una semana. En otra muestra, a 100 metros del punto, la radiactividad detectada ascendía a 3.000 bequerelios, frente a los 2.400 del día anterior, según la agencia de noticias japonesa Jiji Press.
La compañía atribuyó estos niveles a sustancias que podrían haberse filtrado a través de los sacos de arena colocados para contener el agua radiactiva poco después del accidente del 11 de marzo de 2011 y evitar que llegara al mar.
Todo esto se produce en un momento en el que los trabajadores de la central se preparan para afrontar la llegada del tifón «Manyi» a la costa este del país y que amenaza la planta nuclear, ante el peligro de que se filtre agua radiactiva al mar.




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