Industria renueva el permiso de explotación de la central de Almaraz hasta el año 2020

La autorización actual de la planta cacereña, que finalizaba hoy, fue comunicada esta mañana aunque la firma de la misma tiene fecha de ayer y está rubricada por el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

De hecho, fuentes de Industria indicaron que ya cuando se emitió el informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), a finales del pasado mes de abril, se informó a los medios de comunicación que la renovación de la planta cacereña era un trámite «previsible».

Para González, esta decisión supone un reconocimiento al trabajado desarrollado en estos años y que ya puso de manifiesto el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) con su informe favorable, basado «en el correcto funcionamiento y el mantenimiento del nivel de seguridad adecuado para continuar su operación».

No obstante, el informe del CSN sobre la prórroga de la licencia de explotación de las dos unidades de Almaraz (propiedad de Iberdrola, Endesa y Gas Natural), imponía 13 límites y condiciones y 17 Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC).

En concreto, se trata de datos relativos al estudio de seguridad, el reglamento de funcionamiento, las especificaciones técnicas de funcionamiento, el plan de emergencias interior, el manual de garantía de calidad, el manual de protección radiológica, el plan de gestión de residuos y combustibles, y el de protección física.

Según el portavoz de la Central Nuclear de Almaraz, «no tenía mucho sentido» prescindir en el momento actual de una planta que produce energía para cuatro millones de hogares españoles, que espera aumentar, si se autoriza el próximo mes de diciembre, una subida de producción para la Unidad II tras serle concedida recientemente para la Unidad I.

Con esta autorización, la Unidad I y la Unidad II de la CNA cumplirán en 2020 los 39 y 37 años de funcionamiento, por debajo de lo que se considera ciclo útil en una planta de este tipo, fijado en 40 años.

No obstante, González confía en que, como ya ocurre en más de la mitad de las plantas nucleares de Estados Unidos, la vida útil se pueda ampliar, por lo que ha asegurado que seguirán trabajando para mejorar «como hemos hecho siempre hasta ahora».

Aniceto González ha afirmado que la autorización también respalda las actuaciones que se llevan a cabo en materia de seguridad y ha reiterado «la apuesta por la máxima seguridad» de trabajadores y la población del entorno que este tipo de instalaciones nucleares desarrolla.

En este sentido, aunque ha señalado que cualquier colectivo tiene derecho a expresar su postura sobre la energía nuclear, sí pidió a los grupos antinucleares rigor en sus planteamientos, ya que a veces se hacen consideraciones «demasiado gratuitas».

Para González, los responsables de las plantas nucleares «están tan interesados como el que más» por el respeto al medioambiente, y ha recordado que recientes estudios de salud, como el llevado a cabo por el Instituto Carlos III, han puesto de manifiesto que no existe relación directa entre la ubicación de una central nuclear y una mayor incidencia de casos de cáncer.

Aniceto González ha indicado también que «muy pocas» instalaciones tienen tantos controles sobre su funcionamiento y han de cumplir tantas medidas de seguridad como las que el CSN impone a la centrales nucleares.

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