Iberdrola confía en que se imponga la racionalidad en el caso de la central de Garoña
En declaraciones a la prensa, antes de participar en una ponencia en el Senado, Ignacio Sánchez Galán, subrayó que, de los 500 reactores nucleares que hay en el mundo, el de Garoña ocupa el puesto 34 por seguridad y añadió que ha sido auditada por la Agencia Internacional de la Energía Atómica «con certificación de sobresaliente».
Añadió que la central burgalesa, propiedad de Nuclenor -sociedad compartida al 50 por ciento por Iberdrola y Endesa-, ha recibido el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear, que considera que está perfectamente habilitada para seguir funcionando «por lo menos diez años más».
El presidente de Ibedrola destacó que en otros países de Europa y en Estados Unidos «todas» las centrales están ampliando sus permisos de operación hasta los 60 años y subrayó que, en el caso de Garoña, diseñada para operar durante 40 años, su vida útil será aquella en la que se le permita funcionar.
Preguntado por si la compañía se plantea iniciar acciones legales en caso de que se decida el cierre de Garoña, Sánchez Galán aseguró que aún no han decidido nada porque por ahora sólo barajan que se imponga la racionalidad «y que un equipo perfectamente válido siga funcionando».
Desde el Gobierno se aboga por compatibilizar los intereses del país con el programa electoral en el que los socialistas se comprometían a sustituir gradualmente la energía nuclear por «energías seguras, limpias y menos costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el tiempo al final de su vida útil».
Respecto a sus planes de participar en el programa nuclear británico, explicó que continúan negociando con las autoridades sobre los diferentes emplazamientos sin que hayan adoptado ninguna decisión al respecto.


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