Japón admite que no existe mucha mejoría en Fukushima
Incluso, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, dijo que pese a los últimos avances, la situación en la central nuclear de Fukushima continúa siendo muy grave y que sigue siendo una señal de alerta contundente para la comunidad internacional.
El surcoreano recalcó que la energía nuclear es la más limpia, si bien emplazó a los países que la utilizan a revisar y reforzar sus estándares de seguridad a este respecto, informa el canal japonés NHK
Por otra parte, los operarios de Tokyo Electric Power (TEPCO) consiguieron reconectar los seis reactores de la central nuclear de Fukushima a la red eléctrica, lo cual permitirá agilizar las tareas de refrigeración y evitar así una fusión parcial de sus núcleos, con la consiguiente nueva emisión de partículas radiactivas a la atmósfera, según confirmó la propia compañía.
La empresa operadora informó también de que se recuperó el suministro eléctrico en las salas de control de los reactores 3 y 4, lo cual permitirá controlar mejor la situación, según la agencia estatal de noticias Kiodo. Aparte, los directivos de TEPCO pidieron disculpas personales a la población por primera vez desde el 11 de marzo.
El ministro de Industria, Banri Kaieda, declaró que los avances en la reanudación del suministro eléctrico son una buena noticia, pero precisó que la situación en los reactores sigue siendo «extremadamente dura».
Por su parte, el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, Hidehiko Nishiyama, declaró que la reanudación de la electricidad permitirá que las autoridades puedan comprobar la eficacia de las medidas que se están llevando a cabo y aseguró que es improbable que la situación empeore.
Esta madrugada se observó otra columna de humo saliendo del reactor 3 y también se registró humo blanco en el reactor 2, que podría procder de la piscina donde se almacena el combustible usado, según la Agencia de Seguridad Nucklear de Japón.
El domingo un humo negro comenzó a salir de la unidad 3, una de las que más dañadas y que más preocupa a los ingenieros, lo que obligó a evacuar a los trabajadores de ese área y detener parte de los trabajos en la planta.
En cuanto a las emisiones de radiactividad, el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, dio instrucciones a distintas agencias del Gobierno para que redoblen los análisis en las aguas niponas, donde el lunes se detectaron, cerca de la central de Fukushima, niveles de radiación anormalmente altos.
Edano hizo hincapié en que no se trata de niveles que puedan afectar a la salud aunque se beba agua marina durante un año. No obstante, pronosticó que si la radiación en las aguas continúa siendo elevada, podrían darse efectos dañinos.
En un intento desesperado por enfriar los reactores y las barras de combustible nuclear, los trabajadores arrojaron agua de mar en el edificio, aunque algunos expertos se preguntaron qué pasa con dicho agua.
«Me interesa saber cómo se desecha ese agua (…) si se desecha o se permite que se drene al mar», declaró Najmedin Meshkati, experto nuclear y medioambiental de la Universidad de California del Sur. «Se trata de agua desechada radioactiva. ¿Se ha medido su efecto radiactivo?», se preguntó.
Hidehiko Nishiyama, el citado subdirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear, aseguró que la radioactividad en el mar podría deberse al agua utilizada para enfriar los reactores o por las partículas expulsadas desde la planta. «Personalmente, creo que la segunda opción es la más probable», opinó.
El propietario de la planta, TEPCO, aseguró que los niveles de radiación de iodo 131 presentes en las muestras de agua de mar recogidos frente a la planta eran 126 veces más elevado que el límite, mientras que los niveles de celsio 134 eran 25 veces superior a lo permitido, y la presencia del celsio 137 era de 16 veces más. Según la compañía, también se detectó un rastro de cobalto 58.
Asimismo, varias fuentes diplomáticas afirmaron que en Islandia se detectaron unas cantidades minúsculas de partículas radiactivas que podrían proceder de la central nuclear japonesa Fukushima.
Pero las fuentes aclararon que estos pequeños restos de yodo, que fueron detectados por una red de estaciones de observación internacionales, coordinadas por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), y atravesaron el océano Pacífico y llegaron al Atlántico a través de Norteamérica, son demasiado insignificantes para causar perjuicios en la salud de las personas.
Por su parte, el Gobierno español decidió incrementar los controles sobre los productos importados de Japón, tras las últimas informaciones confirmadas por las autoridades niponas sobre la presencia de contaminación radiactiva en varios productos, especialmente vegetales y leche. Se siguen así las recomendaciones de los organismos internacionales en aplicación del «principio de precaución», a partir de los controles que ya se hacían desde días atrás.
A pesar de ello, la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, dijo que, desde que se activaron los protocolos europeos para controlar la entrada de posibles productos radiactivos de Japón a España hasta ahora, no ha entrado ningún alimento procedente de este país. No obstante, siguen activos los controles sobre estos productos en los 42 puntos fronterizos españoles, 22 puertos y 20 aeropuertos, donde trabajan más de 400 profesionales.
El Ministerio de Sanidad informó además de que ninguno de los 119 pasajeros que llegaron de Japón en el avión fletado por el Gobierno presentaba contaminación radiactiva.


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