Irán avanza hacia la energía limpia con una planta hidroeléctrica de bombeo única en Oriente Medio
Rodeados de los impresionantes montes Alborz, un equipo de ingenieros y técnicos ultiman las pruebas de la planta de Siah Bishe, 120 kilómetros al norte de Teherán y proyecto estrella del Ministerio de Energía y con el que se espera ayudar a estabilizar el suministro de electricidad en todo el país.
El proyecto nació en 1970 con ayuda de ingenieros belgas, pero fue interrumpido tras el aislamiento internacional y la guerra con Irak que siguieron a la Revolución Islámica (1979). Fue retomado en la década de los ochenta y sufrió retrasos por la dificultad del terreno y problemas de exploración.
Ahora, dos de las cuatro turbinas están listas para su utilización y las otras dos están en periodo de pruebas. Se conectará a la red eléctrica en marzo y tendrá capacidad para producir 1.040 megavatios de energía.
«Esta planta es uno de los mayores logros eléctricos de Irán en la última década y va a mejorar enormemente la calidad de la corriente en Irán. Siah Bishe nos acerca a los niveles de calidad de voltaje y potencia eléctrica de los países occidentales«, declaró el ingeniero Faramarz Ajavan, director del proyecto.
La importancia de tener una planta hidroeléctrica de acumulación por bombeo radica en que permite introducir rápidamente electricidad en la red durante los picos de demanda, y utilizar el excedente en las horas de bajo consumo, explicó Ajavan.
El mecanismo se compone de dos embalses en el río Chalus, con presas de 86 y 104 metros de alto y 49 y 330 metros de largo y un volumen de unos 3,5 millones de metros cúbicos, comunicadas por megatuberías en el interior de la montaña que dejan caer el agua con fuerza sobre las turbinas en las horas de demanda y la bombean hacia arriba durante la noche, cuando hay electricidad no utilizada en la red.
«Con esta planta podemos meter de repente 1.000 MW en la red sin problemas», señaló Ajavan, que resaltó también el logro que supone para la República Islámica «haber sacado adelante el proyecto a pesar de las limitaciones impuestas por las sanciones internacionales» en los últimos años.
La planta de Siah Brisheh costó alrededor de 300 millones de euros y requirió la contratación de más de 5.000 trabajadores, está financiada exclusivamente con capital iraní y el 90% de la tecnología y las piezas son iraníes, aseguró S.Yaladí, director de Inversión y Finanzas del Ministerio.
Según él, buena parte de la energía que produzca alimentará la demanda particular e industrial de la zona de Teherán, la ciudad más grande del país y que sufre ocasionales cortes eléctricos. Irán produce unos 10.000 megavatios de energía hidráulica, lo que supone algo más de un 14% de la producción total de 70.000 MW.
La riqueza en gas y petróleo del país ha retrasado la concienciación sobre la necesidad de desarrollar energías renovables, pero ahora se impulsan planes para aumentar la producción solar, eólica e hidráulica.
Según el portavoz de Energía, A.Jandehyam, en Irán la hora pico va desde las seis de la tarde hasta las doce de la noche, cuando la demanda llega en verano a los 40.000 MW, frente a los 27.000 MW que se necesitan en horario nocturno.
«Ahora, por las noches podremos aprovechar la energía sobrante en Siah Brisheh para bombear el agua al embalse superior y volver a dejarla caer y generar energía en las horas pico», explicó.
Según Jandehyam, a las otras fuentes energéticas que tiene el país, como la generada por gas, la térmica, de ciclo combinado o nuclear, les cuesta mucho más entrar a la red y salir cuando no es necesario, solo la hidráulica permite suministrar y dejar de hacerlo rápida y ágilmente a la red eléctrica.
Irán tiene también planes para hacer nuevas plantas nucleares que sigan el modelo de la de Buscher, en el sur del país.

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