Irán y Rusia firman un pacto para la construcción de dos nucleares

El presidente del Organismo de Energía Atómica de Irán, Alí Akbar Salehí, viajará a finales de agosto a Moscú para firmar los contratos comerciales y los protocolos, informó el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behruz Kamalvandí.

El vicepresidente de Rosatom para Asuntos Internacionales, Nikolai Sapssky, llegó el lunes a Teherán para debatir los detalles de este acuerdo. Kamalvandi explicó que, junto a Salehí, mantuvieron diferentes negociaciones con Spassky para revisar los aspectos técnicos y comerciales.

«En estas negociaciones se resolvieron la mayoría de los temas en aspectos técnicos y comerciales, pero faltan algunos puntos que precisan un mayor estudio», agregó Kamalvandi.

Kamalvandi dijo que posiblemente la construcción de estas dos plantas comenzará en el corriente año persa (que finaliza el 20 de marzo).

«El protocolo correspondiente que debe ser firmado por responsables de la energía atómica de Irán y Rusia ya esta preparada y aprobada por la vicepresidencia jurídica», dijo Kamalvandi.

Las plantas, según explicó Kamalvandi, tendrán una capacidad de mil megavatios y funcionarán con sistemas de osmosis reversa, informó el portavoz.

Kamalvandi planteó a la agencia local iraní de noticias, ISNA, la posibilidad de que la construcción de las dos plantas empiecen juntas y que sus construcciones durarán unos 6 o 7 años.

La actual central nuclear de Bushehr cuenta también con una potencia de mil megavatios y comenzó a construirse en la década de 1970 con ayuda de Alemania, pero el proyecto se interrumpió tras el triunfo de la Revolución Islámica (1979) y no se reanudó hasta febrero de 1998, tras firmarse un acuerdo con el consorcio ruso Atomstroyexport.

Su construcción se prolongó durante años debido a la oposición occidental, que teme que Teherán esconda en su programa nuclear intenciones militares.

La planta entró en funcionamiento en agosto de 2010 y conectada a la red eléctrica nacional un mes más tarde con una potencia de unos 60 megavatios y alcanzó su pleno rendimiento en junio del pasado 2013.

Teherán afirmó que necesita ampliar sus centrales nucleares para hacer frente a una demanda energética de alrededor de 20.000 megavatios y, en la actualidad, negocia con las potencias occidentales una mayor transparencia para solventar las dudas que levanta su programa atómico.

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