Inversores de España, Estados Unidos y Canadá estudian invertir en los biocombustibles colombianos

Con el apoyo de la agencia de promoción de las exportaciones, el turismo y las inversiones (Proexport), los representantes de estas empresas, cuyo nombre no fue revelado por lo incipiente del proceso, se reunieron con los principales nombres de la industria de los biocombustibles colombianos, que tienen la meta de crecer alrededor de un 50% en el periodo 2014-2015.

Estas inversiones están orientadas a aportar valor agregado a la cadena productiva del etanol y del biodiésel, así como para mejorar la competitividad.

Entre los posibles destinos de la inversión se destacó el montaje de plantas para la generación de biocombustibles de segunda generación a partir de la biomasa, el sector de bioquímicos para mejorar la productividad y el aporte de nuevos productos a los procesos como la glicerina, según revelaron las fuentes.

Las zonas más atractivas para los inversores se encuentran en la costa del Caribe, por contar con muchos puertos y zonas francas, mientras que el departamento del Valle del Cauca (suroeste), del que Cali es capital, despierta también interés por albergar gran parte de los cultivos de caña de azúcar del país, de donde se extrae el etanol.

Estas reuniones internacionales forman parte de un grupo de unas treinta que fueron coordinadas por la agencia estatal colombiana de promoción de las exportaciones, el turismo y las inversiones (Proexport) desde las oficinas comerciales y las redes coordinadas.

Colombia se compromete con el crecimiento de los biocombustibles

Por su parte, el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Santiago Rojas, se comprometió con el crecimiento del sector de los biocombustibles del país.

Rojas afirmó que esta industria es una «prioridad» para el modelo económico colombiano.

«Hay que entender que hay tres factores muy importantes en materia de biocombustibles para el país: seguridad energética, impacto en generación de empleo en áreas rurales y en medio ambiente«, expuso.

Asimismo, afirmó que «la decisión de apoyar al sector es intrínseca a sus ventajas» porque implica el desarrollo de energía renovable y la reducción de emisiones de gases causantes del efecto invernadero.

No obstante, reconoció que esta industria, que en Colombia produce etanol de caña de azúcar y biodiésel de palma de aceite, «está en disposición de crecer mucho más» aunque no desconoció el rápido crecimiento que ha experimentado en una década de vida.

El ministro insistió en la importancia de la innovación en este campo y en el apoyo del Gobierno a los empresarios para hacer frente a la competencia externa, que en el campo de los biocombustibles tiene como adversarios directos a países asiáticos y en el liderato del sector a Brasil, Estados Unidos, Argentina y Europa.

«Tenemos las herramientas, el escenario esta listo para que puedan crecer», concluyó.

La Conferencia Internacional de Biocombustibles convocó en Cartagena durante dos días a unos 420 empresarios, académicos y expertos de los países productores (argentinos, españoles, holandeses, estadounidenses, belgas, brasileños y colombianos) para analizar la trayectoria de esta joven industria y planear sus siguientes pasos.

Entre otros asuntos, hablaron de la competencia por el uso del suelo entre la seguridad alimentaria y la producción de biocombustibles, así como la ética en el negocio, que en ocasiones está expuesto a prácticas corruptas al tener implícita la compra de grandes extensiones de terreno.

La industria de los biocombustibles comenzó a rodar en Colombia a partir de leyes sancionadas a principios de la década pasada y desde entonces la capacidad instalada de producción del biodiésel creció de 450.000 toneladas a 600.000, mientras que la del etanol ya se encuentra en alrededor de 1,2 millones de litros diarios.

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