Imaz pide explorar los recursos energéticos propios de Europa y no perder competitividad internacional
«No pido una revolución, solo una evolución», subrayó Imaz durante su intervención en el tercer Global Annual Energy Meeting, con el objetivo de abaratar los costes energéticos en Europa. En su opinión, esta sería una importante vía para impulsar la competitividad de la industria europea, que soporta uno de los costes energéticos más elevados. El directivo de Repsol apeló a la necesidad de lograr un modelo energético competitivo y sostenible y citó a la tecnología como la clave para lograrlo.
«El ejemplo paradigmático es la revolución del shale gas en Estados Unidos», observó Imaz. «Tenemos que reaccionar. Estamos perdiendo puestos de trabajo industriales, perdiendo PIB y perdiendo una parte principal de nuestra competitividad», indicó Imaz al tiempo que explicaba que el coste energético supone cerca del 60% de los costes totales de una compañía como Repsol, cuando para sus competidores americanos apenas alcanza el 30%.
Imaz reconoció que Europa afronta algunos «problemas» para desarrollar los hidrocarburos no convencionales, como el hecho de que hay mayor densidad de población que en los Estados Unidos o que los dueños del terreno no lo son del subsuelo, como ocurre allí. En cualquier caso, recordó que no solo el fracking choca con contestación social, como demuestran recientemente las prospecciones de la petrolera en Canarias.
Imaz señaló que a la industria energética se le exige una producción competitiva y sostenible, pero que su objetivo será asegurar el suministro, especialmente en un momento en que la demanda mundial se va a multiplicar en los próximos años. En ese sentido, aseguró que el petróleo y el gas serán necesarios en los próximos años, como también lo serán otros nuevos recursos y tecnologías.
«Hay que valorar los recursos que tenemos», porque «elevar la competitividad pasa por obtener recursos convencionales y no convencionales, respetando obviamente los criterios medioambientales», señaló Imaz durante su intervención. También calificó de «muy importante» que el tratado de libre comercio que negocian Europa y Estados Unidos incluya cuestiones energéticas y recordó que la estabilidad regulatoria es «necesaria para la llegada de inversiones a un país» porque «cuando no hay un marco estable, un verdadero Estado de la ley, la consecuencia es la falta de inversiones«.
Imaz también abogó por crear «un verdadero mercado común» europeo del gas, para lo que son necesarias nuevas infraestructuras de interconexión y en el que España podría «jugar un papel» gracias a su capacidad sobrante de recepción de gas natural licuado (GNL), gas que llega en buques en forma líquida. «Es la única forma de diversificar los suministros», insistió, al tiempo que consideró que también implicaría beneficios en términos de reducción de costes y sostenibilidad.



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