Industria requiere a Cofrentes actualizar los estudios sobre la seguridad ante un terremoto, un incendio o una inundación
Esta es una de las condiciones que el Gobierno ha impuesto a la planta valenciana para renovar su licencia de explotación hasta 2021, de acuerdo con la evaluación realizada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN); algo que hizo un día antes de que se produjera el tsunami que ha afectado a la costa noreste de Japón.
En marzo de 2010 el titular de Cofrentes, Iberdrola, solicitó la renovación de la autorización de la planta por un periodo adicional de diez años, hasta 2021, ya que el periodo que ahora ha expirado fue autorizado el 19 de marzo de 2001.
Tras recibir la documentación preceptiva del titular de esta planta, la propuesta de dictamen técnico fue presentada al Pleno del CSN el pasado 19 de enero, acompañada de 36 informes técnicos especializados.
Tras su análisis, el Pleno decidió, el pasado 16 de febrero, que Iberdrola «ha cumplido satisfactoriamente los requisitos de la autorización» concedida en 2001, es decir, ha satisfecho los aspectos que se consideró en aquel entonces que había que mejorar o reforzar.
Asimismo, la evaluación de CSN concluye que la central mantiene un nivel adecuado de seguridad para continuar su funcionamiento durante la próxima década. En definitiva, el Pleno acordó por unanimidad emitir un informe favorable a la renovación de autorización de explotación de la planta.
El dictamen del organismo regulador es preceptivo sólo en el caso de ser desfavorable a la continuidad de operación de una central. En caso de ser positivo (como sucede con Cofrentes) es el Gobierno el encargado de tomar la decisión.
El Ejecutivo concedió la renovación de la autorización de explotación durante otros diez años el pasado 10 de marzo, es decir, la víspera del terremoto de Japón.
El regulador ha identificado en su informe «algunas deficiencias menores o aspectos que deberán ser mejorados por el titular». Esto ha dado lugar al establecimiento de determinados requisitos.
Precisamente, uno de estos requisitos es la actualización de los estudios de Análisis Probabilístico de Seguridad (APS) de sucesos externos y márgenes sísmicos para garantizar que las modificaciones realizadas en la planta no han reducido su margen sísmico.
El CSN también considera preciso revisar los estudios deterministas de inundaciones internas, dirigidos especialmente a verificar que la central dispone de un camino de parada segura en caso de que dichas inundaciones internas se produzcan.
También se requiere a la planta valenciana que incluya «explícitamente» en su estudio de seguridad las bases de diseño relativas al emplazamiento.
El CSN también establece en su informe 14 instrucciones técnicas complementarias, asociadas a la renovación de la autorización. Se trata, entre otros, de programas de mejora de la seguridad, de estudios de posibles medidas adicionales para la protección de la contención frente a accidentes severos, y de la ejecución de un programa de pruebas de los sistemas de filtración posaccidente.
Cofrentes reúne los requisitos de seguridad exigibles por la legislación vigente
Por su parte, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella, destacó que la Central Nuclear de Cofrentes reúne «todos» los requisitos de seguridad exigibles por la legislación vigente. «Los protocolos de seguridad están plenamente regulados, mantenidos y son absolutamente estándares en cuanto a la seguridad europea e internacional».
Así de contundente se pronunció Botella después de que Industria haya comentado que su protocolo de seguridad será uno de los primeros en revisarse tras el incidente ocurrido en Fukushima. En este sentido, Botella recordó que se pone el foco de atención en Cofrentes porque ha sido la última que se ha renovado para los próximos 10 años. Este hecho se produjo, según puntualizó, «en base a los informes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que es el órgano regulador y el que marca los estándares de seguridad que debe cumplir la central».
También explicó que cuando se construyó la central, se realizaron diferentes informes de seguridad en relación a temas sísmicos y al movimiento de terrenos. «Son protocolos de seguridad similares a los que se habían realizado para las centrales nucleares en EEUU», comentó.
Por ello, indicó que todos los protocolos, tanto los que se elaboraron en el momento de la construcción de la central, como los que se han ido desarrollando, están «plenamente regulados, mantenidos y son absolutamente estándares en cuanto a seguridad europea e internacional».
También matizó que las ubicaciones físicas de las centrales «difieren mucho». Así, dijo que el principal problema de la central de Fukushima era «la propia central, donde estaba ubicada, por su proximidad al mar»; pero la de Cofrentes «no está cerca del mar», apostilló.
Por último, Botella señaló que la Central de Cofrentes será la primera en ir actualizando los nuevos estándares de seguridad acordados en la Comisión Europea, ya que ha sido la última en obtener la licencia de renovación. De hecho, comentó que el CSN ya está trabajando para ir incorporando a las centrales españolas todas las decisiones que se tomen tanto en el ámbito europeo como en el internacional.



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